Casada Con Mi Destructor
img img Casada Con Mi Destructor img Capítulo 4
5
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
img
  /  1
img

Capítulo 4

La gente del pueblo se acostumbró rápido.

Se acostumbraron a verme con un moretón en el brazo o un rasguño en la mejilla.

Jorge no era cuidadoso, especialmente cuando bebía.

Los susurros me seguían a donde quiera que iba.

"Ahí va la esposa masoquista."

"Ella se lo buscó. ¿Quién en su sano juicio se casa con su violador?"

"Seguro le gusta que la maltraten."

Dejé de sentir sus miradas. Dejé de escuchar sus palabras.

Su opinión era irrelevante.

El dolor en mi cuerpo era un recordatorio constante de mi misión.

No necesitaba su lástima ni su ayuda.

Tenía un plan. Y era paciente.

Un mes después de la boda, Jorge me anunció que tenía que salir de la ciudad por un par de semanas.

Un gran proyecto de construcción en otro estado.

Era la oportunidad que había estado esperando.

Esa noche, mientras le empacaba la maleta, me acurruqué contra él.

"Te voy a extrañar tanto, mi amor," le dije, fingiendo tristeza.

Él sonrió, complacido.

"No te preocupes, muñeca. Volveré pronto con mucha lana."

"Lo sé," dije. "Pero me aburriré mucho sola en casa. Estaba pensando... ¿qué te parece si busco un trabajito de medio tiempo? Para mantenerme ocupada."

Él frunció el ceño.

"¿Trabajar? ¿Para qué? No nos falta dinero. Tu lugar está en la casa."

Era la reacción que esperaba.

"No es por el dinero, mi amor," le expliqué con dulzura. "Es que... me siento un poco inútil. Y pensé que dar clases particulares podría ser bueno. Conocer gente, hacer contactos. Nunca se sabe cuándo podríamos necesitar un favor de gente importante, ¿no crees?"

La palabra "contactos" y "gente importante" captó su interés.

Su mente simple y ambiciosa empezó a trabajar.

"¿Contactos? ¿Qué tipo de contactos?"

"Bueno, podría dar clases a los hijos de empresarios, de políticos... gente con poder. Si les caigo bien, si ven que su esposa es una mujer culta y útil, te verán con otros ojos a ti también. Podría ayudarte en tu negocio."

Lo vi considerarlo. La idea de usarme para escalar socialmente le fascinó.

Su ego era su mayor debilidad.

"Mmm... no es mala idea," dijo finalmente, una sonrisa codiciosa formándose en sus labios. "Una esposa universitaria que además me consigue clientes. ¡Eres más lista de lo que pareces!"

"Solo quiero lo mejor para ti, mi amor."

"Está bien," decretó, dándome una palmada en el trasero. "Haz lo que quieras. Pero cuando yo esté en casa, te quiero aquí, esperándome."

"Por supuesto, mi vida," sonreí.

El plan estaba en marcha.

                         

COPYRIGHT(©) 2022