Coralie sonrió, dándose cuenta de que Perla, a quien solía pensar que debía ser una mujer maravillosa por haber permanecido en el corazón de Kellan durante tanto tiempo, no era mucho mejor que ella. Al menos, ella se consideraba más amable.
"Perla, no necesitas provocarme sin parar. Dije que me iría y no miraré atrás. En cuanto a Kellan, ya no merece mi amor".
Coralie nunca se sintió inferior a Perla, aunque solo fuera una sustituta. Aunque Kellan la había engañado, la felicidad que compartieron fue real. Al menos había superado sus obsesiones. Podía amar intensamente y dejar ir con facilidad.
La intención de Perla de provocar a Coralie y exponer su verdadero carácter ante Kellan finalmente llevó a que él la echara.
Pero en aquel momento, al ver a Coralie completamente despreocupada, decidió recurrir a tácticas más astutas.
Perla miró hacia la entrada del hospital, notando que Kellan había sido enviado a recoger algunos expedientes médicos y debería regresar pronto, así que de repente, se agachó y agarró la mano de Coralie.
"Coralie, te lo suplico. Kellan y yo realmente nos amamos. Por el futuro de los niños, ¿podrías dejarlo ir?".
Coralie estaba desconcertada por las lágrimas repentinas de Perla, transformando su rostro malvado en uno lleno de lágrimas, como un mar de lágrimas en un instante.
"Perla, no sé a qué estás jugando, pero tengo cosas que hacer, así que me voy".
Cuando Coralie se levantó, Perla de repente cayó al suelo, agarrándose el estómago con dolor.
"Coralie, solo quería ver si estabas herida. No tenía malas intenciones. ¿Cómo pudiste empujarme?".
Kellan vio a Coralie levantarse y luego a Perla caer. Corrió hacia ellas, en pánico, para ayudar a Perla a levantarse.
"Perla, ¿cómo te caíste? Coralie, ¿qué le hiciste?".
Perla se aferró a la mano de Kellan, sacudiendo la cabeza mientras sollozaba como si su corazón se estuviera rompiendo en mil pedazos.
"Kellan, Coralie está herida. Solo quería preguntar cómo estaba, pero ella piensa que quiero arrebatarte de su lado...".
Sus sollozos la interrumpieron, y Coralie se dio cuenta de que todo era una actuación para que Kellan la viera.
Se encontró con los ojos enojados de Kellan.
"Kellan, me creas o no, solo puedo decir que yo no la empujé".
Se dio la vuelta para irse, cojeando, pero Kellan la agarró de la muñeca con firmeza.
"Coralie, ¿acaso he sido demasiado indulgente contigo? ¡Arrodíllate y pídele disculpas a Perla!".
Sin esperar su respuesta, la obligó a arrodillarse. Su pierna no herida en aquel momento también sangraba profusamente.
"Kellan, dije que no lo hice. ¿Por qué debería disculparme?".
Miró hacia arriba bruscamente y sus ojos ardían con furia haciendo contacto visual con Kellan.
Él vaciló, ya que nunca había visto a Coralie así, pero ella no debería haber herido a Perla.
Él le dio a Coralie una fuerte bofetada. Kellan la señaló, lleno de ira y le dijo: "Coralie, esto es por lo que le hiciste a Perla. Compórtate de ahora en adelante".
Se volvió para ayudar a Perla, sin ver que Coralie se levantó con esfuerzo a pesar del dolor que dejó el golpe que él le dio. Se acercó a Kellan y le devolvió la bofetada.
Tanto Kellan como Perla quedaron atónitos. Kellan nunca esperó que la usualmente gentil Coralie lo golpeara.
"Kellan, esa bofetada te la devuelvo porque no te debo absolutamente nada".
Coralie miró a Perla con desesperación en sus ojos.
"Conseguiste lo que querías. Les deseo felicidad a ambos".
Dándose la vuelta, sus lágrimas finalmente cayeron.
Coralie se secó las lágrimas, diciéndose a sí misma que era la última vez que lloraría por Kellan. A partir de ese momento, no volvería a derramar ni una sola lágrima por él.
Coralie fue a casa, empacó sus maletas y se registró en un hotel cerca del aeropuerto. Por la mañana, se iría.
Pensó para sí misma, "Kellan, deseo que nunca nos volvamos a encontrar en esta vida".