Reclamando su corona, paso a paso
img img Reclamando su corona, paso a paso img Capítulo 4 Iremos a registrarlo hoy mismo
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Capítulo 5 Tal vez este matrimonio no sea una buena idea img
Capítulo 6 Su hermano mayor img
Capítulo 7 Esto era todo lo que ella valía para la familia Moss img
Capítulo 8 Impresionando a la audiencia img
Capítulo 9 ¿Quién quedó en primer lugar img
Capítulo 10 Ethan la felicitó img
Capítulo 11 Noelle es mi esposa img
Capítulo 12 ¿Compartir la habitación con ella img
Capítulo 13 Atónito y en silencio img
Capítulo 14 Willa no logró quedarse con la tiara img
Capítulo 15 Haciendo que Gerard parezca un tonto img
Capítulo 16 Una falsificación img
Capítulo 17 Empleada como tasadora senior img
Capítulo 18 Subasta del collar de zafiros img
Capítulo 19 El collar era para Noelle img
Capítulo 20 ¿Estás seguro... de que Willa es quien te salvó img
Capítulo 21 Ese idiota img
Capítulo 22 Adivinaste bien img
Capítulo 23 ¿Tener hijos con Ethan img
Capítulo 24 La verdadera hija img
Capítulo 25 ¿Y si es Willa img
Capítulo 26 ¡¿Cómo diablos consiguió esas puntuaciones ! img
Capítulo 27 Willa seguía siendo el primer lugar img
Capítulo 28 Se reveló la verdad img
Capítulo 29 Felicidades a Noelle img
Capítulo 30 Esa persona es Noelle img
Capítulo 31 Willa, no lo mereces img
Capítulo 32 No soporto la idea de volver a esa casa img
Capítulo 33 ¿Ese es el gastador de Farrell Brooks img
Capítulo 34 La razón por la que Ethan estaba tan tranquilo img
Capítulo 35 Bloqueando el número de Gerard img
Capítulo 36 ¿Qué clase de locura era esa img
Capítulo 37 Cortando todo vínculo con la familia Moss img
Capítulo 38 Todos los Moss fueron bloqueados por Noelle img
Capítulo 39 Solo enfócate en lo que te haga feliz img
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Capítulo 4 Iremos a registrarlo hoy mismo

El paisaje urbano se iba quedando atrás, mientras el auto avanzaba por la carretera.

Noelle se percató de que Ethan no había tocado la pila de documentos a su lado desde que ella entró al carro. En cambio, sus largos dedos acariciaban una suave cicatriz en su muñeca izquierda, que parecía causada por una mordida.

"Una gatita salvaje me hizo esto", comentó él, con un tono juguetón, al notar que ella lo miraba.

Noelle se quedó sin palabras.

"Tiene un temperamento explosivo y una lengua afilada. Podríamos decir que es cosa seria", continuó Ethan, alzando las cejas, como si un recuerdo acabara de cruzar por su mente.

Una vez más, ella se quedó muda. '¿Una gatita salvaje de temperamento explosivo y lengua afilada?', reflexionó, hasta que llegó a la conclusión de que esa cicatriz debía de ser de cuando eran niños.

De repente, recordó de golpe una de sus tontas peleas de la infancia. En un arrebato de frustración, lo había agarrado de la muñeca y lo había mordido con fuerza. No se imaginó que él lo recordaría, y mucho menos que todavía tuviera la marca.

'¿Por qué no usó crema para cicatrices? ¿Y por qué la marca de mis dientes sigue tan clara en su piel? ¿Acaso no lo hizo porque alberga rencor contra mí y cada vez que la ve se acuerda?', se preguntó Noelle.

Con una mezcla de inquietud y confusión, ella se frotó el puente de la nariz y se giró hacia la ventana, fingiendo que admiraba el paisaje.

