Capítulo 2 02

"Cuando todo comienza y te atrapa".

Axara tragó saliva. Había ensayado su respuesta cientos de veces frente al espejo, pero en ese momento, su mente parecía haberse quedado en blanco. Finalmente, encontró las palabras.

-Sí, señor. Me gradué con honores en diseño gráfico en la Universidad de Florencia y he trabajado con varias empresas de renombre en proyectos de branding y diseño de interiores. Mi objetivo siempre ha sido combinar la funcionalidad con la estética para crear soluciones innovadoras.

Cael arqueó una ceja, pero no dijo nada. Simplemente continuó mirándola como si pudiera leer cada uno de sus pensamientos.

-¿Por qué está interesada en trabajar aquí? -preguntó el otro hombre, quien parecía menos intimidante, pero no por ello menos profesional.

Axara sostuvo la mirada de Cael antes de responder.

-Porque considero que esta empresa representa el estándar más alto en la industria. Quiero ser parte de un equipo que valore la innovación y la excelencia, y estoy dispuesta a aportar mi experiencia para seguir elevando esa reputación.

Las palabras sonaron convincentes incluso para sus propios oídos, pero el silencio que siguió fue abrumador. Finalmente, Cael habló.

-¿Está dispuesta a someterse a la presión que conlleva trabajar aquí? -preguntó con frialdad, recargándose ligeramente en su silla. Sus ojos parecían retarla, esperando encontrar algún indicio de debilidad.

Axara no vaciló.

-Sí, señor. Estoy acostumbrada a los desafíos y creo que la presión solo impulsa a dar lo mejor de uno mismo.

Cael inclinó la cabeza, como si estuviera considerando sus palabras. Finalmente, hizo un gesto hacia la mujer que había acompañado a Axara.

-Déjela con los formularios. Veremos si es tan competente como dice.

La voz de Cael no dejó espacio para dudas. Axara supo que había superado el primer obstáculo, pero estaba lejos de estar a salvo. Mientras seguía a la mujer fuera de la oficina, sintió cómo su corazón latía con fuerza. Había logrado mantener la compostura, pero la verdadera batalla apenas comenzaba.

Cuando la puerta se cerró tras ella, las demás chicas la miraron con curiosidad. Axara alzó la barbilla, intentando proyectar confianza. Sin embargo, en su interior, sabía que no podía permitirse ningún error.

Esta es mi única oportunidad, y no la voy a desperdiciar, pensó mientras se preparaba para lo que vendría.

Axara llegó a su pequeño apartamento con las manos ocupadas por un par de bolsas del supermercado. Había optado por caminar a casa, necesitaba tiempo para procesar todo lo que había pasado esa mañana en la entrevista. A pesar de los nervios que la habían consumido, lo había logrado: consiguió el puesto. O al menos eso era lo que suponía. Todavía no entendía del todo cómo había convencido a esas personas, y mucho menos al implacable Cael Van Der Wijk.

Cerró la puerta con el pie, dejó las bolsas sobre la pequeña mesa que tenía en la cocina y se quitó la chaqueta. Su apartamento era modesto, apenas un espacio suficiente para ella sola. Pero, a pesar de ser pequeño, era su refugio, un lugar que había conseguido con esfuerzo y donde, por fin, sentía que tenía control sobre su vida, aunque fuera por momentos.

"Bueno, al menos esto me ayudará a salir adelante por un tiempo", murmuró mientras sacaba los productos de las bolsas y los colocaba en el refrigerador. Había comprado lo básico: leche, pan, algo de queso y una pequeña porción de pollo. No podía darse grandes lujos, pero ese trabajo significaba la posibilidad de no tener que volver a preocuparse por si llegaba a fin de mes.

Mientras organizaba las compras, escuchó el sonido característico de una notificación en su celular. Secándose las manos con un paño, sacó el teléfono del bolsillo de su chaqueta. Al desbloquearlo, vio un mensaje que no esperaba recibir tan rápido.

Señorita Milano, bienvenida a Style Van Company. Usted ha sido elegida como asistente personal del señor Cael Van Der Wijk. Debe presentarse mañana a primera hora en la empresa.

Axara soltó un extenso bufido al terminar de leer el mensaje. Dejó el celular sobre la mesa y se pasó una mano por el rostro.

-¿Asistente personal? -dijo en voz alta, dejando que el eco de sus palabras resonara en el pequeño apartamento. No podía creerlo. Cuando se presentó a la entrevista, había entendido que el puesto sería en el área de diseño, algo que se suponía que encajaba con su "experiencia". Pero, ¿asistente personal? Eso no estaba en sus planes.

            
            

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