-Bien- No me queda de otra que aceptarlo.
-Siempre que te veo llevas audífonos ¿Te gusta la música?-
Lo miro por unos segundos -Si, mucho-
-Mi hermano pequeño también le encanta la música, antes cantaba y tocaba la guitarra, pero por varios problemas lo dejo de hacer-
-Que genial, yo toco el piano y...- Suspiro -Casi me convierto en cantante-
-¿Y qué sucedió?-
-También tuve problemas y me mudé a Rusia-
-¿Piensas dejar tu sueños?-
No me esperaba esa pregunta.
-No lo sé, aun no me decido-
-Me gustaría escucharte cantar-
Decido no responder a eso.
Llegamos a la universidad, volteo para mirarlo a los ojos. Esos hermosos ojos oscuros.
-Toma- Le entrego un papel con mi número -Gracias por el desayuno y en acompañarme-
Su sonrisa se hace más grande de lo normal -No es nada, yo complacido en estar contigo-
-Bien, entonces...-
Me interrumpe -Me gustaría invitarte a cenar ¿Aceptas?-
Él se ha esforzado en conseguir mi número, además su resistencia es buena ya que cualquiera hombre se hubiera rendido.
-Está bien, aceptó-
Me abraza con fuerza, puedo sentir todo sus músculos y en lo fuerte que esta.
-No te arrepentirás- Besa mi mejilla y se marcha
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Desde que le di mi número a Anton no ha dejado de mensajearme. Cada mañana recibo unos de sus mensajes y luego lo veo a mi ida a la universidad. En las tardes o noches me llama y duramos mucho tiempo hasta quedarnos dormidos.
Algo dentro de mí se está alterando. La atención y la amabilidad que Anton me da me está haciendo sentir muy feliz, nunca antes había experimentó este sentimiento ¿Sera amor? No lo sé, solo sé que me encanta.
Me emociono a ver a Anton desde lejos, se ve tan guapo y varonil. Simplemente un hombre perfecto.
-Hola linda- Me quedo estática cuando llego frente de él.
Esa voz no es de Anton, además su mirada se ve diferentes. Aunque este con el Ferrari, mismos ojos, mismo cabello y hasta los mismos tatuajes, sé que ese no es mi Anton.
-¿Quién eres?- Veo como el abre sus ojos de la sorpresa -No eres Anton-
-¿Cómo lo supiste?-
Cruzo mis brazos -Soy muy observadora y detallista. Anton tiene la voz un poco más grave y tú tienes un pequeño lunar bajo tu ojo derecho, así que no lo eres-
Suelta una sonrisa -Me descubriste. Tienes razón, no soy Anton. Soy su gemelo, Adrik, imagino que Anton te hablo de mi-
-Lo menciono, me dijo que son muy idénticos como dos gotas de agua-
-Y tiene razón, en todo somos idénticos, pero parece que tú no puedes diferenciar-
Bufo -Dos gotas de aguas pueden ser diferente si una tiene más cantidad-
-Me sorprendes, linda. Eres la primera persona que logra diferenciarnos, por lo generar nadie lo hace-
-Me lo imagino, se visten igual y todo lo demás, pero a mí nadie me engaña- Sonrió de lado -¿Dónde esta Anton? No me menciono que no nos veríamos-
-Le salió trabajo, es muy urgente. Me pidió venir en su lugar, y yo quise hacer una pequeña broma en hacerme pasar por él. Es un juego que tenemos como gemelos-
-Lástima que no funcionará conmigo-
Entramos a comprar nuestros cafés, aparte mis galletas.
