El Renacer del Heredero Vargas: Venganza y Amor
img img El Renacer del Heredero Vargas: Venganza y Amor img Capítulo 1
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Capítulo 1

La víspera de la fiesta de mi compromiso, mi abuelo, Don Alejandro Vargas, me sentó en su despacho.

El aire olía a cuero viejo y a vino caro.

"Mateo" , dijo, con su voz grave de siempre, "ha llegado el momento. Debes elegir una esposa entre las tres candidatas. Sabes que la familia Reyes y nosotros hemos puesto nuestras esperanzas en Sofía" .

Asentí, pero mi mente estaba en otro lugar, en otro tiempo.

Acababa de renacer.

Hace solo unas horas, estaba muriendo en un coche destrozado, con el olor a gasolina y sangre llenando mis pulmones.

En mi vida pasada, elegí a Sofía. La amaba con una ceguera estúpida.

Ella se casó conmigo, pero su corazón y su cuerpo pertenecían a otro: Javier, el hijo de nuestro capataz.

Recuerdo el día que me enseñó una prueba de embarazo positiva, con una sonrisa radiante. Yo lloré de felicidad, sin saber que ese hijo no era mío.

Recuerdo cómo me convenció para poner gran parte de la fortuna Vargas a su nombre, "por la seguridad de nuestro futuro hijo" .

Y recuerdo el final. Un "accidente" de coche en una carretera de montaña. Ella salió ilesa. Yo no. Mientras me desangraba, la vi en la distancia, abrazada a Javier, sonriendo.

Mi muerte fue solo un trámite para ellos.

Pero hubo otra muerte que me persigue.

Isabella. Mi institutriz. La mujer que me crio tras la muerte de mis padres, mi guardiana.

Tras mi funeral, se encerró en su habitación y se quitó la vida. Dejó una nota. Una sola frase que lo explicaba todo.

"Mi amor, te sigo a donde vayas. Siempre te amé en secreto" .

Isabella. La única que me amó de verdad. La única que lloró mi muerte.

Vuelvo al presente. El rostro severo de mi abuelo me observa, esperando una respuesta.

El recuerdo del metal retorcido y el amor perdido de Isabella queman en mi interior.

Miro a mi abuelo, el hombre que lo ha sacrificado todo por la familia.

Y tomo la única decisión posible.

"Abuelo" , digo, con una calma que sorprende hasta a mí mismo. "No quiero a ninguna de ellas" .

Don Alejandro frunce el ceño.

"¿Qué dices, muchacho? Es un acuerdo de negocios, es por el bien de la dinastía Vargas" .

Niego con la cabeza. La venganza es un plato que se sirve frío, pero el amor es una deuda que debe pagarse ahora.

"Me casaré con Isabella" .

            
            

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