El 9 de abril del 2016 fue el día en que mi padre murió. Ese día era un día especial ya que era el inicio de semana santa. Desde ese día todas las semanas santas las pasé en mi casa sola sin amigos porque es algo que no me importa. La única persona en que siento que podía confiar era en mi padre... Estaba lista para volver a pasar Semana Santa sola. Iba en el carro de regreso a casa cuando me calló un mensaje...
Marzia: Hija, ¿dónde quieres ir esta semana?
7 años pasaron; mi padre estaba cumpliendo el 9 de abril de este año 8 años de muerto y ella me escribe como si nada era obvio, que había algo que ella tenía que decirme.
Juliana: No iré a ningún lado; estaré en casa como siempre.
Llegé a casa y subí a mi habitación. Me recosté en la cama y en eso me llegó una notificación. Era mi recordatorio. Desde la muerte de mi padre, puse un recordatorio para que cada semana santa me recordara que esta semana es la peor que puede existir. La gente dice que tengo un problema. Que solo hablo de ese día y la verdad es que sí.
Ese día marco mi vida para siempre.
Llegó la noche y me dormí. Al despertar escuché a alguien en la cosina baje y ahí estaba la señora que no había visto desde hace 7 años. Será que todavía se acordaba de mí.
Juliana: Hola, Marzia. Me reconoces, soy tu hija a la que habandonaste hace 7 casi 8 años.
Marzia: Ya vas a empezar; sabes que estuve trabajando para darte la mejor vida.
Me senté enojada y miré las bolsas que ella traía...
Juliana: ¿Qué compraste?
Marzia: Te compré un traje de baño y una ropa nueva para ir a la playa.
Juliana: Por favor, ya no tengo 7 años. Si tienes algo que decirme dímelo. Si es algo malo, no me calmaras con ropa. Ya no soy una niña que se conforma con una muñeca. Di lo que tienes que decir.
Aunque mi madre me vio fuerte en ese momento, en realidad tenía miedo de lo que ella diría.
Me miró y dijo con una sonrisa:
Marzia:Mira.
Enseñó su mano y ahí estaba un anillo. Sentí traición por parte de ella.
Juliana: "Me reí sarcásticamente". ¿Quién es el afortunado?
Marzia: Jack.
Mi cara no tenía una expresión que se pueda describir.
Juliana: Jack, el mejor amigo de mi padre.
Marzia: Por favor, Juliana, él me ama; yo lo amo y ya llevo 7 años soltera.
Juliana: Puedes casarte con un viejito apunto de morirse, pero no con Jack.
Marzia: Sabia que ibas a empezar. Soy mujer, tengo deseos al igual que un hombre, y tú, entiendes. No voy a velar a tu padre para siempre.
Me levanté con lágrimas en los ojos.
Juliana: Sabes, cásate con él. A ti nunca te ha importado mi decisión, a nadie le ha importado mi palabra, pero antes de que te cases con él tengo que decirte algo.
Marzia: No quiero escuchar tus quejas. Me casaré con el quieras o no. Vete a tu habitación y no saldrás hasta que entiendas. Yo y Jack nos casaremos en una semana.
Juliana: Una semana desde cuando son pareja.
Ella solo me ignoró, no me respondió, pero estoy acostumbrada. Siempre lo ha hecho. Me fui a mi habitación enojada; no me dejó decirle lo que quería.
La verdad es que le mentí a mi psicóloga al igual que a todos. El día del accidente vi al hombre cortando los frenos y ese hombre era Jack. Traté de decirle a la policía, pero me ignoraron. Solo era una niña para ellos.
Desde ese día he odiado a la familia de Jack.