Ethan no dijo nada más. Se reclinó en su asiento, con los ojos fijos en el perfil de la joven, mientras recorría una y otra vez con sus dedos la cicatriz en su piel, como si tuviera un significado más profundo.

El aire entre ellos ahora se sentía pesado. De repente, Noelle se removió un poco, pues sentía su mirada. Giró la cabeza, lista para enfrentarlo, pero en el momento en que sus ojos se encontraron, se le olvidó lo que iba a decir.

"¿Qué pasa, Noey? ¿Estás pensando en volver a atacarme?", cuestionó él, con un dejo de diversión, alzando las cejas.

El apodo salió de su boca natural y suavemente. Además, su tono era profundo, casi perezoso, pero había algo en toda la situación que hizo que a Noelle se le acelerara el corazón. No pudo detener los recuerdos que inundaron su mente; Ethan siempre la había llamado así cuando eran niños.

'Un momento... ¿qué dijo? ¿Quién está pensando en volver a morderlo?'.

Antes de que pudiera responder, el auto se detuvo frente a la Finca Scenery, una de las propiedades de la familia Martin.

Las altas puertas de hierro forjado se abrieron lentamente, y el vehículo se deslizó por los caminos perfectamente cuidados de la propiedad.

Noelle contempló por la ventana la vista impresionante. Un hermoso lago artificial brillaba cerca, rodeado por un brillante y colorido jardín rebosante de flores raras y exóticas. Más allá, un viñedo y un huerto se extendían hasta el horizonte. Todo el lugar era mucho más impresionante que la villa de la familia Moss.

Los recién llegados se detuvieron frente a una gran fuente.

Allí los esperaba un anciano, apoyado en su bastón y rodeado de sirvientas. Este se había peinado con esmero su cabello plateado y, a pesar de su condición, sus ojos se veían vivos y llenos de vida. El tiempo había tallado líneas en su rostro, pero no había apagado su espíritu.

A pesar de todos los años que habían pasado, ella lo reconoció en el momento en que lo vio: era Levi. Apenas salió del carro, corrió hacia él, con los ojos llenos de emoción.

"¡Levi, te extrañé tanto!", exclamó.

"¡Noelle, mi dulce niña!", respondió el anciano, con el rostro iluminado mientras le agarraba la mano. Luego, con la voz temblorosa por exceso de cariño, añadió: "He esperado tanto por este momento".

"¿Cómo has estado? ¿Te sientes bien?", preguntó ella.

"No te preocupes por mí ahora", contestó el viejo, contemplándola con afecto. "Mi cuerpo aún funciona. Pero mírate: has adelgazado, aunque sigues igual de hermosa y encantadora que siempre".

Noelle sonrió con sinceridad. Sus ojos se curvaron como lunas crecientes, brillando con una luz suave que la hacía verse aún más impresionante. Siempre había sido hermosa, incluso de niña, pues sus facciones eran tan delicadas que parecían pintadas a mano. Pero lo más atractivo en ella eran sus ojos, brillantes y llenos de vida.

Levi sonrió mientras la miraba. La alegría en sus ojos era cálida y genuina, como si estuviera viendo a su propia nieta. De repente, le entregó suavemente su bastón a la criada y agarró a Noelle con una mano, mientras extendía la otra hacia su nieto.

"¡Entremos y hablemos!", los instó.

En la lujosa sala de estar, los tres se acomodaron en sofás de terciopelo mullidos. En algún momento, una criada apareció en silencio y les sirvió calladamente café.

Levi sostuvo la mano de Noelle y soltó un largo suspiro antes de hablar.

"Mi salud no ha sido la mejor en los últimos años. Tuve que viajar al extranjero para recibir tratamiento y, la verdad, mi recuperación ha sido bastante lenta. Apenas me compuse lo suficiente como para volver a casa. Pero apenas regresé, escuché que no te había ido para nada bien con la familia Moss. No pude soportarlo, así que le pedí a Ethan que te trajera aquí. ¡Si no pueden tratarte bien, mejor olvídalos! ¡A partir de ahora, este es tu hogar! No estás sola. ¡Aquí tienes una familia!".

