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La noche estaba completamente despejada con un manto de pequeñas y brillantes estrellas, aunque la sensación del frío seco, hace que mi cuerpo se erice un poco ya que llevo un ceñido vestido de color blanco con detalles bordados con hilos de oro, entre la trama se mezclan pequeñas perlas con un color nacarado, el vestido es lo suficientemente revelador sin llegar a lo vulgar; claro no fue una elección mía, ese vestido que solo de verlo denota el estatus de la familia a la que pertenece este insignificante maniquí; gracias a la Diosa Luna, le otorgo una exquisita figura y una belleza delicada y simple.
Horas antes mientras trataba de ver cual seria la mejor forma para evitar el ritual, mi madre entro con su mirada tan fría como siempre, ella era alguien que se guiaba por las apariencias, aunque no era más que una Kappa que fue bendecida por la Diosa emparejándola con el Beta de la manada Claro de Luna, en la mente de todos cuando encuentras a tu pareja predeterminada tu vida pasa a tener un color de rosas y que todo va a estar bien, si me preguntan a mí son puras mentiras. La imagen que tengo sobre el amor predeterminado es una relación perfecta de puertas para afuera, dentro de casa eran simplemente desconocidos, claro cuando la luna llega a su fase completa y los instintos salvajes afloran, sus cuerpos se precipitan al deseo y bueno son lobos y por lo visto el aislante en las paredes no era suficiente, pero además de la atracción física no existía ningún tipo de vinculo afectivo.
Cuando vi su mirada fija y fría sobre mí, no pude evitar pensar - ¿cuál es la razón por la cual me desprecia tanto? – pero es una pregunta que me persigue desde que tengo uso de razón, sacudí mi cabeza y preste atención a su lista de pedidos para esta noche.
- No llamar la atención de ninguna manera.
- Mantener la mirada bajo.
- Evitar el contacto con el Alfa Reynaldo y su familia.
- A cualquier pregunta solo asentir o negar levemente con la cabeza.
- Y un montón de reglas sin sentido que sinceramente ya olvidé.
Después del sermón, me lanzo el vestido y me dijo no me decepciones como siempre.
Tome una ducha y decidí hacerme un skin care solo para que mi piel parezca sana e hidratada, por mi estilo personal con una piel en buenas condiciones, un par de capas de rímel, un delicado delineado y un tenue color melocotón ya es suficiente para sentirse lo suficientemente belleza; decidí llevar mi cabello castaño rojizo hasta la cintura con un flequillo recto, para peinarlo opte por algo simple una línea al costado que sujete con un broche de libélula de oro con perlas nacaradas, para enmarcar mí rostro. Era más extravagante de lo que estaba acostumbrada, no fue elegido por mí, pero al ver el resultado, podría decir - "gracias mamá" – y esbocé una seca sonrisa que no llegaba a mis ojos y mucho menos a mi corazón.