-Escuche que mi hermano te invito a cenar-
-Así es-
-Bueno, vengo a confirmarte la hora. Sera hoy, mi hermano te buscara a las ocho pm y no solo serán ustedes, mi hermano Gregori y yo asistiremos. Espero que no te moleste que nosotros los acompañemos-
-No me molesta, Anton habla mucho de sus hermanos y siempre he querido conocerlos. Sobre todo, a ti-
-¿Te doy curiosidad?-
-Pues Anton me dijo que son muy unidos, que tienen una conexión única y siempre se apoyan-
-Y no se equivoca, amo a mi hermano-
Aunque son iguales siento que Adrik es muy divertido y más entusiasta que Anton. Ambos son extrovertidos, tienen ese tono juguetón en su voz y su mirada de picardía.
-Yo también te quise conocer, pero mi gemelo no me dejaba-
Seguimos conversando hasta llegar a la entrada, no sabía que era capaz de hablar tanto con una persona que apenas conozco. Con Adrik siento que nos conocemos desde hace años y aun así no me aburriría de hablar con él. Es muy agradable.
-Te veo en la noche, linda- Besa mi mejilla con pasión, se separa y me guiña un ojo.
Este hombre es igual de hermoso. Ahora estoy ansiosa de conocer a su otro hermano ¿Se parecerá a ellos? ¿Cómo será su personalidad? ¿Tendrá el cabello rubio? ¿Qué mierdas estoy pensando? Joder ya estoy loca por estos gemelos guapos.
Precisamente hoy se hizo el día más largo de lo normal, ya quería terminar las clases para ir corriendo a mi departamento a ver que me colocaría para esta noche.
Ahora me encuentro en el baño luego de casi orinarme encima. No debí beber tanto café.
-¿Supiste sobre el rumor de Sascha Alexandov?- Escucho hablar a una chica.
¿Alexandov? Es el apellido de Anton y Adrik.
-Sí, pobre de esa chica- Habla otra.
-Dicen que salió huyendo luego de ser follada tan bruscamente, según dicen que la maltrato y le dijo cosas hirientes-
-¿Qué se puede esperar de un Alexandov? Todos son diferentes y cada uno tiene su historial en las mujeres-
-Ah, yo solo me imagino estar en la cama de Anton o Adrik, son tan guapos-
Muerdo mi labio al escuchar sus nombres.
-Ellos tienen buena reputación, solo que son mujeriegos y no repiten dos veces con la misma mujer, además de que nunca se ha escuchado que hayan tenido novia. Deben cambiar a las mujeres como deben de cambiar sus bóxers-
-Aun así, son la fantasía de muchas chicas de por aquí. Escuche que ambos han estado con la misma mujer y les gustan compartirla. Eso sí sería doble placer-
Decido no escuchar más, salgo del lugar después de lavarme las manos.
Así que Anton y Adrik son la fantasía de las chicas, además de ser unos mujeriegos que no están con la misma mujer dos veces. No puedo creerlo, caí en las dulces palabras de este par y ahora deben creer que seré su siguiente presa.
Las horas pasaron.
Ya estoy lista para la cena y la sorpresa que se llevara Anton es ver mi sexy vestido negro. Tiene un escote en V dejando ver mi pecho y dejo ver gran parte de mi espalda. La falda llega hasta más arriba de la mitad de mis muslos. Tacones altos del mismo color. Perfume cítrico ya que los dulces no me gustan. Mi cabello cae como una cascada, mis ondas están mas pronunciadas y tengo la mitad recogido. Maquillaje intenso, sobre todo en mis ojos y un labial rojo muy apetecible.
Tocan el timbre -Muy bien- Tomo mi bolso de mano y un abrigo.
Abro la puerta y veo un hermoso hombre de ojos oscuros, vestido totalmente de negro y tres botones sueltos dejándome ver uno a increíbles clavículas.
Anton.
-Hola hermosa- Besa mi mejilla -Estas muy hermosa- Habla sobre mi oído haciéndome dar escalofríos.
Al separarse veo sus ojos dilatados, llenos de lujuria y además que no evita mirar mis senos.
-¿Lista para irnos?- Me ayuda a colocarme el abrigo y toma mi mano.
-Lista-