Comprada por un Poderoso Millonario
img img Comprada por un Poderoso Millonario img Capítulo 4 04
4
Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 07 img
Capítulo 8 08 img
Capítulo 9 09 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 11 img
Capítulo 12 12 img
Capítulo 13 13 img
Capítulo 14 14 img
Capítulo 15 15 img
Capítulo 16 16 img
Capítulo 17 17 img
Capítulo 18 18 img
Capítulo 19 19 img
Capítulo 20 20 img
Capítulo 21 21 img
Capítulo 22 22 img
Capítulo 23 23 img
Capítulo 24 24 img
Capítulo 25 25 img
Capítulo 26 26 img
Capítulo 27 27 img
Capítulo 28 28 img
Capítulo 29 29 img
Capítulo 30 30 img
Capítulo 31 31 img
Capítulo 32 32 img
Capítulo 33 33 img
Capítulo 34 34 img
Capítulo 35 35 img
Capítulo 36 36 img
Capítulo 37 37 img
Capítulo 38 38 img
Capítulo 39 39 img
Capítulo 40 40 img
Capítulo 41 41 img
Capítulo 42 42 img
Capítulo 43 43 img
Capítulo 44 44 img
Capítulo 45 45 img
Capítulo 46 46 img
Capítulo 47 47 img
Capítulo 48 48 img
Capítulo 49 49 img
Capítulo 50 50 img
Capítulo 51 51 img
Capítulo 52 52 img
Capítulo 53 53 img
Capítulo 54 54 img
Capítulo 55 55 img
Capítulo 56 56 img
Capítulo 57 57 img
Capítulo 58 58 img
Capítulo 59 59 img
Capítulo 60 60 img
Capítulo 61 61 img
Capítulo 62 62 img
Capítulo 63 63 img
Capítulo 64 64 img
Capítulo 65 65 img
Capítulo 66 66 img
Capítulo 67 67 img
Capítulo 68 68 img
Capítulo 69 69 img
Capítulo 70 70 img
Capítulo 71 71 img
Capítulo 72 72 img
Capítulo 73 73 img
Capítulo 74 74 img
Capítulo 75 74 img
Capítulo 76 75 img
Capítulo 77 76 img
img
  /  1
img

Capítulo 4 04

Claudia se encontraba en su habitación, aún procesando la revelación sobre Jonathan De Luca y su oscuro pasado. La angustia y la confusión la envolvían como una niebla densa. Mientras intentaba organizar sus pensamientos, una voz resonó en el pasillo.

-Claudia, ven al despacho de Jonathan -dijo una sirvienta, interrumpiendo su ensimismamiento.

Con el corazón latiendo con fuerza, Claudia se levantó y se dirigió hacia el despacho. Cada paso era un recordatorio de su cautiverio, pero también de su determinación por entender la situación en la que se encontraba. Al abrir la puerta, se encontró con Jonathan, sentado detrás de un gran escritorio de madera oscura, su figura imponente iluminada por la luz que entraba a través de las ventanas.

-Hola, Claudia -dijo él, levantando la vista con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos-. Siéntate, por favor.

Claudia se acomodó en una silla frente a él, sintiendo la tensión en el aire. Jonathan la observaba con una intensidad que la hacía sentir expuesta, como si pudiera ver a través de su fachada de valentía.

-Quiero hablar contigo sobre algo importante -comenzó Jonathan, su tono serio-. He estado pensando en tu talento, en tu arte. Quiero que pintes algunas obras para mí.

Claudia se quedó atónita. ¿Pintar para él? La idea de que su captor le pidiera que creara algo la llenaba de confusión. No sabía si debía sentirse halagada o asustada. -¿Por qué querrías que lo hiciera? -preguntó, su voz temblando ligeramente.

-Porque creo que tienes un don, y quiero que lo uses. -Jonathan se inclinó hacia adelante, sus ojos fijos en ella-. Además, esto podría ser beneficioso para ambos.

Claudia frunció el ceño, sintiendo que había una presión oculta en sus palabras. -¿Qué gano yo con esto? -preguntó, sintiendo que necesitaba entender las verdaderas intenciones detrás de su propuesta.

-Compasión -respondió él, su voz suave pero firme-. Si decides aceptar, te prometo que tendrás más libertad. Podrás expresarte a través de tu arte, y yo te proporcionaré los recursos que necesites.

La oferta era tentadora, pero Claudia no podía evitar sentir que había un precio oculto. ¿Qué tipo de compasión ofrecía un hombre como Jonathan? La idea de estar atada a él a través de su arte la llenaba de inquietud.

-¿Y si no quiero hacerlo? -preguntó, desafiándolo.

Jonathan la miró fijamente, y por un momento, el aire entre ellos se volvió denso.

-No quiero que te sientas obligada, Claudia. Pero debes entender que en este mundo, las decisiones tienen consecuencias.

Claudia sintió un escalofrío recorrer su espalda. Estaba atrapada en un juego peligroso, y cada palabra de Jonathan parecía un recordatorio de su vulnerabilidad. Sin embargo, la idea de poder pintar, de poder expresarse, era algo que no podía ignorar.

-Está bien, aceptaré -dijo finalmente, sintiendo que su voz temblaba.

Antes de que pudiera levantarse, Jonathan la detuvo al sujetarla del antebrazo. Se inclinó hacia ella, su rostro tan cerca que podía sentir su aliento cálido.

-Pero hay algo más que debes saber -susurró, su voz baja y amenazante-. Esta noche, tendrás que venir a mi habitación para satisfacer mis necesidades.

Claudia sintió que su corazón se detenía. El miedo la invadió, y su cuerpo tembló ante la insinuación. La mezcla de emociones la abrumaba, y en ese momento, se dio cuenta de que su lucha apenas comenzaba.

La tensión en el aire era palpable, y Claudia se quedó paralizada, atrapada entre la necesidad de sobrevivir y el horror de lo que se avecinaba.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022