KIRA "La Lobezna del Alpha"
img img KIRA "La Lobezna del Alpha" img Capítulo 5 ¿Será esto el amor
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Capítulo 6 Siempre hay una primera vez img
Capítulo 7 La bestia que vive en mí img
Capítulo 8 Noche de Luna Llena 🌕 img
Capítulo 9 La verdad img
Capítulo 10 Obvia venganza img
Capítulo 11 Alfas rivales img
Capítulo 12 ¡Insoportable! img
Capítulo 13 ¡Un monstruo! img
Capítulo 14 La niña Alpha img
Capítulo 15 El Trofeo img
Capítulo 16 Un mal entendido img
Capítulo 17 De boca en boca img
Capítulo 18 Mi loba img
Capítulo 19 Sombras del pasado img
Capítulo 20 Instintos perversos img
Capítulo 21 Tu nombre img
Capítulo 22 El secreto de Valkyria img
Capítulo 23 Luna Rosada img
Capítulo 24 Destinada al Alfa img
Capítulo 25 Rechazada por el Alfa img
Capítulo 26 Huyendo de la realidad img
Capítulo 27 El regreso de Mingan img
Capítulo 28 Batalla de lycanes img
Capítulo 29 Una tentadora propuesta img
Capítulo 30 Inocencia perdida img
Capítulo 31 El secreto de la Diosa Selena img
Capítulo 32 Apareamiento img
Capítulo 33 ¡Le pertenezco! img
Capítulo 34 ¡¿Incesto ! img
Capítulo 35 Conjuro de la Luna 🌕 img
Capítulo 36 Despedida de Amantes img
Capítulo 37 Verdad oculta img
Capítulo 38 Difícil decisión img
Capítulo 39 Un último deseo img
Capítulo 40 La despedida del Alpha img
Capítulo 41 Una nueva líder para la manada img
Capítulo 42 Un sólo alma nos pertenece img
Capítulo 43 Sensatez vs Deseo img
Capítulo 44 El apoyo de la manada img
Capítulo 45 Cazador, cazado img
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Capítulo 5 ¿Será esto el amor

"El que quiere arañar la Luna, se arañará el corazón."

Federico García Lorca

-¡Aah! -gruñe, baja su mirada y me tira al suelo. Me ofrece su mano para ayudarme a levantarme, lo rechazo y como puedo me coloco de pie.

-L-lo siento -tartamudeo avergonzándome.

Me alejo un poquito para poder verle mejor, mi cuerpo es invadido por una sensación extraña al notar lo apuesto que es. Sus ojos del más profundo gris me escanean, mientras yo hago lo mismo con él.

Es tan alto y musculoso como papá, ha de medir aproximadamente 1,90cm. Es rubio, mandíbula cuadrada con una ligera línea de vellos rubios, nariz respingona y labios gruesos. Lleva puesto una camisa negra, vaqueros claros y unos tenis del mismo color de la camisa.

Es guapo. Demasiado guapo.

Me asombro por tener estos pensamientos sobre alguien que apenas acabo de conocer, aunque... No realmente, ni lo conozco.

-Disculpa, ha sido mi culpa -murmura sin dejar de verme. Su voz es la cosa más sexy que he escuchado en la vida, envía a todo mi cuerpo un escalofrío -. Venía distraído cuando choqué contigo -me ofrece su mano y no dudo en aceptarla, siento electricidad al nuestras palmas juntarse-, un gusto me llamo Brando.

-Kira -digo bajito. Retiro mi mano tratando de no ser brusca.

-¿Disculpa?

-Eh... Me llamo Kira Hamilton.

Sonríe y siento que muero en este instante, su sonrisa es perfecta, sus dientes estúpidamente blancos y todos en su lugar. ¿Desde cuándo me ando fijando en esas cosas?

-Brando Lancaster -asiento, aún nerviosa por su presencia-. Voy de camino al comedor, ya que hemos chocado, podemos ir juntos y conocernos un poco mejor. ¿Te parece?

-Sí -susurro.

Con pasos nerviosos caminamos uno al lado del otro, lo miro de reojo y noto lo diminuta que soy a su lado, a penas llego a su fuerte pecho. Una tierna sonrisa se dibuja en sus labios, finge que no se da cuenta de mi escrutinio y yo fingo que no me doy cuenta de su sonrisa.

