Capítulo 40 Fugitivos

En una bodega abandonada, Jennifer estaba atada a una silla, sintiendo la angustia y el miedo recorrer su cuerpo mientras observaba a su alrededor con ojos llenos de temor. Podía escuchar pasos acercándose, hombres sombríos que se movían en las sombras como depredadores acechando a su presa.

-¿Qué quieren de mí? ¡Déjenme en paz! -exclamó Jennifer,

            
            

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