Estaba confiada de que el examen seria sencillo, pero que va, no lo fue. Aun así me esforcé por terminarlo, me había esforzado por meses para esto. La carrera de administración no sería sencilla, pero se que lo lograria.
Todo por mi, todo por el.
Jeff.
Termine mi examen, confiada me puse de pie y fui a entregarlo. Luego tenía que salir del salon. Al hacerlo me senté en las bancas, aun no podía sacar mi teléfono.
Sonreí al pensar en Jeff, lo tonto que a veces puede llegar a ser, lo amo asi, con esa ingenuidad que o caracteriza. Mi esposo parece un chico malo, pero es todo un amor de persona, me sorprende que siga siendo bueno a pesar de todo lo que le ha pasado en la vida.
Ser huérfano desde pequeño, luego pasar por tantas cosas cuando era solo un pequeño, hace que mi corazón duela, por que a pesar de todo, no deja de sonreírle al mundo que fue cruel con el. Incluyendo mis padres.
Pero eso ya daba igual, el y yo nos tenemos el uno al otro, no necesitamos mas por que nos cuidamos mutuamente.
-Oye Abi -Alina vino hacia mi y se sentó a mi lado- ¿que tal te fue? Ten.
Me dio una caja de jugo.
-Creo que bien, confío en mis capacidades.
-Eres muy lista y capaz.. -me dio con el codo-, eres la mejor de tu clase.
Alina, se podría decir que es mi amiga. Nos conocemos desde hace un año, es un año menor que yo y estudia artes de esta universidad. Es una rubia preciosa y bastante carismática. Nos volvimos amigas por un par de toallas sanitarias.
Le había bajado y yo casualmente tenía una toalla conmigo, desde entonces hemos sido algo unidas.
Digamos que es la persona mas sincera que se me ha acercado, después de Jeff, antes tenia conocidos por que amigos no eran, que me trataban distinto por tener una buena posición económica y estudiaba en una prestigiosa universidad.
Era de las típicas chicas que usaban marcas costosas, iba de viaje cada vez que quisiera. Era demasiado superficial, lo era hasta que conoci a Jeff. El me mostro el mundo real, un mundo en el que las marcas no existían, tampoco las clases sociales, uno en el que la belleza están en las cosas y no en las tiendas.
Me había enamorado de la persona correcta, que me enseño a cuidarme y verle lo lindo a la vida. Fue la única persona que me quiso por lo que era y no por lo que tenia. Es el amor de mi vida.
-¿Te gustaria comer? Yo invito.
-Claro -me puse de pie-, en unos días entregan los resultados, asi que podre irme a casa...
-Bien -entrelazo su brazo con el mío- ¿eres vegana? -negué- Bien, conozco un buen restaurante en donde venden el mejor pollo frito del planeta...
Ella siguió hablando, yo no preste demasiada atención, solo saque mi teléfono y lo encendi. Mi ceño se frunce al ver la enorme cantidad de llamadas que tenía de un número desconocido, deje de caminar al ver una llamada entrante así que conteste.
-¿Diga?
-¿Abi? Habla Antony..
-¿Antony? ¿P-Paso algo? -pregunté con algo de temor.
-Es Jeff, tienes que venir al hospital...
No se como, pero me solté de Alina y empecé a correr hacia la salida de la universidad, como pude paré un taxi y me subí al mismo, busque en mi bolso el dinero que me había dado Jeff por si ocurría una emergencia.
El hombre al notar mi nerviosismo, aumentó la velocidad del auto, le dije que me llevara al hospital.
Al llegar le di el pago, rápidamente me bajé y corrí hacia la sala de emergencias, me detuve al ver a Antony cubierto de sangre, el al verme bajo la cabeza así que a paso lento llegue a el.
-¿Q-Que paso? -pregunte al borde de los nervios.
-Jeff... Cayó de un cuarto piso, justo ahora lo están operando, lo siento mucho Abi.
-No -me reí-, eso es imposible Antony, eso no pudo haber pasado... Jeff es cuidadoso, eso no puede ser.
-Lo siento, todo pasó en un segundo...
-Ya dije que no... Jeff estará bien.
Quería creerlo, quería creer que el estaría bien. A el no le puede pasar nada, pero ver a Antony cubierto de sangre, me dolía.
Un doctor había salido de la sala de emergencia junto a una enfermera.
-¿Familiares de Jeff Field?
-Soy yo, soy su esposa -me acerque a el- ¿como esta mi esposo?
-Lo siento mucho señora Field, su esposo no resistió la cirugía.
-¿Que?
-Lo sentimos señora Field, su esposo acaba de fallecer.
No escuche nada mas, solo el eco del pasillo del hospital, aun no salia de mi shock, mi esposo acaba de morir, me acabo de quedar sola.
