Capítulo 8 Perdiendo la cordura

La tensión estaba entre nosotros porque él me atormentaba con su aura y esa mirada que tiene, así que comí en silencio y tratando de evitarlo lo más posible.

-buenas tardes, Iván, tiempo sin verte, ¿cuándo vas al club?

-las fulminé con la mirada, primero por tomarse el atrevimiento de acercarse a nuestra mesa y segundo por ignorar a Mia -buenas tardes, señoritas si mal no recuerdo esta es la primera vez que se toman el atrevimiento de acercarse a mi mesa y espero que sea la última ¡están interrumpiendo el almuerzo con mi prometida!

-disculpa, no habíamos notado que estabas acompañado.

-es absurdo que digas eso, si al entrar él las saludó con la cabeza y no han parado de vernos desde ese momento... ¡Espero que sea la última vez que devoran a mi prometido con la mirada! Estoy segura de que todas las personas en este lugar pudieron notar que todas ustedes pasaron por su cama.

-tenía muchas ganas de reírme por lo que había dicho Mia, pero mantuve mi postura sería para que ellas se marcharan, sin contar que nunca dejaría que ninguna persona se burlara de ella, las mujeres se fueron, pero el mal genio de mi prometida no... Disculpa prometo que esto no se repetirá.

-eso dijiste la última vez y no han pasado ni veinticuatro horas cuando otras de tus perras se acercan a ladrar.

-prometo que corregiré la situación Mia, creo que tu presencia las altera de algún modo porque es la primera vez que pasan los límites.

-¿Así piensas tener una esposa?

-entiendo tu enfado y arreglaré esta situación hoy mismo, pedí la cuenta porque a ambos se nos había quitado el apetito y quería salir antes de perder los estribos porque me conozco y si exploto ahorita causaré un escándalo de grandes dimensiones, así que tomé su mano y salí del restaurante.

-le di mi dirección y no le dirigí más la palabra.

-no entendía el comportamiento de Mia, porque si bien lo que pasó estuvo mal y está en su derecho de enojarse, también es cierto que Javier hace cosas peores en su presencia y ella parece dejarlo pasar sin mayor consecuencia, lo que me dejó confundido.

-estaba tan molesta que me cortaba y no echaba sangre, no podía con tanto descaro, no solo admitió que había dormido con ese grupo de amigas, sino que también tuve que aguantar que esas mujeres me ignoraran, así que al salir lo hice como una reina del lugar.

-llegamos al edificio el cual era horrible, juro que hoy mismo la saco de este lugar, no sé cómo Javier pudo dejarla vivir en este cuchitril, subimos y la situación no mejoraba, ¿cómo puedes vivir en este sitio?

-su cara de asombro era gigante, cosa que me extrañó porque Javier vino muchas veces a este departamento y nunca se quejó, siéntate necesito hablar contigo, pero no podía hacerlo en el centro comercial. ¡Yo no tengo, ni tendré ningún tipo de relación contigo! Si te seguí la corriente fue porque tu abuelo salió y yo quedé en medio de esa situación, pero no porque esto sea algo que yo desee - nos señalé a ambos-. Yo no quiero ser absolutamente nada tuyo, así que siento que gastaras todo ese dinero innecesario en mí, aunque sé que si se lo propones a alguna de las chicas que estaban en el restaurante aceptaran sin chistar. Me quité el anillo de compromiso y abrí la puerta para que se fuera, ¡por favor no vuelvas a buscarme!

-¿por qué? ¡Dame solo una razón válida para no seguir con esto!

-¡soy la novia de tu hermano! ¡Esa es una razón más que válida!

-ja, ja, ja ¿novia dices? Como yo lo veo eres el tapete de mi hermano ¿Javier ha estado en este lugar? Ella se quedó en silencio, ahí está el detalle, es que a ti te gustan los patanes. Pero lamento informarte que no existe ni una maldita posibilidad de que tú me dejes porque eres de mi propiedad y no me interesa la sarta de estupideces que quieras decir por qué tú y yo nos casaremos y mientras más pronto aceptes ese hecho mejor será para ti.

-¡te dije que no me casaré y ahora quiero que te marches de mi casa y de mi vida!

-¡que consté que traté de hacer esto por las buenas! Tomé el anillo y me acerqué a ella hasta acorralarla.

-¡respeta mi espacio personal!

- no respetaré una mierda, tomé su mano y coloqué el anillo, luego la cargué y me la llevé a la fuerza mientras ella pataleaba y golpeaba mi espalda, llegamos a la entrada y estaba el conserje -buenas tardes, quiero que liquide todo lo que está en el departamento 21 porque mi novia no lo usará más.

-¡Iván! ¿Estás loco? ¡No puedes hacer eso! -te di la oportunidad que recogieras todo lo que necesitabas y la desperdiciaste, así que ahora no te quejes -señor, mi asistente vendrá por sus cosas de estudio, todo lo demás puede tirarlo a la calle...

-¡Iván, bájame ahora mismo! ¡Desgraciado! ¡Juro que me las pagarás!

-no había algo que me molestará más en esta vida, que me desobedecieran y ella lo ha hecho una y otra vez -si no dejas de golpear mi espalda, juro que azotaré tu trasero hasta que no te puedas sentar ¡criatura por tu bien es mejor que pares!

-no le presté atención y seguí golpeándolo mientras le decía todo tipo de cosas hasta que sentí un fuerte azote en mi trasero el cual me dejo impresionada porque dolía muchísimo ¡Eres un bruto!

-le di otro azote, era eso, o tirarla al piso por su insolencia, llegué al auto y la metí en el asiento trasero, porque no estaba de humor para viajar a su lado ¡Ella tendría que aprender a respetarme, le gustara o no! Cerré al auto para que no fuera a escaparse mientras yo llegaba a mi puerta, la cual abrí de forma manual porque escuchaba como ella forcejeaba tratando de abrir, subí, me coloqué los lentes, lo encendí ignorándola por completo.

-¡idiota! ¡Juro que me la pagaras! ¿Quién te crees que eres para hacerme esto? No aguanté más y me puse a llorar porque estaba cansada, habían sido muchas emociones en tan corto tiempo.

-ella lloraba y eso no me gustaba, pero decidí no interrumpirla y manejé a mi departamento, el cual estaba como a una hora, de pronto se calmó y cuando volteé la encontré dormida