Capítulo 4

La subasta se celebraba en un prestigioso hotel en Coashire. Cuando Bettina llegó, ya había llegado la mayor parte de la alta sociedad.

Los jóvenes de familias adineradas, vestidos con lujo, se reunían charlando y riendo. Entre el tintineo de las copas, ella divisó de inmediato a Asher.

Y de pie a su lado estaba precisamente Betsy.

Ella llevaba un vestido de noche de tirante recto que acentuaba su figura. Su largo cabello negro lo llevaba recogido detrás de las orejas. Cada vez que recibía un cumplido, un rápido rubor teñía sus mejillas.

No fue hasta que alguien vio a Bettina llegando tarde, que el salón de banquetes estalló en efervescencia.

"¿Es esa Bettina? ¿La esposa de Asher?".

"¿Por qué está aquí también? Este Asher sí que es audaz, traer tanto a a su esposa y a su amante a la subasta".

"¿No te has enterado? Que Bettina no puede quedar embarazada, y la abuela de Asher quiere un bisnieto, así que están usando el vientre de Betsy...".

"¿Así que es eso? Pensé que Betsy era el nuevo amor de Asher ya que asistía a eventos públicos con tanto despliegue. Resulta que solo es una herramienta para tener un hijo".

...

Al oír estas palabras, los ojos de Betsy se enrojecieron al instante.

Tímidamente, tomó del brazo a Asher y dijo en voz baja: "Mejor me voy, Asher, para que la gente no siga hablando peor".

Asher sujetó su brazo y su mirada penetrante recorrió a los presentes. "Tranquila. No dejaré que hablen de ti así".

Asher, tomándola de la mano, explicó a todos: "Señores, la relación entre Bettina y yo tiene un problema y estamos tramitando el divorcio. En cuanto a Betsy, está embarazada de mi hijo y yo me haré responsable de ella".

Betsy se mordió el labio con entusiasmo al escuchar sus palabras. "Asher, ¿lo dices en serio?".

"Sí". Asher asintió y, al alzar la mirada, vio a Bettina acercándose desde no muy lejos.

Al verla, Asher se perturbó al instante. "Bettina, no malinterpretes. Es solo que hablaban muy feo, temía que afectara al bebé de Betsy, por eso mentí. No tengo intención de divorciarme de ti".

¡Qué mentiroso!

Al ver su expresión de urgencia por explicarse, Bettina soltó una risa burlona. "Asher, pronto nos divorciaremos", pensó ella.

"Está bien. Tienes razón. Lo que más importa es el bebé". Con eso, se dirigió a la multitud y dijo: "Todos, es cierto que Asher y yo estamos en proceso de divorciarnos. Muy pronto, la señorita Sugden será la futura señora Lambert. Así que midan sus palabras, por favor, no la vean simplemente como una herramienta para tener un hijo. De lo contrario, podría molestarla".

Sus palabras dejaron a la multitud en un silencio atónito.

Incluso el rostro de Asher se ensombreció. "Betty, ¿estás enfadada, verdad?".

Bettina respondió con serenidad: "No estoy enfadada. Solo estoy ayudando a la madre de tu bebé a salir de un aprieto. ¿Acaso no lo ves? De todos modos, la subasta está a punto de comenzar. Entremos".

"Bettina". Apenas Bettina se hubo sentado, Asher se acercó y se sentó a su lado, con el rostro lleno de alivio: Parecía agradecido. "Gracias por ayudar a Betsy a salir del apuro. No te preocupes. Esta noche, conseguiré ese colgante de jade para compensarte."

Sin mirarlo, ella simplemente asintió y dijo: "Espero que cumplas tu promesa".

Esa noche, Asher compró muchas cosas para Betsy.

Cualquier cosa que Betsy deseaba, Asher la pujó sin dudarlo.

Todos comentaban que Asher trataba muy bien a su nuevo amor.

En cambio, a Bettina, todos la miraban con compasión.

Finalmente, llegó el momento del colgante de jade. El subastador dijo: "La puja inicial para este colgante de jade es de un millón...".

"¡Cinco millones!". Asher directamente gritó un precio desorbitado. La multitud pensó que se lo compraba a Betsy.

"¿Asher trata demasiado bien a esta nueva novia, no?".

"¡Un colgante de un millón y directamente lo sube a cinco! ¡Es que lo quiere conseguir a toda costa!".

"Solía ser tan bueno con Bettina, pero ahora se están divorciando".

"El señor Lambert ofrece cinco millones. ¡Cinco millones una vez, cinco millones dos veces, cinco millones tres veces! ¡Vendido!".

Al ver que Asher conseguía el colgante de jade, el corazón en vilo de Bettina por fin encontró paz.

Ahora que todo era un hecho consumado y el colgante estaba en su poder, podía dejar a Asher como deseaba.

Una vez finalizada la subasta, el personal invitó a Asher a pasar a pagar.

Entregaron el montón de artículos subastados. Cuando Bettina se disponía a coger el colgante de jade, de nuevo una mano se le adelantó para llevárselo.