Creí que se iría en cuanto leyó mis reglas, pero no fue así. Ella apretó sus puños y firmó el papel, luego pidió permiso para ir al jardín y se lo di. Después de todo, ahí hay una cámara.
Cuando ella se fue, encendí los cámaras y pude observar cómo se alejó de la casa. Al llegar al centro del jardín, grita con fuerza. La hice enojar y muy seguramente pronto se irá y ya no tendré que soportar a ese dolor de cabeza.
Seguí trabajando de mejor ánimo al saber que ese pequeño dolor de cabeza se irá pronto de mi vida, hasta que escuché una melodía de piano. Me gusta el piano, me relaja de niño, lo tocaba, pero lo dejé al comenzar mis estudios universitarios.
Me levanté de mi asiento y caminé hasta el piano, que sé que está en el centro de la casa, en la sala, específicamente, al abrir la puerta que da a la sala, me quedé de piedra al ver a la niña Marisol tocando el piano con una gran destreza.
Parecen un ángel tocando, si yo no supiera el dolor de cabeza que representa esa niña diría que es un hermoso ángel, pero sé el dolor de cabeza que es, así que aunque me encanto la forma en que toca no dije nada y volví a mi despacho, aunque no cerré la puerta, ya que quería escuchar esa hermosa melodía.
Trabaje todo el día escuchándola, hasta la hora de la comida en donde ordené que ella coma con nosotros porque ella pretendía quedarse en su habitación comiendo sola.
Ella siempre está sonriendo, por más enojada que esta. No entiendo el porqué lo hace, pero igual la haré enojar tanto que estoy seguro de que abandonará esta casa sin mirar atrás.
MARISOL
Ya que tengo que permanecer en esta prisión todo el domingo en esta casa encerrada, pues decidí que no me aburriría, así que pase la mañana tocando el piano y luego pretendía irme a mi habitación y comer ahí sola, pero el señor cuadrado no me lo permitió.
Aunque el señor cuadrado me obligue a comer con él, no voy a permitir que ese idiota borre la sonrisa de mi rostro, no le voy a dar el gusto, por eso comí junto a ellos con una gran sonrisa en el rostro.
Después de comer, entonces sí, me fui a mi habitación en donde preparé todas mis cosas para la universidad y luego le escribí un mensaje a mi pequeña amiga.
📲-Hola, mi pequeña amiga, ¿nos vemos mañana antes de clases donde siempre? -envié el mensaje para confirmar nuestra cita de todos los días.
📲-Sabes que sí, mis cachetes. Muero por saber cómo te va con el bombón que te saco de la fiesta. Ayer, todos se quedaron sorprendidos con tu salida de la fiesta y el más popular de la escuela quedó con ganas de llegar a segunda base contigo -me informa mi pequeña amiga y yo sonrió.
📲- Hubiera dado lo que fuera por llegar a segunda base con el popular de la escuela, pero ese supuesto bombón que me saco de la fiesta es un amargado que me tiene prisionera, pero te contaré todo antes de clases -le informé a mi pequeña amiga
📲-Bueno, quiero todo con lujos de detalle, nos vemos mañana y recuerda que te quiero mis cachetes hermosos -mi pequeña amiga.
📲-Yo también te quiero mucho, por algo eres mi pequeña amiga -envié el mensaje y me quedé el resto de la tarde en la habitación, tome una ducha y me relaje escuchando música, estaba dispuesta a ignorar a ese idiota, pero ordenó que baje a cenar.
Baje a sonar con mi gran sonrisa y decidí que antes de irme a dormir lo haría enojar, nos sentamos a comer y yo comencé a coquetear con su amigo Patricio, este ofreció entender mi juego y no se retiró si no me siguió el juego.
Creí que a este Patricio, le encanta hacer enojar a su amigo también, ya que bajé en pijama. Patricio me dice lo linda que me queda mi pijama y yo le agradezco, condena una gran sonrisa.
En mi defensa, yo no estaba dispuesta a bajar a cenar, pero el señor cuadrado me obligó, así que ni modo, ahora que se aguante, por idiota.
-Eres una chica muy linda y simpática, Marisol -me elogia Patricio.
-Gracias, tú también eres muy guapo, además de sexy -cometer mirándolo fijamente.
¿Ambos podrían dejar de coquetear en frente de mí y concentrarse en la cena?-el señor cuadrado se enojó.
-Como ordené Bob esponja -respondí sabiendo que eso lo hará enojar aún más.
-¿Qué acabas de decir? -pregunta el señor con su cara de amargado.
-Eres tan cuadrado que deberías llamarte Bob esponja -respondí haciendo una figura cuadrada con mis manos.
-Eres una insolente, podrías respetar me, ya que soy tu representante legal -recrimina el muy idiota.
-Yo no necesito ningún representante, no soy una niña, tu padre y mi madre se casará y por desgracia me dejaron a tu cargo hasta que termine mi carrera, pero te aseguro que eso no durará mucho -respondí con una gran sonrisa y me levante.
Caminé con toda la sabrosura que me caracteriza hasta mi habitación y cerré la puerta con fuerza. Ese idiota que cree que va a poder conmigo se equivocó, pretendo irme de aquí, pero no sin antes hacerlo pasar por grandes dolores de cabeza.