Narra Aynih.-
Fui arrastrada por una mano espectral, sus dedos como cuchillas y un tacto frio que congelaría a cualquiera del terror. Me tomo de las caderas mientras intentaba huir, arrastrándome dentro del libro junto a él; mi mente estaba en blanco, mi corazón golpeaba mi pecho salvajemente, mi rostro había perdido el color y un sudor frio recorría mi frente.
El ser frente a mí me miraba con impaciencia, su apariencia era idéntica a la de un humano, ojos brillantes como esmeraldas, un cabello rojo como el vino y una sonrisa que intentaba ser amistosa, pero aquella sonrisa maniática adornando su pálido rostro lo delataba. No era humano, ni de cerca.
Después de examinarme por lo que pareció una eternidad la expresión en su rostro como alguien que sido estafado me hizo retroceder instintivamente. Mientras sus ojos se oscurecían una voz escalofriante salió de el la cual junto a una escalofriante música de circo que podía escucharse de fondo solo hacia que el terror creciera cada segundo.
→ Espera...tú no eres Sally. – tomo mi rostro entre sus manos acercándola a él, examinándome meticulosamente
→ No...no lo soy. - respondí asustada intentando calmar el terror que crecía dentro de mi
→ Entonces, ¿Quién eres? - dijo mientras se acercaba a mi tanto que podía sentir su frio aliento chocar contra mi rostro
→ Yo...yo soy Aynih una Youtuber que estaba haciendo una transmisión en vivo aquí en Brunéi. - dije
→ Demonios, esa niña me las va a pagar.- dijo enfurecido
Una sombría expresión se dibujo en su rostro, parecía estar en busca de alguien más; el ambiente a mi alrededor era sombrío, arboles gigantes, tan altos que impedían ver el cielo nocturno, neblina tan densa y blanca que incluso mirar tus pies era un reto, innumerables criaturas podrían estar ocultas en ella.
Me era imposible controlar mi ritmo cardiaco el cual seguía latiendo desenfrenadamente al borde del colapso, no seria extraño si dejase de latir debido a una sobrecarga.
Hubo un silencio abismal, helado y tenebroso hasta que el sonido de una risa maniática resonara causando que las hojas de los arboles a nuestro alrededor se mecieran abruptamente.
Aquellos brillantes y fríos ojos esmeralda comenzaron a enfocarse en mi causando que un escalofrió recorriera todo mi ser, una maldad y una lujuria inexplicable se reflejaba en ellos y nada bueno podría esperarse. Estaba a merced de esta criatura y sus enigmáticos planes.
→ Bueno querida olvide presentarme, soy Jason the ToyMaker a mi servicio. – dijo soltándome para hacer una reverencia hacia mí.
→ ¿A tu servicio? - pregunte confundida
→ Exacto, como no tienes un lugar a donde ir o persona que espere por ti en este mundo, tu vendrás conmigo pequeña Aynih. - dijo mirándome fijamente
→ Pero...-intente protestar y él cubrió mi boca con su mano
→ Shhh... no tienes que decir nada pequeña, aun si no eres quien deseaba, tu ser es valioso para mí, te daré el gran honor de servirme y ser mi más preciada esclava. – me miro con malicia
→ No tienes por qué agradecerme linda y... Bienvenida al Dark Circus. –
Su voz maniática acompañada por la melodía del circo más espeluznante intimidaba a cualquiera.
Fui atada y amordazada, mis pies y manos habían sido atados con tanta rapidez y fuerza colocando un decorativo y muy llamativo moño como un ultimo acto de burla a mis intentos por resistirme.
Estaba aterrorizada, sin la oportunidad de huir sentada en el frio suelo de aquel tenebroso circo, él se giró extendiendo la mano hacia atrás, una serpiente salió de entre las sombras la cual se arrastró hasta mí, subiendo por todo mi ser enredándome y aprisionándome con fuerza; él saco una gigante bolsa negra, aquella gigantesca mano que me había arrastrado a este mundo nuevamente me tenía atrapada, levantándome mientras aquella sonrisa siniestra se dibujaba en su rostro y me metía sin ninguna consideración al frio saco.
Solo podía sentir el intranquilo caminar mientras era cargada en su espalda, las mordaza y ataduras me impedían huir, pero no dejaría de intentarlo; la poca o nula ventilación de aquel saco y mis continuos intentos por liberarme estaban teniendo consecuencias me era difícil respirar, y el contante ajetreo habían ocasionado mareos y poco a poco perdí la conciencia.
A punto de sofocarme, seguía dormida sin mover ningún solo musculo, en mi cabeza se encontraba atrapada una pregunta ¿Qué espero de aquí? La necesidad de escapar ¿para qué?, ya no se en que pensar si escapar o cumplir las órdenes y antojos de él.
El tiempo parecía eterno, no sabía cuánto tiempo llevábamos andando, me sentía ajena a mi alrededor estaba inconsciente y solo podía sentir el movimiento de sus pasos.
Comencé a despertar, mi visión era borrosa, parpadee un par de veces pare intentar que mi visión se adaptase a la iluminación de mi entorno intentando enfocar aquello frente a mi para darme cuenta de que me encontraba dentro de una jaula.
