¿Cómo podía sobrevivir a eso?
Simplemente no podía ver al que fue el amor de mi vida así como si nada, habían pasado tantas cosas entre nosotros, nuestro adiós no fue nada lindo...sí, definitivamente no podía verlo.
En base a las instrucciones que Sebastian me había dado en el recorrido, logré llegar a la cafetería. La mayoría de las mesas ya se encontraban ocupadas, tomé una bandeja y me puse en la fila para agarrar la comida. Conforme iba avanzando iba observando disimuladamente hacia las demás personas, no se miraba Alex por ningún lado.
-Hola- me dice una chica frente a mí, es la recepcionista.- ¿Qué tal tu primer día?
-Pues va bastante bien...creo- la chica sonríe y me extiende la mano.
-Soy Geovannah Grant, puedes decirme Geo.
-Rosalie Rogers- digo mientras le doy un ligero apretón en la mano. Caminamos para tomar nuestra respectiva comida, tomé una hamburguesa y un refresco, Geovannah hizo lo mismo.
-Entonces, ¿eres de aquí?- pregunto de nuevo Geo.
-No, soy de California, pero antier me mudé para acá.
-¿Se puede saber por qué?- sigo a Geo a una mesa vacía y me siento frente a ella.
-Quería un nuevo aire- respondo con simpleza.- Y además mi hermana menor vive aquí así que no estaría mal echarle un ojo...es un poco alocada.
-¿Dijeron alocado? ¿Acaso hablaban de mí?- Sebastian apareció a un lado de nosotras con una sonrisa espléndida.- ¿Puedo sentarme?
Miro a Geo y ella es la que decide tomar la batuta.- Si el asiento está vació, tómalo- eso fue suficiente para que él se sentara a mi lado, Geo se mira un poco decepcionada por eso.
-¿Todos te tratan bien en tu primer día, Rose?- así es, él solito había comenzado a decirme así y no quise objetar.
-Claro.
-Perfecto, sino me sentiré realmente avergonzado por...¡¡Hey Alex, siéntate acá!!- dijo de repente cuando el susodicho pasó frente a nosotros. Él se detuvo de golpe e inmediatamente posó sus ojos en los míos.
-No es necesario, yo iba a la oficina.
-¿Con todo y bandeja? Claro, no seas ridículo y toma asiento, a las señoritas no les molesta ¿cierto?- pregunto viéndome a mí.
-Uh, no...- lo que me faltaba, mañana traigo comida y no bajo nunca más. A leguas se notaba que Alex no quería sentarse con nosotros y sabía que la razón era que yo estaba aquí, pero no le quedó más remedio que obedecer a su jefe, se sentó a un lado de Geo así que podía verlo más que bien...cosa que evitaba hacer.
-¿Y de qué hablaban, chicas?- pregunta Sebastian.
-De que Rosalie no es de aquí.
-Eres de California ¿verdad?
-Así es- apenas contesto y me dedico a ver mi hamburguesa, tengo que inventar un pretexto para huir de aquí rápidamente sin que se vea demasiado obvio.
-Vino a cuidar a su hermanita- le informa Geo y Sebastian la mira a ella para luego verme a mí.
-Nat se sabe cuidar muy bien...aún recuerdo la vez que me dio una patada en donde ustedes ya saben.
-Algo habrás hecho para que ella reaccionara así, no es una persona agresiva- contesta inmediatamente Alex y todos lo voltean a ver, él sabe que ha cometido un error.
-¿Conoces a Nat?- lanza Sebastian y yo temo sus siguientes palabras.
-Uh claro, la vi un montón de veces contigo...me la presentaste.
-¿Lo hice?- se pregunta a sí mismo Sebastian.- Vaya, no lo recuerdo la verdad, pero para que sepas que ella no es agresiva es porque la observaste bastante- Sebastian tiene una sonrisa lobuna en su cara que me pone más nerviosa.- Creo que tu hermana aquí tiene un prospecto para pareja.
-No digas tonterías, Sebastian- refunfuña Alex con enfado.
-¡Tranquilo hombre, sólo bromeaba!- levanta las manos en plan de rendición y casi todo vuelve a la normalidad. Sebastian y Geo me hacen muchas preguntas y comentan una que otra anécdota que se relaciona con la pregunta o inclusive con mi respuesta.