Esto no podía ser, el no pudo haberme abandonado de esta manera, el no pudo haberme hecho esto, claro que no.
-No puede ser.. -susurré.
-Se que es dificil señora Field, pero hicimos todo lo que pudimos. El golpe en su cabeza fue demasiado duro, le causó un derrame instantáneo, de nuevo lo lamento.
El doctor se fue, dejándome sola en el pasillo, sentí mis lagrimas resbalar por mis mejillas, esto tenia que ser un muy mal sueño, el no pudo haberme dejado asi como asi, claro que no.
Habíamos hecho planes, íbamos a tener a nuestro primer hijo, estábamos listos.
Me he quedado sola..
Antony me sostuvo de los brazos cuando sentí que mis piernas fallaron, lo mire y este me miraba con pena y dolor.
-Dime que es falso Antony.
-No lo es Abi, lo siento...
-No -sollocé- ¡No, no, no!
Antony me abrazo mientras yo sacaba todo mi dolor, Jeff se ha ido. Me ha dejado completamente sola.
(...)
Horas después.
Habían transcurrido tan solo tres horas desde que me dieron la noticia. Antony estaba preparando todo para el funeral de Jeff. Yo estaba en casa con Alina quien me hacía algo de compañía.
Yo busque un suéter negro y me coloque, me recogí el cabello. Jeff odiaba que me vistiera de este color, decia que me hacia ver mas pálida, vaya que tenía razón, me veo fatal.
-Jeff..
Me recargue de la peinadora para soltar mi llanto de nuevo. Me sentía sola, destrozada, vulnerable. ¿Como demonios continuaba sin el?
Tome fuerzas y busque en el closet su camiseta favorita, junto a su chaqueta de cuero, amaba demasiado esta cosa, recordé cuando me dijo que si llegaba a morir, quería que fuera enterrado con ella puesta. Busque unos Jeans y sus botas, las metí en una bolsa. Me tomé mi tiempo para poder salir.
Al hacerlo, Alina me sonrio con tristeza, me quito la bolsa y ambas salimos de la casa. Me subí a su auto y ella condujo hacia la funeraria. Yo trataba de no romperme pero me era imposible. De la noche a la mañana me habían arrebatado al amor de mi vida.
Alina se estaciono en el lugar, aún no llegaba nadie y estaba por anochecer. Al entrar, me encontré con todos sus compañeros de trabajo, los conocía a todos por que iban cada domingo a la casa a hacer la parrillada con Jeff.
Camine hacia Antony quien lucía igual de roto que yo, era su amigo.
Me quede estática al ver el par de puertas frente a mi, no quería entrar pero debía hacerlo. Tome todas las fuerzas que tenía para entrar, al hacerlo no pude evitar caer de rodillas al ver a mi esposo sobre esa camilla de aluminio.
Tape mi boca con mi mano, las ganas de vomitar y el dolor no me dejaban respirar. Pero con todas mis fuerzas, me puse de pie y lentamente me acerque al cuerpo de Jeff.
Estaba lleno de moretones, rasguños y raspones. Mire su rostro, parecía sereno, parecía dormido. Saque los pantalones para colocárselos, luego sus botas y por último la camisa, al hacerlo me detuve a llorar de nuevo.
-¿Que hago ahora Jeff? -mi voz salió rota- ¿Como podre sobrevivir sin ti?
Como pude le coloqué la chaqueta, la que tanto amaba. Tome su mano y quite mis anillos para colocarlos en su dedo meñique. Mi amor se iba con el, mi vida de iba con el.
-Te amo Jeff.. -susurre.
-Señora, es hora de prepararlo.
Me aparte de el, senti las manos de Antony sostenerme de los brazos y con cuidado sacarme del lugar. Yo me sentía horrible, me quería morir junto con Jeff y dejar de sentir tanto dolor.
Antony me sentó al lado de Alina quien tomo mi mano para darme aliento o algo. Yo solo veía como las flores llegaban una a una, al igual que las personas que conocían a Jeff, yo saque un pequeño peluche que me había dado en nuestra primera cita, el lo llamo popó por el color.
Estaba algo remendado, pero era una de mis cosas favoritas de Jeff.
-Abi -mire hacia aquella voz, de inmediato me puse de pie.
-¿Que hacen aqui?
-Supimos el fallecimiento de tu esposo, quisimos venir a darte el pésame.
-¿El pésame? -me rei- ¿Ustedes? Por si lo olvidaron, ustedes humillaron a mi esposo muchas veces, me corrieron de casa por solo negarme a separarme de el...
-Hija por favor -dijo mi mamá apenada-, lo hacemos de buena fe, se lo que debes estar pasando...
-No, no lo saben -dije molesta-, se acaba de morir la única persona que no me ha dado la espalda en los últimos cinco años ¿entienden como me siento? -solté un sollozo-, mi esposo se murió y me he quedado sola.
