Qué quieres perder
img img Qué quieres perder img Capítulo 3 La boda de Alex y Lina-parte III
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Capítulo 6 Morder la lona img
Capítulo 7 Noe img
Capítulo 8 Encubierta img
Capítulo 9 Estás problemas img
Capítulo 10 Visitas img
Capítulo 11 Compañeros img
Capítulo 12 Borracha img
Capítulo 13 Seamos profesionales img
Capítulo 14 Soria img
Capítulo 15 La cita img
Capítulo 16 Alex y Lina img
Capítulo 17 ¿Por qué estás aquí img
Capítulo 18 Bienvenida img
Capítulo 19 ¿Por qué no me tomas img
Capítulo 20 Elefante img
Capítulo 21 Chipre img
Capítulo 22 Estás enamorado img
Capítulo 23 Honestidad img
Capítulo 24 Ya no más juegos img
Capítulo 25 Tony y Soria img
Capítulo 26 Segunda ronda img
Capítulo 27 Ocupándome de ti img
Capítulo 28 Mi princesa img
Capítulo 29 Rescate img
Capítulo 30 Cuido de ti img
Capítulo 31 La viuda negra img
Capítulo 32 Inocente img
Capítulo 33 Adiós al nidito de amor img
Capítulo 34 Cree img
Capítulo 35 Corazones rotos img
Capítulo 36 Confesiones img
Capítulo 37 Tony img
Capítulo 38 El miedo es nuestro peor consejero img
Capítulo 39 Negación img
Capítulo 40 Euge y Cristobal img
Capítulo 41 Fantasías img
Capítulo 42 Erik img
Capítulo 43 La cita img
Capítulo 44 Lucas img
Capítulo 45 Choque img
Capítulo 46 Fuera de sí img
Capítulo 47 Recuerdos img
Capítulo 48 Cristobal img
Capítulo 49 Perdón img
Capítulo 50 Russel img
Capítulo 51 Entregados img
Capítulo 52 El padre de Aye img
Capítulo 53 Miedo img
Capítulo 54 No tomarás el trabajo img
Capítulo 55 Fernando img
Capítulo 56 Pedacito de cielo img
Capítulo 57 Sé quién lo hizo img
Capítulo 58 Zeus img
Capítulo 59 Donovan img
Capítulo 60 Yummy img
Capítulo 61 Lina img
Capítulo 62 Malditos cuerpos traicioneros img
Capítulo 63 7 años después img
Capítulo 64 Epílogo img
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Capítulo 3 La boda de Alex y Lina-parte III

Al entrar ella se da cuenta que donde estaba el altar, ahora se encontraba solamente una enorme pantalla, los invitados de a poco iban acomodándose en sus lugares. Alex la llevó hasta delante de todos y la instó a sentarse. A su lado estaba Gaby sonriendo de esa manera que a ella siempre le hacía desconfiar.

-A qué se debe esto? -le susurra a su amigo.

-No seas curiosa, gatita -bromea él.

-Mal amigo -regaña medio en broma a Gaby haciéndole reír.

Alex había tomado asiento a su otro lado y mas allá se encontraban Sole con su bebé, Eva, en brazos y Erik con Aye en sus brazos y, del otro lado de Gaby estaban Ian, Sofi, Mateo y Tony. En las primeras filas estaban todos ellos junto a los padres de ambos, expectantes por saber que era lo que seguía.

De repente los primeros acordes de la canción Bohemia rapsody de Queen se hacen presentes en los altavoces y la pantalla cobra vida dejando ver en ella el rostro de Gaby. Con la rapidez que Lina giró la cabeza para mirar a su amigo, casi se desnuca. Él sólo la espío de reojo y sonrío de costado.