Trataba de responder con total naturalidad a sus preguntas, imaginaba que Alex no estaba ahí, y él me lo facilitaba al no hablar, sólo dedicarse a comer y mirar a su comida. Me sentía como en la secundaria, todos me interrogaban...no era agradable.
-Y Rose, dinos, ¿tienes novio?- pregunto Sebastian con una sonrisa coqueta, desvíe mi mirada de la suya pero me encontré con el par de ojos cafés que no quería ver.
-Uh...
-Es obvio que sí- dice Geo.- Una chica tan linda no anda sin novio.
-¿Es verdad?- dice en tono insistente Sebastian. En serio no quería contestar esa pregunta, Alex no tenía que enterarse de mi fallida vida amorosa.
-No- murmuro rápidamente y agacho la mirada, no sin antes notar que Alex ha soltado un suspiro, ¿y eso ha sido por?
-Perfecto- replica con entusiasmo mi jefe, no deja de sonreír.
-Ya dejen de interrogar a la pobre chica- gruñe Alex sin dejar de ver lo que quedaba de su comida.
-¿Disculpa?
-Es su primer día de trabajo y no dejan de hacerle preguntas, denle un respiro...sólo digo- se levanta del asiento y lo volteo a ver, está demasiado serio, aunque siempre ha sido así, no sé de qué me sorprendo.- Nos vemos después, Sebastian, señoritas.
Me dirige una última mirada y así sin más se va, dejándome completamente aturdida.
*****
Toda la semana me la pase corriendo el riesgo de verlo en la hora de comer, sabía que no debía hacerlo pero era como si fuera adicta a una droga, Nat me decía que era masoquista y me encantaba sufrir...no podía negar eso.
Geo se sentó conmigo siempre e incluso me presentó a más personas, se podía decir que ya tenía nuevos amigos, hasta en mi área charlaba amenamente con mis compañeros. El caso era que a Alex nunca lo vi, ni cuando llegaba al trabajo, o a la hora del almuerzo o inclusive cuando salía lentamente hacia mi auto. Mi área de trabajo se encontraba como a 6 pisos debajo de su despacho así que el poder verlo desde ahí se me complicaba bastante, y él tampoco hacía un esfuerzo para verme; todo era demasiado claro y yo como buena chica ciega y obsesionada con su pasado no quería darme cuenta de eso.
Por fin era viernes y el turno había acabado, Nat quería ir a festejar que había pasado la primera semana de trabajo sin ningún rasguño, e inclusive había invitado a Geo, la cual había chillado como loca cuando lo hice esta mañana, su compañera la había observado raro.
-Esperaré tu dirección, Rose- dice Geo cuando estoy a punto de salir del edificio.
-Cuando llegue a casa te la mando sin falta- ella me guiña un ojo como señal y continúo caminando.
-Hey, Rose- me llaman a mis espaldas, es Sebastian.
-Hola- debo admitir que tiene linda sonrisa, y según mi hermana nunca tuvo nada con él, simplemente una gran amistad que surgió después que mi hermana le propinara una patada en la entrepierna a consecuencia de que él molestaba a su mejor amiga.
-Me preguntaba si quisieras ir a cenar para celebrar tu primera semana en el trabajo- se notaba nervioso y eso me hizo gracia, hasta el momento no lo había visto así, siempre era muy seguro de su mismo.
-Me encantaría pero ya tengo planes, Sebastian- su sonrisa titubea, y me percato de que alguien está detrás de él en la recepción, es Alex quien nos observa de reojo.
-Oh, ¿en serio? ¿Quién fue el afortunado que se me adelantó?
-Nat. Ya sabes cómo es, quiere ir a festejar a uno de sus club's favoritos. ¿Quieres ir?- la pregunta salió sin previo aviso y me maldecí, quizá no tanto porque Alex giró por completo su cuerpo hacia nosotros, ahora nos miraba fijamente.
-Wow, claro, ¿quieres que pase por ti?
-Nat y yo nos iremos en taxi, no creo que podamos manejar de regreso.
-Entonces pasaré por ustedes y seré su conductor designado- me guiña un ojo y le sonrió agradecida.
-Bien, te mando por mensaje la dirección de mi casa que aún no me la aprendo- murmuro apenada.
-Perfecto, nos vemos en la noche.