Capítulo 7 Un cliente generoso

Grace caminaba al lado de sus padres adoptivos, dirigiéndose juntos hacia su nuevo hogar.

En el momento que entraron a la residencia, la vista que la recibió captó por completo su atención; dentro, la casa irradiaba un encanto refinado, con el lujo presente en cada detalle, pero sin sacrificar la comodidad.

Sus ojos recorrieron el salón, percatándose de que cada detalle y decoración era un tesoro irremplazable.

Sin soltarla, Julia tomó la mano de su hija y la guio por la escalera.

Deteniéndose ante una puerta de aspecto impecable, Julia la abrió con una sonrisa esperanzada y un toque de nerviosismo. "Esta es tu habitación. Como no estaba segura de qué te gustaría, la decoré con las mejores cosas que encontré. Si hay algo que no te quede bien, solo dímelo y lo cambiaré de inmediato".

Al observar la habitación, Grace notó las acogedoras paredes color beige, junto con la luz del sol filtrándose y llenando cada rincón con una suavidad afable. Una sensación cálida se instaló en su pecho, floreciendo suavemente.

Con su voz bajando a un tono tranquilo, pero sincero, ella respondió: "No hay nada que quiera cambiar. Todo está perfecto".

La alegría se extendió por el rostro de Julia e iluminó sus ojos. "¿De verdad? ¡Sabía que nos llevaríamos bien! ¡Nunca imaginé que tendría una hija que compartiera mis gustos!".

Para Julia, este sentimiento era nada menos que milagroso; parecía como si el destino las hubiera unido con un hilo invisible.

La felicidad la invadió mientras apretaba el hombro de la chica. "¡Saber que ahora tengo una hija me llena de mucha alegría!".

Una expresión de sorpresa cruzó por el rostro de Grace antes de que apareciera una sonrisa genuina y tímida.

Antes de salir por la puerta, Julia se dio la vuelta para comentar con una voz amable y reflexiva: "Casi lo olvido. Tus hermanos James y Johnny tuvieron que salir para atender un asunto urgente, pero volverán mañana. Sé que estarán muy felices de conocerte".

Grace le devolvió su calidez con una sonrisa serena.

Una vez que su madre se fue, la chica cerró la puerta tras ella y se sentó en el borde de la cama, todavía asimilando el momento.

El celular en su pierna comenzó a vibrar, con su pantalla iluminándose y mostrando el nombre de "Patrick".

En cuanto respondió, la voz animada de un hombre llegó desde el otro extremo de la línea: "¡Te tengo noticias fantásticas! La familia Pearson está buscando tu ayuda. Ofrecen veinte millones solo por una consulta, y te darán más dependiendo de lo que hagas después. ¿Te interesa?".

Sin dudarlo, ella respondió de manera tajante: "No".

Ahora que se había convertido oficialmente en un miembro de la familia Holden, su principal deseo era integrarse y convivir con ellos.

Aunque se sintió tentada por la fortuna que pagarían por sus servicios, relacionarse con la familia Pearson sería igual a buscar problemas del más alto nivel; prefería evitar el drama siempre que fuera posible.

El pánico tiñó la voz de Patrick mientras intentaba convencerla: "¡Piénsalo mejor! Estamos hablando de la familia Pearson. ¡Veinte millones solo por revisar a un paciente, y ese sería solo el pago inicial! ¿De verdad no te interesa?".

Recostada en su cama, Grace enrolló un mechón de su cabello alrededor de su dedo, respondiendo con indiferencia: "Mi respuesta es la misma. No me interesa".

Sin querer dejar de lado el tema, el tono del hombre bajó a un susurro persuasivo: "Pero el actual líder de la familia Pearson no es un tipo común. Tiene a toda la ciudad a sus pies, pero está desesperado, envenenado por algo que nadie ha podido curar. Incluso el renombrado Maestro Healer falló, y esa es la razón por la que te están buscando. Dijeron que pagarán lo que sea si logras curarlo".

Una pequeña pausa flotó en el aire antes de que Grace soltara una suave risa divertida. "Por supuesto que Kevin Chadwick no pudo hacer nada al respecto. Ese tipo es el menos hábil de todos mis aprendices".

La línea se quedó en silencio mientras Patrick intentaba procesar lo que acababa de escuchar, ya que estaba hablando nada más y nada menos que del famoso Maestro Healer; jactarse de esa manera sonaría ridículo viniendo de cualquier otra persona, pero cuando se trataba de Grace, parecía nada menos que la verdad.

La chica se echó a reír y su voz se volvió ligera cuando respondió: "Ahora mismo estoy muy ocupada. Necesito pasar más tiempo con la familia Holden para establecerme".

La voz de Patrick llegó en un tono fuerte y claro: "¡Piénsalo bien! Este no es cualquier cliente. ¡Son los Pearsons! ¡La gente espera toda la vida por una oportunidad como esta!".

Estirándose despreocupadamente, la chica respondió con un tono juguetón: "Bueno, si quieren mi ayuda, tendrán que esperar. Si no saben ser pacientes, entonces realmente no les interesa que su líder mejore".

Una vez que la llamada terminó, ella se dejó caer en la cama, con sus ojos vagando hacia el techo mientras se perdía en sus pensamientos; por su mente comenzaron a pasar las imágenes del hombre de porte distinguido y orgulloso con el que se encontró momentos atrás.

Aunque ya había escuchado varias historias sobre el líder de la familia Pearson, sus caminos nunca antes se habían cruzado.

La reputación de Colton Pearson como empresario despiadado solo era igualada por su gran apariencia, convirtiéndolo en el objeto de una interminable fascinación entre la élite de la ciudad.

Tristemente, cada historia siempre concluía con el mismo rumor: sufría de una enfermedad extraña y le quedaba poco tiempo de vida.

Con un leve encogimiento de hombros, Grace se dio vuelta y murmuró para sí misma: "Ese no es mi problema".

Sin embargo, el destino parecía tener otros planes para ella.