Al día siguiente, después de la escuela, pasé por la cafetería a dejarle a Mateo la tarea extra que le había preparado. Doña Elena estaba limpiando la barra, con su mandil manchado de harina y una sonrisa cansada pero genuina.
"¡Sofi! Qué bueno que vienes. ¿Cómo va mi muchacho? ¿Sí le está echando ganas?"
Detrás de la puerta de la cocina, vi a Mateo asomarse. Se puso pálido al escuchar la pregunta de su madre. Me miró con pánico, seguro de que iba a delatarlo.
Sonreí amablemente a Doña Elena. La verdad era que la apreciaba mucho. Siempre había sido buena conmigo, dándome un café o un pan cuando sabía que mis padres andaban cortos de dinero.
"Va muy bien, Doña Elena" , dije con una voz clara y segura. "De hecho, estoy sorprendida. Le está poniendo mucho empeño. Creo que esta vez sí va a sacar una buena calificación."
La cara de Doña Elena se iluminó.
"¡Ay, qué bueno oír eso, mija! Sabía que eras la única que podía meterle algo en esa cabeza dura. Te lo agradezco mucho, de verdad."
Me dio una palmada en el brazo, su gratitud era palpable.
"No es nada. Mateo es un chico listo, solo necesita concentrarse."
Desde la cocina, la cara de Mateo no era de alivio, sino de pura confusión. No entendía por qué lo había cubierto, por qué lo había elogiado en lugar de hundirlo. Se asomó un poco más, con el ceño fruncido.
"¿De verdad?" , preguntó, incrédulo, como si no confiara en mis palabras.
Doña Elena se volteó y le dio un manotazo juguetón en el brazo.
"¡Pues claro que de verdad! ¿O qué, crees que tu maestra te va a echar mentiras? ¡Ahora ponte a trabajar, que tienes que merecerte esas palabras!"
Lo empujó de vuelta a la cocina y se volteó hacia mí.
"No le hagas caso, a veces es medio menso. Toma, llévate un pastel de chocolate por las molestias."
Me dio una rebanada generosa en un plato de cartón. Le di las gracias y salí de la cafetería. Sabía que Mateo estaba viéndome desde adentro, tratando de descifrar mi jugada.
Tenían razón en una cosa. Era una manipuladora. Pero ellos habían escrito el guion. Yo solo estaba interpretando mi papel a la perfección.