-Este es mi regalo de bodas, Li -La voz de su amigo sonaba en los altavoces sobre la música, que entonaba suave de fondo, pero Gaby estaba sentado a su lado, por lo que eso ya lo había grabado-. Con la ayuda de Gloria, gracias, mami. Y con la ayuda y consentimiento de Alex -Se sonríe con malicia-. Es una pequeña línea de tiempo de cómo llegaron a este día -En la pantalla aparece una foto de la madre en un sanatorio con ella siendo un bebé recién nacido en brazos, luego otra de ella en su primer añito de vida -Sé que no te gusta nada ver foto de tu niñez, pero... Hey no maten al mensajero. Tu mamá me dio las fotos -susurra como contando un secreto y los invitados se ríen. Aparecen cuatros fotos en la pantalla, en una está en su primer día de jardín, tenía un delantal rosa y dos trencitas colgadas a los lados de su cabeza, en la siguiente, esta ella en su primer día de clases en la primaria, en la otra actuando de bruja en quinto grado y en la última es el día de entrega de diplomas-. Muy linda de bruja, he -bromea Gaby-. Ahora vienen mis preferidas -Aparece en la pantalla una foto completa de ella estando embarazada, ella le sonreía a la cámara, llevaba una topera gris con la imprenta de una banda de rock irlandesa y con sus manos acunaba su pronunciado vientre desnudo para que saliera en la foto-. Desde antes que saliera de la panza de la mamá, ya era hermosa mi princesita -babea Gaby por los altavoces. La siguiente secuencia de fotos de cuatro, era de ellos, Lina, Sole, Gaby y... Lucas, no podía no estar él, los cuatros estaban en la orilla del río abrazados y sonriendo para la cámara-. Nuestro primer viaje juntos a Entre Ríos, el primero de muchos -La otra foto de la derecha superior los mostraba a ellos en un balneario peleando en el agua, Lina sobre los hombros de Lucas y Sole sobre los de Gaby. La foto inferior de la izquierda era Gaby con Aye amenazando con tirarla a una piscina y la última, era Lucas con Aye haciéndola dar vueltas. Las lágrimas no se hicieron esperar para nadie, ni siquiera para los que no conocían a Lucas, todos sonreían y sus lágrimas caían al mismo tiempo. Lucas tenía que estar ese día para ella y Gaby lo había llevado-. Hemos pasado por mucho, pero seguimos adelante -entona. Otra secuencia aparece en la pantalla y en ella se puede ver a Lina en los brazos de Lucas, ambos sonriendo, en medio del campo y en todo su alrededor lleno de girasoles.

Alex le aprieta la mano a Lina cuando nota su barbilla temblar.

En la siguiente están los cuatro en un auto que tenía en ese momento Lucas, su Scort descapotable; con sus bocas abiertas, supuestamente cantando. Lina mira de soslayo a Gaby notando como una lágrima cae de su mejilla y la sonrisa melancólica dibujada en su rostro. En la última se encontraba Sole tendida en un sofá, dormida y Lina a su lado de cuclillas haciendo la seña de paz con sus dedos para la cámara, pero lo más cómico era la cara de la pelirroja, tenía escrito en la mejilla izquierda, que era la única que se veía "mis pecas son muy sexis" y un corazón lleno de puntitos, imitando a las pecas, dibujado en la sien.

-Gabriel -chilla la aludida al ver esa foto, mientras todos reían.