Alrededor de treinta chicos están reunidos en la entrada del comedor, llegamos hasta ellos. Por inercia me encogo y retrocedo al ver a tantas personas acumuladas. Las multitudes y yo no somos buenas compañeras, es una de las razones por las que me he sentido diferente al resto de mis compañeros de clase toda la vida o por lo menos desde que tengo uso de razón.

-No sé a ti, pero a mí no me gusta tanta algarabía -susurran a mi lado. Volteo y lo veo.

-A-a mí, tampoco -tartamudeo nerviosa, ha de pensar que soy una retrasada como siga avergonzándome.

-Pero ese es el cometido de este campamento, ¿No? -señala lo obvio, su mirada no abandona mis ojos, produciendo que mis piernas se debiliten-. Conocer nuevas personas, aprender a relacionarnos y admirar la belleza de la naturaleza.

¿Es normal sentir que floto?

¿Es normal sentir estás emociones por alguien que solo acabado de conocer?

¿Será esto el amor?

Brando no espera mi respuesta, toma mi mano, generándome la misma sensación de cuando lo tomó por primera vez, hace apenas unos minutos, y me lleva dentro.

La señora Cooper presenta tres personas más, quienes serán los encargados de vigilar las actividades a realizar los sietes días que dura el campamento. Para el día de mañana, desde bien temprano iremos al lago para una competencia de remo en canoas, los grupos serán escogidos mañana al alzar, todo dependerá de la suerte de cada chico.

Sólo le rezo a un Dios divino que haga de las suyas y me coloque en el mismo grupo que Brando.

Se nos permite sentarnos en los inmensos mesones de la sala, y esta escena me traslada al comedor de Hogwarts. Brando a mi lado me distrae preguntando cosas de mi vida.

Es increíble que sea la primera persona que sin conocerla del todo, me sienta segura. Tiene un aura enigmática y una frescura, además, de sus ojos grises. Las cosas entre los dos fluyen sin tensiones y media hora después, nos dirigimos al salón de la biblioteca, voy distraída y choco con un chico. Mi cuerpo se tensa.

Entrecierro los ojos y reconozco al moreno, ojos negros, con sonrisa burlona que tengo frente a mí, lo acompañan dos chicos más, gemelos.

-Fíjate por donde caminas, idiota -me muerdo la lengua para no responderle. Paso por su lado y me cierra el camino-. ¿La niña de papi no quiere problemas?

-Amigo, la chica no te ha hecho nada -me defiende Brando -, solo ha sido un tropezón. No seas grosero y no olvides que es una dama.

El chico moreno suelta una carcajada, sus amigos lo secundan.

-¿Dama? ¿ésta rara? -le cuestiona con burla-. ¿Dónde? Si más horrenda no puede ser. Anda rarita a quejarte con tu padre.

¿Por qué habla así de mí?

-Te estás pasando -gruñe Brando. Al notar la tensión en el ambiente, decido que es mejor desaparecer de allí y no buscar problemas.

Agarro a Brando y lo llevo fuera de aquel lugar. Me recrimina el no haberle permitido darle su merecido al imbécil del comedor. Le digo que no quiero problemas y lo acepta. Retomamos nuestros planes antes del altercado con el moreno y nos vamos a la biblioteca.

Estando en la biblioteca, él toma uno de los libros y comienza a leerlo, yo tomo otro sin importar si contenido, lo repaso con la mirada y a ratos sus ojos me miran haciéndome sonreír.

Los días comienzan a pasar y con ello mi amistad con Brando se incrementa, así como las emociones que me hace sentir. Muchas veces me encuentro pensando el cómo se sentirá sus labios sobre los míos. Ese tipo de pensamientos me desconcierta porque no suelo tenerlo, pero con él todo es distinto.

Su presencia ha acallado la voz de mi interior, haciéndome sentir una persona normal y no una rara, como dijo aquella tarde Roy. Dos días después volví a tener un altercado con ese chico y sus amigos, allí supe su nombre. Y si debió darme un indicio de algo no lo hizo, todos los que estamos en este campamento somos hijos de los trabajadores de la empresa donde mi padre es socio mayoritario y CEO. No entiendo lo qué se trae conmigo y su constantes ganas de querer pisotearme.

Alejo esos pensamientos de mí, siento que la vida me sonríe por primera vez al lado de Brando.

                         

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