Capítulo 5

Betsy sostenía el colgante de jade y miró a Bettina con provocación. "¿Lo quieres?".

"Así que cuando Asher no está, ya ni te molestas en disimular, ¿no?". Bettina le lanzó una mirada fulminante a Betsy y dijo: "Dame el colgante".

"¿Y qué pasa si no te lo doy? ¿Y sabes qué? Si le digo a Asher que me gusta y que lo quiero, te apuesto que me lo da".

Bettina apretó los labios haciendo un esfuerzo por contener la rabia que sentía. "Betsy, ¿qué es lo que quieres de mí? Ya te lo dije: me voy a divorciar de Asher y tú te puedes casar con él. No quiero nada más, solo me interesa este colgante de jade. Ya te lo estoy dejando todo. ¿Qué más se te ocurre pedir?".

"¿Y yo necesito que tú me des algo? Aunque no lo hicieras, yo misma me encargaría de que te divorciaras de Asher. "¿Crees que necesito que tú me regales algo?".

Betsy tenía una sonrisa de total triunfo. Pero por el rabillo del ojo vislumbró a Asher corriendo en su dirección. De inmediato, agarró la mano de Bettina y se puso a llorar. "Bettina, si solo quería ver el colgante un momento. No hace falta que seas así de cruel conmigo".

Bettina frunció el ceño e intentó zafarse de su agarre. "¿Pero qué haces? ¡Suéltame!".

En el forcejeo, Betsy dio varios pasos hacia atrás y fue a dar con el cuerpo de Asher, que acababa de llegar. "¿Qué pasa?".

Al ver llorar a Betsy, la expresión de Asher se tornó grave al instante.

"No pasa nada, Asher. No le eches la culpa a Bettina. La culpa es mía. Es que yo solo quería ver el colgante, y ella no quiso dejarme". Betsy sollozó y le entregó el colgante a Asher.

"Yo sé que a Bettina le encanta. Aunque tanto el bebé como yo lo deseamos, no podremos tenerlo. Soy demasiado codiciosa. Ya me has comprado tantas cosas...".

Era tal la perfección de su actuación, que Bettina no quiso añadir nada más. Simplemente le tendió la mano a Asher. "Dámelo".

Asher recogió el colgante y, cuando estaba a punto de dárselo a Bettina, lo retiró y lo puso alrededor del cuello de Betsy.

Betsy quedó desconcertada por el gesto. "Asher, ¿pero qué estás haciendo? Quítamelo, por favor. Porque si no, Bettina se va a enojar mucho".

Al ver lo que hacía, a Bettina le tembló con fuerza la mano que tenía extendida.

No daba crédito a lo que veían sus ojos. "Asher, ¡me prometiste que me compensarías con este colgante!".

"Es cierto, lo dije". Asher atrajo a Betsy hacia sí. "Pero es que no te estás portando bien. Me descuido un instante y ya estás acosando a Betsy. Eso no me gusta nada. Toma este colgante como disculpa para Betsy. Cuando aprendas a portarte como es debido, te compraré uno nuevo".

Al mirar a ese hombre, Bettina finalmente perdió la compostura. "¡Si no la he tocado siquiera! ¡En este hotel hay cámaras de seguridad por todos lados! ¡Puedes revisar las grabaciones! ¡Betsy, devuélveme el colgante!".

Se abalanzó sobre Betsy e intentó arrebatarle el colgante.

Asher protegió a Betsy y empujó a Bettina con rudeza. "¿Estás loca o qué te pasa? Hay tanta gente aquí, ¿quieres armar un escándalo? Da igual lo que digan las cámaras, yo confío en Betsy. Ella no es de las que mienten".

La espalda baja de Bettina chocó contra la silla, y el dolor fue penetrante.

Bettina alzó la vista hacia el hombre que tenía frente a ella y se le agotó hasta la última pizca de esperanza. "Está bien. Ya no lo quiero. Que se lo quede ella".

Sosteniéndose la cintura, dio media vuelta y se alejó con el rostro inexpresivo.

"Bettina...". Al ver su figura alejarse, Asher se sintió intranquilo.

Dio un paso para seguirla, pero Betsy le agarró del brazo con rapidez. "Asher, me siento agotada. ¿Nos podemos ir a casa ya?".

"Está bien. Le digo a Bettina que venga con nosotros".

"Mejor no la llamemos. Ahora mismo está muy alterada. Si vamos todos en el mismo carro, seguro hay más problemas. ¿Tú no le conseguiste un chofer?".

Asher asintió. "Tienes razón. Mejor démosle su espacio para que se serene".

Afuera del hotel, Bettina volvió la mirada, pero Asher no había salido tras ella.

Antes, por más lejos que hubiera caminado después de una pelea, Asher siempre iba a buscarla para calmarla.

Pero ahora tenía a otra persona a su lado. Y nunca más volvería a esforzarse por hacerla feliz.

Sin esperar ni un momento más, Bettina se inclinó y subió al carro.

"Asher, esta era tu última oportunidad, y no supiste valorarla. Ya que confías en Betsy ciegamente, me largo. Pásate el resto de la vida con ella", pensó.