-Para los que tenían dudas con respecto a la mente diabólica de Lina -habla Gaby en los altavoces-. Ella siempre fue mala -concluye. Pasa la siguiente secuencia de fotos y allí se muestran a los cuatro en el aeropuerto, cuando Sole y Lina se fueron a Alemania-. Ya nos vamos acercando al día de la fecha como pueden ver -Las siguientes son fotos de Lina y Sole, en la habitación del hotel, en las puertas de Isator, en la terraza de un restaurante y en un club- Si que la pasaron bien mis chicas -Aparecen las siguientes fotos-. Y aquí es donde comienza esta historia de amor -Relata cuando aparecen las fotos de Lina y Alex. En una de ellas, era la primera vez que Alex le había mandado al celular. La espalada desnuda de ella, mostrando su tatuaje del ave fénix-. A estas fotos hay que agradecerle a Alex -murmura a modo de secreto. La siguiente, los dos sentado a la orilla del río Isar. En otra se encontraban Lina, Alex, Sole y Erik en el museo Karl Valentin. La otra Alex le robaba un beso a Lina en las puertas de un auto deportivo-. A que son un amor -se guasa por los altavoces. Las siguientes fotos eran ellos dos, junto a Aye en una heladería, la otra en el parque, en donde Aye estaba a cococho de Alex y él tomándole la mano a Lina. La otra eran todos juntos en el restó-. Así fue como fuiste consiguiendo de a poco lo que querías -Otra vez Lina besándose con Alex en las puertas del restó. Pasaron las siguientes. Una secuencia de cinco fotos. En la primera de la derecha de arriba estaban los dos en la costanera, ese día fue cuando él volvió de viaje y ella le enseñó el "mate" en la siguiente de la izquierda de arriba, ambos estaban junto a Aye posando para la foto en la casa de los Dunckan, la foto de la derecha inferior, estaban los dos en una playa de Sudamérica besándose con el ocaso de fondo. Fue la vez que Lina le pidió matrimonio en medio de un océano minado de tiburones blancos. En la de la izquierda inferior, ellos estaban en una cabaña, abrazados frente a una chimenea, esa vez fue, cuando Alex le pidió matrimonio a ella y la hizo caer en picada en una avioneta con destino a Perito Moreno. Luego la foto que estaba en medio, la de ellos sellando su matrimonio con un beso. Era una foto recién hecha, luego de haber dado el sí. Mientras esa foto iba ocupando de a poco toda la pantalla, la voz de Gaby se hace notar-. Y así fue más o menos como es que estamos todos hoy aquí. Li, te quiero, lo sabes. Han pasado muchas cosas y hemos tenido pérdidas, pero seguimos luchando y como veras conseguimos lo que deseamos. Alex, te tomé mucho aprecio en este tiempo y me has demostrado, a mí y a todos, que eres más que digno para el corazón de mi hermanita, también te quiero. Igual entre nos, que cojones, hermano. Suerte con Lina.

Todos ríen y la pantalla queda inmortalizada con la foto de bodas de ellos dos besándose.

Lina con lágrimas en los ojos gira a ver a Alex y este le dedica una sonrisa y ve como sus ojos se encontraban llenos de lágrimas que no dejaba caer, luego mira a Gaby y nota que también, al igual que ella y de la mayoría de los presentes, tenía las mejillas mojadas, pero sonreía, siempre lo hacía. De un salto se levanta de su asiento y se lanza sobre Gaby envolviéndole el cuello con sus brazos. En un principio, él no reacciono por la sorpresa, pero solo tardó un segundo para que sus brazos estrechen el cuerpo de su amigo con fuerza.

-Gracias, gracias, gracias -le dice eufórica con la cabeza escondida en el cuello de él-. Te quiero.

-Lo siento, ya estás casada -bromea el morocho.

-Estúpido -le dice antes de darle un sonoro beso en el cuello.

-Tu marido me mira mal -sigue bromeando.

-Eres de los que no hay -ríe, soltándose de él-. En serio, gracias, fue muy lindo.

-De nada -la mira directo a los ojos-. Yo también te quiero.

La música vuelve a sonar en el lugar, anuncia que hay que moverse nuevamente al otro salón, pero antes, más de uno, o casi todos, se acercan a saludar y felicitar por enésima vez a los recién casados. Una vez que todos salieron del salón, Alex la toma desde atrás a Lina y apoya su boca a la oreja de ella.

-Es hora de hacer lo nuestro -le susurra y ella se estremece al sentir su aliento caliente en su piel.

Lina asiente sin poder emitir una palabra, él la toma de la mano para llevársela de ahí. La lleva casi de contrabando hacia arriba y afuera, muy cerca donde está la piscina. Al salir, se estremece un poco por el frío repentino y observa el cielo de un azul, casi negro y lleno de estrellas. A su alrededor, aparte de estar la piscina, había una manta de pana dorada y sobre ella una bandeja de plata con una variedad de frutas, una cubeta con la champaña rosa preferida de Lina y dos copas. Ella lo mira y se sonríe.

-¿Te gusta? -quiere saber, mientras la abraza por detrás, cosa que ella agradece por brindarle calor, y apoya el mentón en el hombro femenino.