→ ¿En dónde estoy?, ¿Qué estoy haciendo aquí? - dije confundida
Me levante rápido para acercarme a los barrotes de metal y ver que no eran intangibles o que solo estaba soñando, pero al parecer podía sentirlas entre mis temblorosas manos. Aquella jaula estaba cubierta por una manta dejando una pequeña ranura que dejaba entrar un ápice de luz, estaba un poco asustada no sabía que tenía que hacer, una leve sospecha entro en mí que quizás él me tenía por alguna razón, pero... ¿Qué será? Después de varias horas encerrada en este rincón oscuro y callado escuche a lo lejos una puerta abrirse.
→ Oh, buenos días esclava querida. – Podía escuchar su escalofriante risa acercándose al compás de sus pasos.
¿Otra vez tú?, ¿Qué querrá en este momento? La manta fue retirada abruptamente dejando que la luz iluminara la oscura jaula mirando directamente mis oscuros ojos.
→ Bueno, para ser algo cortes de mi parte podría escoltarte y mostrarte tu nuevo hogar. - dijo
→ ¿Por qué recorrer este infierno? - respondí molesta
No quería pasar tiempo con este demente ni estar en este lugar para cumplir sus oscuros y cuestionables. Crucé mis brazos y di media vuelta dándole la espalda, pero esta acción había sido demasiado audaz jugando con mi suerte. Jack abrió la jaula con una mirada oscura y fría que me hizo temblar y arrepentirme de inmediato, me jalo fuera de esta tomándome del brazo forzándome a verlo a la cara.
→ Tal parece que eh sido demasiado indulgente contigo, tendré que enseñarte modales puesto que no fue una pregunta.... soy tu amo, tu trabajo es sonreír y asentir aun si te pido que saltes de un precipicio, señorita
me abofeteo con tal fuerza que sentí mi rostro arder, mis tímpanos resonaban haciendo que todo lo que el dijese sonase como eco a la lejanía.
→ A...auch. - susurre temblando
Cubrí mi mejilla intentando aplacar el dolor, podría jurar que el color había cambiado a un rojo intenso, esto tomaría tiempo en desvanecerse, pero más allá del dolor o la marca que esto me había producido me hacía cuestionar mi carácter; yo podría ser un tanto difícil, conflictiva e incluso jamás me doblegaría ante nadie y aun así mi instinto me gritaba que eso solo me llevaría a la muerte, podía tragar mi orgullo y someterme o arriesgarme y morir con mi orgullo intacto. Quería llorar y contuve las lagrimas no por el dolor o el miedo si no porque estaba a merced de un maniático.
→ Esto es lo que te mereces por ser grosera conmigo Aynih. - Dijo sonriendo con satisfacción.
→ Lo...siento. - respondí entre dientes, mientras le maldecía internamente con el léxico más fluido de malas palabras, miré al suelo intentando ocultar mi verdadero sentir
→ Así esta mejor, este es tu primer día y hay normas que debes cumplir si no quieres recibir un castigo más severo en tu próxima falta. – me miro directamente a los ojos
→ ¿Qué clase de normas? -pregunte mientras sobaba mi mejilla
→ Claro Aynih, todo techo tiene normas y en nuestro caso si tu desobedeces o no cumples con una de ellas recibirás un castigo. - repitió
Su mirada era aterradora, me hacía temblar y mi mente quedaba en blanco, lamentablemente tendría que cumplir todo lo que él me diga hasta lo más insignificante o peligroso que fuera.
Después de todo no podía aceptar esto, estar aquí con el no cambia nada, no puedo cumplir sus órdenes sin más. Así que negué hacia él.
→ Lo siento Jack, pero no puedo ni debo estar aquí contigo. - respondí firmemente, su risa maniática resonó en el lugar
→ Aynih ¿sabes del problema que te estas metiendo? - dijo mientras acercaba a mí, dejando su rostro muy cerca del mío.
Sin darle tiempo a decir algo más tomé mi oportunidad dándole una bofetada y di una patada al pecho tirándolo al suelo, eta era mi oportunidad para salir de este infierno. Sus ojos cambiaron por completo absorbidos por la ira debido a mis acciones, corrí en busca de la salida no me quedaría a ver lo que ocurriría después de haberle desafiado; estaba muy cerca de mi objetivo mis piernas estaban cansadas pero al desviar mi mirada hacia atrás note que Jack estaba corriendo hacia mí con un rostro sombrío.
Sin importar cuan rápido corrí al final él logro atraparme con sus afiladas manos, agarrándome el cabello me elevo por el aire, grite de dolor, pedí auxilio en mi desesperación, pero sabía que era inútil no nadie en este lugar que pudiese acudir a mi suplicas. Frente a mí solo podía ver la frialdad e ira de esta criatura.
→ Ayuda! ¡Auxilio! - gritaba mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
Él se estaba riendo por la acción tan torpe e inútil que lleve a cabo, para él era un juego lo que estaba haciendo un acto cobarde y sin sentido pero que esperaba el de mí que fuera su muñeca de trapo y que él tuviera el derecho de mover cada parte de mi cuerpo, claro que no.
Mientras estaba mirando a Jack cara a cara él comenzó a cantar:
"La pequeña es ella, de corazón frágil al igual que su cuerpo, lo que ella hace yo lo controlo entre hilos y cuerdas sostengo porque Aynih fue grosera ante su creador"
Sin entender nada, mis piernas estaban temblando al igual que mis brazos él me miraba fijamente mientras repetía una y otra vez, hasta que....