-No estas sola Abi, somos tus padres y se que cometimos un error -dijo mi papá-. Queremos acompañarte en este momento.
-Ya no los necesito -susurré-, lo siento pero ya no los necesito.
Me senté de nuevo ya que sentía que iba a caerme en cualquier momento. Mis padres se negaron a irse y honestamente no tenía fuerzas para pelear con nadie ahora.
Las personas se hicieron a un lado, la urna de Jeff había entrado. Yo me quede en mi lugar por que si me ponía de pie, me desmayaria. La urna fue puesta en su lugar y poco a poco las personas empezaron a acercarse, yo no podía hacerlo.
Los vecinos del barrio empezaron a llegar y todos se dedicaban a saludarme y a darme el pésame. Por un momento me sentía algo acompañada pese a que mi esposo estaba dentro de esa caja.
No pude evitar sonreír al recordar cuando nos mudamos a nuestra casa, se había peleado con el vecino por que su perro había defecado en el jardín.
-Flashback-
-¿Que opinas nena? -me abrazo por los hombros- solo le faltan unos pequeños arreglos para que quede perfecta.
-Me gusta -nos miramos luego me dio un beso-, es perfecta.
Me solto y tome una de las cajas, me sentía contenta ya que nos mudamos a un mejor lugar, no me molestaba vivir en el remolque, pero el quería darme un mejor lugar y este es perfecto.
Deje la caja de las cosas de la cocina, luego salí al escuchar gritos. Un señor le gritaba a Jeff.
-¡¿Por que hiciste eso?! ¡Que muchacho tan insolente!
-Le pedi de la manera más amable posible que recogiera la mierda de su perro, como no lo hizo, se la lance -se cruzó de brazos-, si va a tener un animal, debe ser responsable de lo que esta haga.. No quiero problemas señor, pero no pienso permitir que su perro defeque en mi jardín.
Me tape la boca al ver que el hombre tenía lo que defecó su perro en su ropa y su perro le ladraba a Jeff.
-Fin del Flashback-
Luego de eso se volvieron cercanos, el señor Hart es un vecino bastante temperamental, Jeff era el único que le decía sus verdades en la cara.
-Abi.
Me puse de pie al verlo, de inmediato me abrazó y ambos lloramos.
-Lo siento tanto, mi muchacho...
Se separo de mi y fue hasta la urna, se recargo de ella para empezar a regañar a Jeff, como solía hacerlo.
-Muchacho, tu no tenias que morirte primero... -sollozó.
Todos en el barrio apreciaban a Jeff, ya que el era algo servicial y era parte del consejo de vecinos. Al inicio, nadie le tenía confianza, lo juzgaban solo por tener tatuajes y estar perforado. Luego se dieron cuenta lo buena persona que era mi Jeff.
Al menos me alivia saber que muchas personas lo apreciaban de verdad.
(...)
A la mañana siguiente.
El momento más duro había llegado, cuando pensé que podría soportarlo, todo empeoraba para mi. Iba detrás del auto en el que llevaban a mi esposo. Habíamos entrado al cementerio, muchas personas habían venido para darme el pésame.
No he tenido el valor de mirar a Jeff dentro de esa cosa, siento que si lo hago, me voy a derrumbar.
El auto se detuvo, sus compañeros de trabajo sacaron la urna con cuidado y la llevaron hacia donde sería enterrado, mi pecho se oprimió y empecé a sentirme mal.
-No se lo lleven -camine rápidamente hacia ellos-, no lo hagan..
-Abigail, no -sentí que mi padre me detuvo.
-¡Suéltame! -forcejee- ¡Jeff, párate de ahí! ¡No me dejes sola!
Caí al suelo mientras miraba como se lo llevaban lejos de mi, mi padre me abrazó con fuerza mientras que luchaba por soltarme de el y correr hacia mi esposo.
Al soltarme corrí hacia la urna que posaba en aquel hueco. Estaba cerrada así que la abrí, me recosté en ella para gritar y llorar todo lo que no había hecho, si hubiese sabido que esto sería así, no lo hubiese dejado salir de casa ayer, si no, el estaría conmigo y esto no me doleria tanto.
-Debi enfermar para que no fueras a trabajar, asi estarias a mi lado ahora y.. -no pude continuar ya que el dolor que estaba en mi pecho me impedía hablar.
-Señorita, hay que proceder.
-No -negué-, dejenme un momento más con el.
-Abi, linda -mire a Alina que estaba a mi lado-, deben enterrarlo.
-No puedo -sollocé-, no puedo dejarlo ir...
-Lo se linda, se que te duele... Pero debes hacerlo -me sonrio con tristeza-, ven conmigo.