-Es hermoso, Alex -murmura. Alex aspira fuerte cerca del cuello de ella, como si quisiera que su perfume se prendiera en su cuerpo para siempre.

-Aquí es donde vamos a terminar nuestra noche de bodas -le susurra en el oído. Sin soltarla la lleva hasta donde está situada la manta y la desliza al suelo con suavidad y delicadeza. La sienta entre sus piernas y él detrás de ella sin dejar de abrazarla. Extiende una mano y toma una fresa caramelizada «cosa que ella no había visto hasta ese momento, todas las frutas que se encontraban en la bandeja, estaban cortadas refinadamente y caramelizadas» de la bandeja y se la posa en la boca instándola a morder, ella lo hace y gime gustosa.

-Mmm... Es riquísima.

-Dios, Ángel, ese ruido es gutural -gruñe, al escucharla gemir. Ella lo mira por sobre su hombro y le sonríe seductoramente-. Eres tan hermosa -le susurra con voz ronca, ya estaba excitado y solo la había escuchado gemir de placer por una fruta.

-Usted tampoco está nada mal, señor Betanckurt -habla con esa voz que pone ella cuando está excitada y la que a él le vuelve loco.

Alex cierra los ojos tomando aire y luego le tiende el pedazo que le quedó entre los dedos de la fresa que ella no terminó. Lina abre la boca y lo recibe con ansías. Adrede, toca con sus labios los dedos de él y chupa también rastrillándolos con los dientes. Ella vuelve a gemir y a Alex se le acelera el pulso. Lina lo mira directo a los ojos provocando que él pierda la cordura.

-Vas a matarme ...murmura Alex con la voz más ronca de lo que pretendía.

-No es mi objetivo -susurra antes de morderse el labio inferior.

Alex vuelve a respirar profundo cerrando los ojos.

-¿Y cuál es tu objetivo? -pregunta el novio con la respiración acelerada.

-Que me hagas el amor de todas las maneras posibles -Le mira la boca-. Y de las imposibles -le susurra.

-No me provoques -sisea y ella sonríe-. Dios, que voy hacer contigo -Sin esperarlo, Alex la gira y la lleva al suelo tendiéndose sobre ella-. Voy a empezar por ocuparme de esto -aprieta su miembro excitado contra el vientre de ella-. De todo esto -toca con sus manos todas las partes del cuerpo femenino como le es posible llegar y termina por apretarle una nalga, haciendo que ella gima- Y luego de toda tú -le susurra sobre la boca para después atracarla, devorarla. Se abre paso con su lengua buscando la de ella y la insta a blandir armas, una temeraria guerra dentro de su boca, mientras frota su erección descaradamente sobre el sexo de Lina.

-Mi ropa interior, si la pude elegir yo -esboza Lina de manera provocativa. Alex esconde la cara en el cuello de ella calentándole la piel con su aliento y negando desesperado-. Y tú -le señala-. no la viste.

-Eres mala -le indica y le muerde el cuello con un poco de fuerza-. Voy a ver eso -pone una mano en su espalda, desabrocha los dos únicos botones que tiene el vestido de ella. Levantándose un poco, le baja el vestido hasta quitárselo por completo y de un salto se incorpora para contemplarla. Al darse cuenta como está, queda con la boca entre abierta y por varios segundos deja de respirar-. De verdad vas a matarme -murmura con poco aliento-. Pero antes vas a volverme loco.

Lina lo único que tenía de ropa interior era apenas una miniatura de tanga color carmín, en forma de corazón, que apenas le tapaba su dulce botón. Alex quedó atónito contemplándola, su pene latió con fuerza. Era una Diosa griega, su piel nívea y blanca, con el contraste de su corazón carmín y las mantas doradas debajo de ella, era mucho más que una Diosa, ninguna Diosa le hacía justicia.

-Ibas a ocuparte de algo -le recuerda, al ver que él estaba quieto mirándola.

-Voy a hacerte pagar por todas tus maldades -le advierte, al tiempo que se quita el saco, para luego repetir el procedimiento con la camisa y el pantalón, todo sin ningún cuidado y mostrando sin repudio su frustración.

