Capítulo 4 CAP 4° mi cumpleaños

Estaba a pocos días de mi cumpleaños, Teo no ha vuelto a insistir con eso de la app pero también no lo he visto por mucho tiempo en estas semanas, sigo con sus citas y alardea más que nunca sobre las chicas a las cuales ha conquistado. Me siento incómoda pero también estoy ocupada por otras cosas para estar pendiente la vida un joven de veinticuatro años.

Mi teléfono suena y es mi amiga Gaby, contesto y comenzamos una conversación de largas horas. Al día siguiente ya ha terminado mis clases. Salgo de la universidad pero alguien toma mi hombro.

- ¿ Emma a dónde vas?

- Iré a casa - le respondo, cuando lo miro casi se me cae la baba él es Giovanni mi compañero de economía mundial, es algo de buen porte, de ojos oscuros y cabello lacio. Su piel es clara y es tan guapo que muchas quisieran estar con él, le incluyo.

- ¿ Quieres acompañarme a almorzar? - me pregunta. Niego con la cabeza.

¿ Qué mierda acabo de hacer?

Él me sonríe y quita su mano, lo miro a los ojos y le sonrió.

- esta bien iré solo - dice.

- Espera Giovanni - le tomó del hombro rápido y voltea a sonreír me.

- ¿ Entonces vamos? - me pregunta.

- Si - le respondo.

Las palabras de Mateo siempre viene a mi cabeza en este tipo de situaciones. Siempre estoy esperando a que alguien me invite y cuando lo hacen lo rechazo.

- Dame tu mochila, lo llevo - dice él. Se la entrego pero dudando. Cuando ingresamos al comedor de la universidad veo varias mesas vacías y busco mesas las más cercanas a las ventana inmensas del comedor. Siempre estoy ahí buscando una manera de estar conectada a la naturaleza.

Para mí buena suerte hay una mesa vacía en la ventana. Nos sentamos y se nos acerca una chica.

- ¿ Hola Giovanni, que haces?

- Pues ahora estoy apunto de almorzar con mi amiga.

La chica me mira a los ojos y yo inmediatamente bajo la mirada, pues es algo intimidante.

- Giovanni la clase comienza en media hora.

- Comeré rápido.

- Giovanni...

- Te dije esperes - dice molesto - Ve avanzando a la clase si deseas.

Miro a Giovanni. La chica me fulmina con la mirada y después se aleja furiosa, sus zapatos suenan con cada pisada.

- oye has menos silencio - grita.

Dejamos nuestras cosas sobre la mesa. Pedimos nuestros almuerzos. Veo mi teléfono, luego veo el mensaje de Mateo.

" ¿ Dónde estás ahora? "

No respondo y lo dejo en visto.

Estamos comiendo mientras hablamos de la clase, la única, que compartimos.

- tiene Tinder - no diferencio el tono de voz que tiene, no sé si es pregunta o una afirmación.

- Bueno me la descargue por una apuesta.

- ¿ Enserio? - parece no creerme.

- Si.

- Ah, bueno te di un like - dice sonriente.

- ¿ Enserio? - le pregunto incrédula.

- Si - me responde.

- Pues ingresar y verlo.

- No tengo la app, la desinstale.

- ¿ Qué enserio? - me pregunta.

- Si, hace cuánto me diste corazoncito.

- Bueno fue hace una semana, pensé que tenías novio y entonces dije bueno, no te hablaba pero te vi en Tinder y bueno...

Se ve algo avergonzado, nervioso y eso me da cierta ternura. Me mira y lleva su mano a mi frente.

- ¿ Pareces enferma?

- Bueno yo...

Ya imagino mi rostro, debe estar

- eres una ternura - dice él agarrando mis mejillas.

- gracias - le digo. Me suelta y tomó toda la limonada rápido, me quedo en silenció unos minutos apreciando la naturalezas de la universidad.

- ¿ Te gusta mucho la naturaleza? - me pregunta.

- Si, la aprecio mucho, mis padres viene de un lugar fuera de la cuidad y es hermoso ir de viaje.

- Yo odio el campo, muchos mosquitos - dice haciendo cara de asco. Le sonrió y de inmediato toda las ilusiones que me acabo de hacer se caen al piso pues odia el campo.

- ¿ Qué pasa dije algo malo? - le pregunto.

- No - miento - sino que no le has dado una oportunidad al campo.

- ¿ Y dime me darías una oportunidad a mi?

- No, a ti no - escucho la voz de Mateo a mis espaldas y mi rostro se deforma de inmediato.

Siento sus pasos, estoy nerviosa. Hice algo mal - es lo primero que pienso.

No, no hice nada malo, nada de lo que deba avergonzarme.

- Mateo - dice él.

- ¿ Se conocen? - le pregunto.

- Si menor que nadie - dice él.

Cuando llego a mi casa luego que Mateo me sacara a rastras del comedor. Estoy con mi teléfono viendo las redes sociales perdiendo el tiempo y algo en mi me pide que vea esa app.

Quiero volver a Tinder, no comprendo bien esta app, Mateo se la paso gritándome todo el camino a mi casa y no me explico nada cuando le pedí explicación estallaba más.

No comprendo a los hombres.

Eran las doce y era mi cumpleaños. Mire mi teléfono y vi que tenía tres mensajes. Una era del chico el primero que me hablo y otro de otro chico.

EMILIANO.

Dice que hicimos Match, no comprendo bien pero ignoro su mensaje pues me lleno de mensajes de wsp por mi cumpleaños número veintiuno.

Espero el mensaje de Mateo pero no ha llegado el mensaje, no llega y eso me irrita. Pero veo que ha subido a sus historias de WhatsApp.

Fiesta con varias chicas, no me deprime, no tengo celos, no siento nada y luego veo un

" Emma discúlpame por lo de hoy, no sabía que era amiga de Mateo, no es un buen tipo. Por cierto feliz cumpleaños"

" no es mala persona, disculpa por como te trato"

" Seamos amigos primero, me olvidaré que te contacte por Tinder"

" me explicas para que es exactamente, Mateo insiste que es en conocer gente"

" Esa es la finalidad, pero la finalidad es ya sabes salir a citas "

" Si citas, ir al cine, a comer, ¿ Te gustaría tener una cita conmigo? "

Quiero gritar de emoción, pero al mismo tiempo no entiendo bien esta app, si tengo una cita con él eso significa que ya no debo tener la app.

" Mañana nos vemos en la universidad".

            
            

COPYRIGHT(©) 2022