Me tomó de los brazos y me alzo como pudo. Solté de nuevo mi llanto y empecé a gritar hasta sentir mi garganta arder al ver la urna de Jeff ser sellada y bajada hacia aquel hueco.
La tierra fue empezando a llenar la urna hasta hacerla desaparecer, todos sus compañeros empezaron a echar la tierra dentro de aquel hueco.
Dentro de ese hueco estaba la persona que mas amaba en el mundo. Me había quedado completamente sola.
-Te amo Jeff -susurre ya sin voz.
(...)
Estaba sentada en el sofá de la sala, me negué a irme con mis padres, me negaba a abandonar mi hogar, el hogar que Jeff había construido para mi, no pensaba dejarlo atrás por nada ni por nadie.
Alina se ofrecio a hacerme compañia pero le pedí que se fuera, no había descansado bien y quería que lo hiciera.
Abrazaba la foto de nuestra boda, nos casamos jóvenes, en una ceremonia en la que estábamos solo nosotros dos. No me importaba nada mas, solo nosotros dos.
No sabía que después de cinco años, estaría pasando por este dolor.
-Come un poco Abi, no has comido nada.
-No tengo hambre -ya no tenía voz-, aleja eso de mi mamá.
-Por favor Abi -dejó la taza sobre la mesa-, no has comido, puedes enfermarte.
-¿Eso importa acaso? Si enfermo, podré morirme y me iré con mi esposo.
-Dios mio Abigail, no digas eso... -mi mamá empezó a llorar.
-¿Quieres que te mienta entonces mamá? -negué- acabo de enterrar a mi esposo, lo único que quiero es morirme, nada más.
Justo ahora estaba llena de dolor, de tristeza, lo unico que queria era estar en los brazos cálidos de Jeff y dormirme sin sentir soledad o miedo.
Abrace mas a mi la foto de mi boda, toda la casa aun tenia el olor de Jeff, aun podía escuchar su risa resonar por toda la casa, o dejando sus zapatos por todos lados y que se molestara por no conseguirlos.
-Déjenme sola.
-No lo haremos... -apareció mi papá con bolsas en la mano- nos quedaremos unos días contigo.
-¿Por que? ¿por que de repente les importo? Si les recuerdo que jamás quisieron a Jeff, les dio igual cuando me fui de casa a los dieciocho, jamas me llamaron o preguntaron por mi... Ahora que Jeff no está si les importo.
-Siempre nos importaste hija -mire a mi mamá-, cometimos un enorme error. Y fue apartarte de nosotros, de tratar mal a ese muchacho que lo único que hizo fue amarte y cuidar de ti... -se limpio las lagrimas-, solo queremos enmendar nuestro error.
-Creo que es algo tarde.. -me puse de pie- espero que se vayan, quiero estar sola.
Me encamine hacia la habitación, cerré la puerta con fuerza. Me acosté en la cama, de nuevo solté mi llanto, quería que esto fuese una broma pesada o que fuese una pesadilla de la que despertaría pronto y todo volvería a la normalidad.
Quería que el llegara con helado, llamándome por mi nombre mientras cantaba, me abrazara y me dijera que todo estaba bien y que me amaba más que a nada en el mundo.
Ya no podía escuchar mas su voz.
Odiaba esto.
Poco a poco cerré mis ojos, quería dormir y no despertar jamás.
A mi mente vino aquel recuerdo de cuando nos conocimos, estaba de fiesta con unas compañeras de clase, había salido bien en los exámenes y decidí irme a beber con ellas. Aun recuerdo todo como si hubiese sido ayer.
-Flashback-
-Oye Abi ¿ves aquel chico que está allá?
Mire hacia donde ella lo hacia, era un grupo de chicos que bebían, todos parecían lindos.
-¿Cual de todos? -rei.
-Al rubio, el único rubio que hay entre ellos.
Volví a mirar a los chicos, el rubio era el que más destacaba entre todos, usaba una chaqueta de cuero, Jeans rotos y botas. Su cabello era largo pero lo tenía recogido, se fumaba un cigarrillo y reía con ellos, tenia una sonrisa perfecta.
-¿Que pasa con el?
-Ve y hablale.
-¿Estas loca? ¿Como podria acercarme a un desconocido?
-Lleva algo de rato mirándote solo que lo sabe disimular, vamos Abi, toma la iniciativa.
No se por que acepte, pero lo hice, pero me volví demasiado tímida para acercarme así que me tomé algunos tragos para tomar algo de valor. Ya cuando estaba algo ebria, me puse de pie y fui hasta aquellos chicos.
Tome aire y me posé frente al rubio quien me miró algo sorprendido.
-Hola -rei-, te dare mi numero.
Metí mi mano en su bolsillo y marqué mi número de teléfono en el suyo, luego se lo entregue y regrese con las chicas.
-Fin del Flashback-
-Jeff... Regresa -solloce.