Capítulo 5 Planes

Al marcharse, Corrine no se llevó nada propio. Sin embargo, curiosamente, terminó con la chaqueta de ese hombre sobre sus hombros.

Estaba temblando mientras caminaba cojeando por la calle. A pesar del sol deslumbrante que bañaba la ciudad con su calor, sentía mucho frío. Buscando a tientas en su celular, marcó el número de su mejor amiga, Karina Brooks. "Karina, ¿crees que puedas venir a recogerme?", preguntó con voz temblorosa.

Unos veinte minutos después, el reluciente auto deportivo rojo de la mujer llegó rugiendo a la acera.

Al ver la pierna vendada de Corrine, se quitó rápido las gafas de sol y abrió mucho los ojos. "Cariño, ¿qué diablos te pasó?", preguntó ansiosamente.

"Karina, ¿está bien si me quedo en tu casa por unos días?", murmuró Corrine débilmente, desplomándose en el cómodo asiento. Luego, le contó su terrible experiencia con Bruce con indiferencia, como si su narración no tuviera nada que ver con ella.

"¡Esa familia es una pandilla de tontos!", exclamó Karina, bastante furiosa. "¿De verdad creen que Leah está a tu altura?".

Su indignación creció como una tormenta y antes de que pudiera darse cuenta, el auto empezó a avanzar velozmente. Su diatriba estalló debido a la incredulidad y la rabia. "Si no fuera por tu inteligencia, Bruce seguiría teniendo problemas. ¿Es un imbécil o solo es un desvergonzado que aspira a más de lo que merece? ¿Cuántas veces te explotó esa familia? ¡Pero te echan en cuanto Leah entra por la puerta! No hay duda de que los Ashton no tienen decencia".

Siempre estoica, Corrine respondió con calma: "Karina, parece que una vida con padres amorosos y un matrimonio feliz no está en mi destino".

Cuando Karina reflexionó sobre la terrible infancia de su amiga, su expresión se volvió más amable y su frente se arrugó ansiosamente. "Cariño, no dejes que eso te afecte".

"Ahora que me doy cuenta de que no estoy destinada a una vida así, he dejado de esperarla. No tengo razón para sentirme triste", murmuró Corrine. Le dio una sonrisa débil y cerró lentamente los ojos. "Estoy cansada, voy a dormir un rato".

Karina sintió que ella no estaba bien. Al tocar su piel febril, murmuró una maldición. Decidida, le dio la vuelta al auto y fue de inmediato hacia el hospital.

Mientras conducía, se enfureció al pensar en la ingratitud de la familia Ashton.

Cuando ellos atravesaban dificultades en la industria empresarial de Lyhaton, ¿quién ideó sus planes y estrategias? Sin Corrine, ¿Bruce habría ascendido a pertenecer a la célebre élite?

La apreciaron cuando la necesitaron, pero la descartaron cuanto regresó Leah.

Karina quería ver cuánto tiempo sobrevivirían sin su amiga.

Una vez que su fiebre disminuyó gradualmente, Corrine se despertó en una cama de hospital.

Lo primero que la impactó fue la blancura absoluta de la habitación. Estaba bañada por una luz artificial y un penetrante olor a desinfectante que le hizo arrugar la nariz incómodamente.

Al principio nublada, su mente fue recuperando claridad, por lo que tuvo que explorar su entorno. Finalmente vio una silueta en una silla junto a su cama.

Una sacudida de reconocimiento hizo que su mano apretara las sábanas. "Tío...", susurró con voz áspera debido al desuso.

"¿Cómo te sientes?". Jayden Ford se levantó para colocar una mano reconfortante sobre su frente. Al no encontrar rastros de fiebre, exhaló un suspiro de alivio. Agarró un vaso de agua tibia y se lo entregó suavemente. "¿Te duele algo más?".

Corrine agitó la cabeza con rapidez, pero también debilidad.

"Karina ya me lo contó todo", declaró Jayden. Su mirada se detuvo en los rasgos desgastados de su sobrina. Su rostro era una mezcla de tristeza y rabia.

Estaba triste por la terrible experiencia que había sufrido Corrine, y furioso por las fechorías de la familia Ashton.

Tomando una respiración para calmar la tormenta en su interior, preguntó: "¿Qué planeas hacer ahora?".