El Adiós de Sofía
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Capítulo 3

Sofía volvió a la mesa.

Mateo seguía absorto en su teléfono.

"¿Todo bien, cariño?", preguntó él sin levantar la vista.

"Sí, perfecto".

Ella se sentó y bebió un sorbo de vino.

Más tarde, esa misma semana, Mateo volvió a salir.

"Cena con unos inversores japoneses. No me esperes despierta".

Le dio un beso rápido y se fue.

Sofía esperó diez minutos.

Luego, cogió su bolso y salió a la calle.

Paró un taxi.

"Siga a ese Mercedes negro, por favor. Mantenga la distancia".

El taxista, un hombre mayor, la miró por el retrovisor.

"Problemas en el paraíso, ¿señora?".

Sofía no respondió.

El Mercedes no se dirigió a ningún restaurante de lujo ni a un distrito de negocios.

Se adentró en el barrio de Chamberí, una zona residencial y discreta.

El coche se detuvo frente a un edificio de apartamentos moderno y elegante.

Mateo bajó.

Esperó junto al portal.

A los pocos minutos, una figura femenina apareció.

Carla Montero.

Se lanzó a los brazos de Mateo y lo besó con una pasión desesperada, allí mismo, bajo la farola.

Él la rodeó con sus brazos, devolviéndole el beso con la misma intensidad.

Entraron juntos en el edificio.

Sofía observaba desde el taxi, a una distancia segura.

El corazón no le dolía. No sentía nada. Solo un frío inmenso.

Recordó su noche de bodas.

La timidez de él, su reverencia. Cómo le había dicho que era la única mujer que había amado de verdad.

"Contigo he aprendido lo que es el amor puro", le susurró.

Otra mentira.

El taxista carraspeó.

"Señora, si me permite el consejo... a veces los hombres cometen errores. Pero un matrimonio es un matrimonio. Se perdona y se sigue adelante".

Sofía lo miró, sus ojos oscuros y profundos.

"Hay errores que no se perdonan. Hay traiciones que lo ensucian todo".

Señaló hacia adelante.

"Puede parar aquí. Gracias".

Le pagó con un billete grande y no esperó el cambio.

Caminó a casa bajo la llovizna fina de Madrid.

Al llegar, hizo la primera llamada.

A una prestigiosa casa de subastas.

"Buenas noches. Quisiera poner a la venta una colección de joyas. Sí, de alto valor. Incluido un collar de diamantes recién adquirido".

Empezaba la demolición.

            
            

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