Cuando quedó completamente desnudo se colocó a ahorcadas de ella y con la boca tomó un pezón, primero lo lamió y luego lo mordió haciéndola gemir y arquear las caderas. Repitió la acción varias veces más y luego paso al otro pezón, mientras su miembro se apretaba contra el vientre de ella, todo con un propósito. Volverla loca.

-Alex -jadea.

-Sí, mi amor -Muerde su pezón-. Voy a tenerte bajo mío hasta que seas parte de esta manta de pana -le avisa e irrumpe en su boca para no dejarla hablar.

Con manos certeras separa sus piernas y se acomoda en medio de ella, lentamente, muy lentamente, con apenas la yema de los dedos, baja por su costado hasta llegar al sexo femenino y roza, apenas un toque perceptible, sus labios vaginales. Lina mueve las caderas en busca de más, pero Alex juega con ella y corre sus dedos al mismo tiempo que chasquea la lengua y niega con la cabeza.

-Quietecita -le advierte.

-Alex -se queja.

-Déjame sentir cada célula de tu piel, de tu cuerpo -Le besa la comisura de los labios-. Quiero darte un orgasmo que nunca olvidaras -Con esa promesa, baja de nuevo sus dedos y le masajea suavemente su sexo. Lina gime y Alex gruñe al sentirla tan húmeda-. Estas muy mojada -susurra adentrando dos dedos en ella- Y caliente.

Mientras sus dedos juegan dentro de ella, su pulgar juega con su clítoris y su boca con la boca de ella. Muerde su cuello, luego su oreja, su punto débil debajo de la oreja, provocando que el cuerpo femenino se caliente a más no poder. Cuando Alex notó que ella iba a perder los estribos, quitó sus dedos y ella se quejó por la ausencia de ellos, pero Alex con rapidez lo reemplazó con su extremadamente erecto miembro. Con una lentitud de muerte entró en ella, llevó sus manos arriba de la cabeza y las sostuvo desde las muñecas con una sola mano.

-Quiero más -jadea ella, apremiándole para que le diera más duro y más rápido.

-Te lo daré todo -murmura sobre su boca y la embiste haciendo que su pene entre hasta el fondo de ella robándole un grito de placer. Lo mueve un poco hacia arriba y toca ese lugar donde ella explota de calor. Él sonríe al ver que ella se estremece y su piel se eriza. Alex, encontró ese lugar y vuelve a rozarle con la punta de su glande, Lina sin poder aguantar grita su nombre, perdiendo toda cordura que le quedaba.

-Sí, Ángel. Grita mi nombre. Grítalo hasta que te arda la garganta -exige Alex-. Dilo, Ángel, di mi nombre -ordena y vuelve a pasar la punta del glande por la zona justa en las paredes vaginales.

-¡¡Alex!! -grita, dejándose llevar hasta lo desconocido y sub real por un tremendo orgasmo-. Dios -susurra sin poder controlar las convulsiones de su cuerpo.

-Ahora me toca a mí -le enuncia. Sale de ella para girarla. Se coloca sobre la espalda de la chica, le abre las piernas y abriendo las nalgas se adentra nuevamente a ella, con fuerza y fiereza, tal como les gusta a ambos. Luego de varias estocadas rudas y certeras, el esposo se deja ir para alcanzar la gloria-. Te amo, ángel -le susurra al oído y luego la gira para mirarle esos hermosos ojos grises que lo llevaron a la perdición.

-Te amo, mi amor -Alex sella esas palabras y ese gran amor con un feroz beso, degustando la dulce boca de ella.

Luego de la gran fiesta, ya entrada a la madrugada, los invitados ya se encontraban cada uno en sus respectivos camarotes, iban a estar cinco días a bordo del crucero sobre las azules aguas del atlántico. Era una boda que definitivamente, Lina jamás podría olvidar, ni ella, ni nadie de los que asistieron a ella. Alex había hecho un buen trabajo y eso, ella se lo tenía que recompensar. Hay que ponerle mucha garra a la luna de miel. Lina iba a tener que esmerarse.

            
            

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