Cuando el Juego Termina
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Capítulo 1

En el año 2038, el juego de realidad virtual "El Sueño del Guerrero" era más que un simple pasatiempo, se había convertido en un segundo mundo para millones de personas. Su tecnología de inmersión total permitía a los jugadores sentir, oler y tocar como si estuvieran realmente allí, creando una sociedad paralela con sus propias reglas, celebridades y dramas.

Y el drama más grande del servidor en los últimos tres años giraba en torno a una pareja insólita, el jugador número uno, "Guerrero de Fuego", y su compañera, "Puente del Sur de Bambú". Los foros del juego ardían con debates interminables.

"¿Neta que no entiendo qué le ve Guerrero de Fuego a esa mujer? Es la más fea del juego, sin exagerar."

"Dicen que se puso la belleza en -100%. ¿Por qué alguien haría eso? Seguro en la vida real es un monstruo."

"A lo mejor tiene un talento oculto o es millonaria. No hay otra explicación para que el dios del juego ande con ella."

Sofía leyó los comentarios con el rostro inexpresivo, ya estaba acostumbrada. Se quitó el casco de realidad virtual y el vibrante mundo de "El Sueño del Guerrero" se desvaneció, dejando solo el silencio de su pequeño apartamento. Ella era Puente del Sur de Bambú.

Se miró en el oscuro reflejo de la pantalla. Una joven de rasgos finos, ojos grandes y una belleza natural que rara vez dejaba que el mundo viera. La ansiedad por su apariencia era un monstruo que la había atormentado desde la adolescencia, un miedo paralizante a ser juzgada que la hacía esconderse. En el juego, donde podía ser quien quisiera, eligió ser fea. Era su armadura, su forma de asegurarse de que si alguien se acercaba, fuera por su interior y no por una cara bonita. Y Héctor, su Guerrero de Fuego, lo había hecho. O eso creía ella.

Últimamente, Héctor estaba distante. Sus mensajes eran cortos, sus respuestas tardías. Antes pasaban horas explorando juntos, pero ahora siempre tenía una excusa, una reunión del gremio, una incursión importante. La inseguridad comenzó a carcomer a Sofía.

"Tal vez si termino el diseño de su nueva arma, se pondrá contento", se dijo a sí misma, tratando de ahogar la voz de la duda.

Se puso el casco de nuevo, sumergiéndose en el mundo virtual. Como ilustradora independiente, su talento para el diseño era excepcional. Había pasado semanas creando unos guanteletes de batalla para Héctor, un arma legendaria que lo haría aún más poderoso. Se dirigió a la forja del gremio para dar los toques finales, esperando sorprenderlo. Al acercarse, escuchó voces familiares desde adentro, la de Héctor y la de sus lugartenientes.

"Héctor, ¿cuánto tiempo más vas a seguir con esa Puente del Sur de Bambú? Ahora que Ximena ha vuelto, ya no tienes que fingir."

El corazón de Sofía se detuvo. Se quedó helada, escondida detrás de una columna.

La voz de Héctor sonó, fría y despreocupada, una voz que ella nunca había escuchado. "Tranquilos, solo estaba pasando el rato mientras Ximena no estaba. Era conveniente tener a alguien que me ayudara con los materiales y esas cosas. Mañana mismo termino con ella."

            
            

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