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Maia estaba recostada en el sofá de su habitación, sosteniendo una copa de vino tinto mientras admiraba su reflejo en el vidrio. Su buen humor era evidente; todo había salido según lo planeado, o al menos eso pensaba. Olivia estaba devastada, Dereck furioso y decepcionado, y la reputación de su hermana pendía de un hilo. Todo parecía perfecto.
De repente, su celular comenzó a vibrar sobre la mesa. Maia tomó el dispositivo con calma, viendo que era el número del hombre al que había contratado para acostarse con su hermana. Levantó una ceja, extrañada por la llamada inesperada, pero contestó con un tono de voz satisfecho.
-Felicidades, hiciste un estupendo trabajo -dijo, dando un sorbo a su copa.
Del otro lado de la línea, la respuesta no fue la que esperaba.
-No lo hice -respondió el hombre, su tono neutral pero directo-. No pude cumplir con el trabajo. Algo pasó y me vi obligado a retirarme antes de que pudiera hacerlo.
Maia se incorporó de golpe, dejando la copa de vino en la mesa con tal fuerza que casi se volcó.
-¿Qué? ¿Qué estás diciendo? -preguntó, su tono cargado de incredulidad y rabia-. Entonces, ¿quién se acostó con Olivia?
El hombre pareció dudar por un momento, pero luego continuó:
-Puedo ayudarte a averiguarlo. Revisé las cámaras de seguridad del hotel antes de irme. Te enviaré el video; ahí puedes ver lo que realmente ocurrió.
Antes de que Maia pudiera replicar algo, la llamada terminó y una notificación llegó a su teléfono. Un archivo de video. Con las manos temblorosas, lo abrió y esperó mientras el archivo cargaba. Lo que vio la dejó completamente pasmada.
En el video se veía a Olivia, tambaleándose mientras entraba en la habitación, evidentemente desorientada. Pocos segundos después, la puerta se abrió nuevamente y apareció Max Brook, el hombre más poderoso de Ciudad Imperial. Su figura alta y elegante era inconfundible. Cerró la puerta detrás de él y se dirigió hacia Olivia, ayudándola a sentarse en la cama.
Maia sintió que su respiración se detenía. Max Brook. El mismo hombre que controlaba la economía y las empresas más importantes de la ciudad. Un hombre que jamás pensó involucrar en sus intrigas.
-No puede ser... -murmuró para sí misma, apretando el celular con fuerza. Su mente estaba trabajando a toda velocidad, tratando de comprender las implicaciones de lo que había descubierto.
Max Brook no era alguien a quien pudieras manipular o usar como herramienta para un plan. Su influencia y poder estaban a años luz de cualquier cosa que Maia pudiera controlar. Y ahora, sin haberlo planeado, él estaba en el centro del escándalo que ella había fabricado contra Olivia.
Con un susurro casi inaudible, Maia se preguntó:
-¿Qué hice?
Por primera vez, un atisbo de miedo cruzó su rostro. Porque si Max Brook se enteraba de lo que ella había intentado hacer, las consecuencias podrían ser devastadoras... para ella.
Dos meses después, Olivia estaba sentada en la cama de su habitación, sosteniendo con manos temblorosas la prueba de embarazo que acababa de realizar. Los dos resultados positivos en la pantalla la dejaron en shock. Estaba embarazada.
Su mente se llenó de pánico. El hombre que la había violado, quienquiera que fuese, era el padre. Sintió náuseas, no solo por el embarazo sino también por el torbellino de emociones que la abrumaba: miedo, vergüenza, y una tristeza aplastante.
-Si mi familia se entera...-, pensó Olivia, su corazón latiendo con fuerza. Sabía exactamente lo que harían. Dereck jamás aceptaría esto. Seguramente la obligarían a abortar, alegando que era la única forma de salvar la reputación de la familia. Pero Olivia no podía permitirlo. A pesar de las circunstancias, sentía un vínculo con el bebé que crecía dentro de ella. No sabía cómo ni por qué, pero tenía que protegerlo.
En el otro lado de la casa, Maia estaba en su habitación, revisando su computadora portátil. Desde que había instalado una cámara oculta en la recámara de Olivia, había estado monitoreando a su hermana constantemente, asegurándose de que nunca descubriera la verdad de lo que ocurrió aquella noche.
Cuando Maia vio a Olivia entrar al baño con una expresión ansiosa y salir más tarde con lágrimas en los ojos, supo que algo estaba sucediendo. Decidió revisar las grabaciones de la cámara y pronto descubrió la impactante verdad: Olivia estaba embarazada.
Al principio, Maia pensó que esto podría ser un problema. Si la verdad salía a la luz, el escándalo podría salpicar a toda la familia. Sin embargo, cuanto más reflexionaba, más claro veía que este embarazo era una oportunidad perfecta. Podría usarlo para deshacerse de Olivia de una vez por todas.
Una sonrisa maliciosa se formó en los labios de Maia mientras comenzaba a idear su plan. Max Brook seguía sin saber lo que realmente había ocurrido aquella noche, y Olivia, en su ignorancia, también seguía en la oscuridad. Maia podía jugar con ambos.
Maia dio un sorbo a su copa de vino, su mirada fija en la pantalla de su laptop.
-Oh, hermanita -murmuró para sí misma-. Este bebé será tu ruina.
Mientras Olivia comenzaba a planear cómo proteger a su bebé y sobrevivir en un mundo que parecía estar en su contra, Maia se preparaba para desatar el caos y asegurarse de que esta vez, Olivia no tuviera ninguna salida.