Los Cuatrillizos del Ceo
img img Los Cuatrillizos del Ceo img Capítulo 3 Sus cenizas
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Capítulo 6 Doctora img
Capítulo 7 Es la forence img
Capítulo 8 Hakeado img
Capítulo 9 Odio a su madre img
Capítulo 10 No es una persona común img
Capítulo 11 Invitarla a cenar img
Capítulo 12 Serpiente img
Capítulo 13 Se mi mujer img
Capítulo 14 Es bonita img
Capítulo 15 Tumba img
Capítulo 16 Confusión img
Capítulo 17 Su papá img
Capítulo 18 Su padre img
Capítulo 19 Llegara el momento img
Capítulo 20 Huelga de hambre img
Capítulo 21 Contra su padre img
Capítulo 22 Sospechas img
Capítulo 23 Quedarse a dormir img
Capítulo 24 Fuerte deseo img
Capítulo 25 Secretos img
Capítulo 26 Su padrastro img
Capítulo 27 Mis zapatos img
Capítulo 28 Más guapo img
Capítulo 29 A mami no le gustara img
Capítulo 30 Mentir img
Capítulo 31 Vivir con nosotros img
Capítulo 32 Soy madre img
Capítulo 33 La relación entre Maia y MAX img
Capítulo 34 Regresar entre los muertos img
Capítulo 35 Investigar img
Capítulo 36 Curar img
Capítulo 37 Cuatro toxinas img
Capítulo 38 Su asesina img
Capítulo 39 Té sobrante img
Capítulo 40 Rechazado img
Capítulo 41 Cena img
Capítulo 42 El padre de los gemelos img
Capítulo 43 Lo que le pasó en el pasado img
Capítulo 44 No puedo confiar en nadie img
Capítulo 45 Artimañas img
Capítulo 46 En busca de Olivia img
Capítulo 47 Coqueteo img
Capítulo 48 Beso accidental img
Capítulo 49 Mis gemelos img
Capítulo 50 Eres más bonita img
Capítulo 51 Como una familia img
Capítulo 52 Confío en ti img
Capítulo 53 Madre biológica img
Capítulo 54 Una bestia img
Capítulo 55 Olivia es Maia img
Capítulo 56 ¿Me conoces img
Capítulo 57 Pagarte por él img
Capítulo 58 Un dolor desconocido img
Capítulo 59 ¿Eso es lo que valgo img
Capítulo 60 Mantener su secreto img
Capítulo 61 Cruzar la linea img
Capítulo 62 ¿Por qué parece que he hecho algo mal img
Capítulo 63 Niño bonito img
Capítulo 64 Adorable niña img
Capítulo 65 Al rescate img
Capítulo 66 Preocuparse por ella img
Capítulo 67 Un minuto tarde img
Capítulo 68 ¿Qué si nos besamos img
Capítulo 69 Soy tu hombre img
Capítulo 70 Matrimonio arreglado img
Capítulo 71 Nunca sería Max img
Capítulo 72 Padre biologico img
Capítulo 73 Ayudarla img
Capítulo 74 Lo ha embrujado img
Capítulo 75 Herida img
Capítulo 76 Alejarse de los Brook img
Capítulo 77 El crédito img
Capítulo 78 Le rompí el corazón img
Capítulo 79 Acompáñame img
Capítulo 80 Otro hombre img
Capítulo 81 El vestido de sirena img
Capítulo 82 Testamento img
Capítulo 83 Jugar con fuego img
Capítulo 84 Regalo img
Capítulo 85 Una maldición img
Capítulo 86 Max está aquí img
Capítulo 87 Marca img
Capítulo 88 Fuerte deseo de Max img
Capítulo 89 Frustrante img
Capítulo 90 Niñera img
Capítulo 91 Algo mal en su cara img
Capítulo 92 Buenos subordinados img
Capítulo 93 Las dos Olivias img
Capítulo 94 Defendiendo a Mia img
Capítulo 95 Defendiendo a Mia Parte 2 img
Capítulo 96 Catigados img
Capítulo 97 Defendiendo a Tomas img
Capítulo 98 Sus heridas img
Capítulo 99 Golpeó a Olivia img
Capítulo 100 Competencia img
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Capítulo 3 Sus cenizas

Diez meses después, los llantos de dos recién nacidos resonaban en el pequeño apartamento que Olivia había conseguido con tanto esfuerzo en las afueras de la ciudad. Con el cuerpo exhausto y un rostro pálido como la muerte, Olivia sonrió débilmente al ver a los dos pequeños que acababan de llegar al mundo. A pesar de todo lo que había soportado, sentía que su lucha había valido la pena.

Pero su alivio fue breve. La puerta del apartamento se abrió de golpe, y allí estaba Maia, vestida impecablemente, como si su presencia en ese lugar humilde fuera un insulto. Olivia sintió cómo su corazón se detenía al verla entrar.

-Así que aquí es donde te escondiste, hermanita -dijo Maia con una sonrisa maliciosa, su mirada fija en los gemelos.

Antes de que Olivia pudiera reaccionar, Maia se acercó a los pequeños. La partera, quien había asistido en el parto, se levantó rápidamente, intercambiando una mirada cómplice con Maia. Con un gesto, Maia le entregó un grueso fajo de billetes.