Esas palabras llegaron inmediatamente al corazón de Noelle. Eran tan amables y estaban tan cargadas de amor que sintió que la garganta se le cerraba. "Levi...", comenzó, con un tono suave cargado de emoción.

"¡Ya pasó!", la interrumpió el mayor, palmeándole suavemente la mano. "¡Sé que los últimos dos años han sido difíciles para ti!".

De repente, el ambiente cambió ligeramente. Levi le dedicó una sonrisa cargada de complicidad y, señalando a su nieto con la cabeza, le inquirió: "Recuerdas a Ethan, ¿verdad? Ustedes dos siempre estaban juntos cuando eran pequeños. De hecho, eran bastante cercanos".

Como obviamente lo recordaba, la joven asintió educadamente y ofreció una ligera sonrisa.

Ethan, sentado a su lado, parecía completamente tranquilo. Su expresión, calma y serena, era inescrutable. Sin decir una palabra, agarró la cafetera y sirvió una taza para su abuelo con elegancia, haciendo que incluso algo tan ordinario como servir café se viera sofisticado.

"Entonces, ¿qué piensas de él?", preguntó Levi, con la picardía brillando en sus pupilas.

Esa pregunta tomó por sorpresa a Noelle. Honestamente, no habían intercambiado muchas palabras durante el trayecto. Y por la forma en que actuaba, parecía que él aún le guardaba rencor por lo sucedido en el pasado. La verdad, no le caía bien, y estaba segura de que el sentimiento era mutuo.

"Vamos, cariño, respóndeme. ¿Qué piensas de Ethan?", insistió el anciano, quien no estaba dispuesto a dejar pasar el asunto.

"Es... agradable", suspiró la chica, bajando la mirada.

Ethan no cambió su expresión, aunque alzó ligeramente una ceja. Luego, giró con calma su cabeza hacia ella, para mirarla. La contempló un tiempo considerable, antes de concentrarse en otra cosa.

"¡Perfecto! Eso es todo lo que necesitaba escuchar. ¡Ahora puedo descansar en paz!", exclamó Levi, con el rostro iluminado por la alegría.

"¿Qué quieres decir?", preguntó la perpleja Noelle.

"Hace años, Jeffery y yo acordamos que ustedes dos se casarían. Y al verlos ahora, solo puedo decir que siguen siendo la pareja perfecta. Noey, te diré algo: el mejor momento para que lo hagan es ahora. ¿Por qué no van Ethan y tú a registrar su matrimonio hoy mismo?", contestó su interlocutor, riéndose cálidamente.

Ella se quedó boquiabierta. Cuando por fin recuperó la compostura, protestó: "¡Levi, eso es demasiado repentino!".

"Noey... mi salud no es la mejor. No sé cuánto tiempo me queda. Pero si pudiera verlos a mi nieto y a ti felizmente casados, mi corazón estaría en calma. No te preocupes, mi niña. ¡La familia Martin siempre te protegerá y Ethan siempre te apoyará!", soltó el anciano, con una expresión solemne que lo hacía parecer aún más viejo.

Noelle no sabía qué decir. Tenía claro que el amor que le profesaba Levi era real y lo último que quería era herirlo.

Instintivamente se volvió hacia Ethan, rogándole con la mirada que desescalara el asunto, pues no tenía dudas de que él tampoco quería eso. Ni siquiera se llevaban bien, y él siempre había actuado distante frente a ella, rayando en lo molesto. Por ende, le parecía que no había manera de que aceptara.

"Está bien, abuelo. Iremos a registrarlo hoy mismo", respondió Ethan, con una expresión tranquila y decidida, dejando su taza de café sobre la mesa.

'¡¿Qué diablos acaba de pasar?!', se preguntó Noelle, mirando perpleja al joven.

                         

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