-Buen trabajo -dijo fríamente, y la mujer salió sin decir una palabra más, dejando a Olivia completamente vulnerable.

Maia tomó a los dos recién nacidos en sus brazos mientras Olivia intentaba levantarse de la cama, a pesar de su debilidad extrema.

-D-Devuélvemelos... a mí... -murmuró Olivia, su voz quebrada, extendiendo una mano temblorosa hacia sus hijos.

Maia se burló, sosteniendo a los bebés con una sonrisa cruel.

-¿Devolverlos? -repitió con un tono sarcástico-. ¿Y qué harías con ellos? ¿Puedes siquiera alimentarlos? ¿O vas a dejarlos morir de hambre en este cuchitril?

Las palabras de Maia eran como cuchillos para Olivia, pero ella se negó a rendirse.

-Soy tu hermana... ¡Tu hermana biológica! -gritó Olivia, sus ojos llenos de lágrimas mientras miraba a Maia, quien era su vivo reflejo pero con un corazón helado.

La sonrisa de Maia se ensanchó, enviando un escalofrío por la columna de Olivia.

-Exactamente, hermanita. Pero el mundo solo necesita una persona con esta cara, y esa persona soy yo.

Olivia jadeó, horrorizada, mientras Maia continuaba:

-¿Qué estoy tratando de hacer? -Maia inclinó la cabeza, fingiendo pensar-. Muy simple, Olivia: te quemaré hasta la muerte.

Antes de que Olivia pudiera reaccionar, Maia sacó de su bolso un encendedor y un pequeño frasco de líquido inflamable.

-¡No! -gritó Olivia con todas sus fuerzas, intentando levantarse, pero su cuerpo simplemente no respondía.

Maia caminó con calma por la habitación, rociando el líquido por los rincones mientras mantenía a los bebés en brazos.

-Te has convertido en un problema, hermanita. Pero no te preocupes, cuidaré de tus pequeños. Después de todo, merecen una vida mejor.

-¡Por favor! ¡No lo hagas! -suplicó Olivia, las lágrimas corriendo por sus mejillas.

Pero Maia no mostró piedad. Encendió el encendedor y lo lanzó al suelo. Las llamas comenzaron a propagarse rápidamente, iluminando su rostro con una luz siniestra mientras se dirigía hacia la puerta con los bebés en brazos.

-Adiós, Olivia -dijo con una sonrisa antes de desaparecer entre el humo y las llamas.

Maia había tomado su decisión final, convencida de que su plan era infalible. Engañar a Max Brook haciéndole creer que ella era la chica de esa noche. Después de todo, ella y Olivia eran gemelas idénticas, y con Olivia desaparecida, nadie podría cuestionar su historia.

Mientras sostenía a los dos pequeños gemelos en sus brazos, una sonrisa fría cruzó su rostro.

-¿Por qué estás llorando? -murmuró, mirando a los bebés como si pudieran comprenderla-. Si no fueran hijos de Max, también los habría dejado en esa habitación.

Su mirada se suavizó brevemente mientras acariciaba las mejillas de los pequeños, pero su tono seguía siendo gélido.

-Sin embargo, ustedes dos son útiles. Con su apoyo, no pasará mucho tiempo antes de que me case con la familia Brook y tome mi lugar como la señora de todo lo que ellos poseen.

Maia ya podía imaginarse viviendo una vida de lujo y poder, con Max bajo su control y Olivia completamente borrada de la ecuación. Pero lo que Maia no sabía era que su hermana no había perecido como ella esperaba.

Olivia, desesperada y al borde de la inconsciencia, reunió todas las fuerzas que le quedaban. No podía permitir que Maia se saliera con la suya. Sus hijos dependían de ella, y aunque su cuerpo estaba débil, su voluntad ardía más fuerte que el fuego que la rodeaba.

Mientras las llamas devoraban la habitación, Olivia había reunido la fuerza suficiente para escapar por la ventana. A pesar de su debilidad, su instinto maternal y su voluntad de sobrevivir la impulsaron. Apenas había logrado alejarse del edificio cuando un dolor agudo y familiar atravesó su cuerpo.

Cayó de rodillas, jadeando, y poco después, otro pequeño grito rompió el silencio de la noche. Con manos temblorosas, Olivia levantó a su recién nacido, su tercer hijo.

-Así que... no solo di a luz a gemelos... -murmuró, con lágrimas de dolor y alivio corriendo por sus mejillas.

Miró al pequeño que tenía en brazos, tan frágil y vulnerable como los otros dos que Maia había robado. Su corazón se llenó de una mezcla de amor infinito y un odio ardiente hacia su hermana.

-Por ellos, soportaré todas las penalidades -dijo con voz temblorosa pero resuelta.

Sus ojos brillaron con un fuego nuevo, mientras apretaba los dientes y alzaba la mirada hacia el cielo oscuro.

-Recuperaré todo lo que me has robado algún día, Maia. Lo juro.

Con los tres niños en mente, Olivia comenzó a idear un plan. Sabía que no sería fácil, pero no descansaría hasta recuperar a sus otros dos hijos y desmantelar las mentiras que Maia estaba tejiendo. Maia había despertado a una nueva Olivia: más fuerte, más decidida, y dispuesta a luchar hasta el final.

            
            

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