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Capítulo 8 El miedo

Capítulo 9 No quiero aceptarte

Capítulo 10 Rey Aaron


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Perspectiva en tercera persona
Alina regresó a su habitación en lugar de buscar la cocina de nuevo. Tenía sed antes de encontrar a su pareja, pero después de verlo, ya no recordaba por qué había salido de su cuarto.
Pasó toda la noche pensando en él: '¿Por qué me dejó así? ¿Vendrá a verme mañana? ¿Por qué se veía tan atormentado?'.
Entonces recordó lo peligrosa que era su mirada. Podía matarla con solo mirarla a los ojos.
"¿Cómo es posible que yo lo viera en mis sueños, pero él no a mí? ¿Por eso no me reconoció? ¿Habrá sentido lo mismo que yo? ¿Por qué mi loba cantaba 'compañero'? Si él es mi compañero, ¿por qué no lo dijo también?".
Alina estaba realmente confundida; no sabía qué hacer ni qué no hacer.
Se acostó en la cama, con la mirada fija en el techo, y se dijo a sí misma:
"Si él es uno de los guerreros, entonces tengo que ser fuerte como él. Mi compañero es un lobo luchador, ¿cómo puede su compañera ser débil? Pero tengo una duda... ¿Por qué aparecía siempre en mis sueños? ¿Cómo es posible ver a alguien que nunca has conocido? Solía pensar que solo era mi imaginación. ¡Pero él existe de verdad!".
Alina suspiró y cerró los ojos. "¿Debería ir a buscarlo? ¿O debería mantenerme alejada de él? ¿Me hará daño como en mi sueño, o todo fue una ilusión? ¡Diosa Luna! Por favor, haz algo, dame una señal. ¿Qué debo hacer ahora?".
Siguió dándole vueltas a sus dudas hasta que el sueño la venció.
A la mañana siguiente, Alina se despertó al sentir una luz en su rostro. Giró la cabeza y se cubrió el rostro con el edredón. Quería dormir más.
Después de unos minutos, oyó unos golpes en la puerta.
"Señorita Brown, por favor, levántese y venga a desayunar...".
La chica no abrió los ojos y se tapó los oídos con la almohada, pues no había dormido mucho la noche anterior.
Al rato, alguien volvió a golpear con fuerza.
"¡Alina, despierta!". "¡NO!". Sus ojos permanecieron cerrados.
"Vamos, es hora de desayunar".
"Puedes ir a desayunar. Yo no tengo hambre", respondió con voz somnolienta.
Crystal alzó la voz: "Despierta. El Rey Licántropo ya está aquí. Te matará si no te presentas a desayunar a tiempo. Es muy puntual, ya sabes".
Al escuchar "Rey Licántropo", Alina abrió los ojos de inmediato y se incorporó en la cama.
Recordó a su pareja y cómo se había enfurecido cuando habló tonterías sobre su querido rey.
"Llego en diez minutos", respondió y se metió al baño.
Se dio una ducha rápida y se puso un sencillo vestido negro, ya que no le gustaban los vestidos elegantes. Pensó que viviría con sus padres, por lo que no se llevó ropa más elegante. A sus padres no les gustaba eso.
Se secó el pelo, lo peinó y se lo recogió en una coleta alta antes de mirarse al espejo.
"Mmh, me veo decente".
Estaba a punto de salir, pero se detuvo frente al espejo. "Debería verme bien hoy. Quizá él venga a verme, o tal vez baje a desayunar. Un momento, ¿es un lobo luchador o un oficial?".
Ahora Alina estaba más preocupada. ¿Y si su compañero era un oficial? Si fuera beta, theta, delta o gamma, cualquiera de ellos, sería un problema para ella. Quizás el Rey Licántropo no aprobaría que ella fuera la compañera de su oficial, porque era una omega.
"Él me dijo que soy una Omega débil. ¿Negará nuestro vínculo de compañeros cuando el rey lo cuestione al respecto? ¿Le dirá que no le gusto y que quiere rechazarme?".
Tantos pensamientos se arremolinaban en su mente.
Su celular sonó en ese instante. Lo miró sobre la cama y notó que estaba vibrando. Se acercó y lo tomó. Era Crystal.
"¿Dónde estás, Alina?", preguntó.
"Ya bajo".
"Mientes. Sigues en la cama, ¿verdad?".
"No, Crystal. Ya estoy lista, voy en camino".
"De acuerdo, date prisa", dijo, cortando la llamada.
Alina salió de su habitación y se dirigió al comedor, donde vio muchas caras nuevas.
"Aquí está", anunció su amiga. Bajo las miradas de los presentes, Alina se sintió tímida.
Se sentó junto a Crystal, justo como la noche anterior.
"Hola, soy Cooper, el Theta de este clan, o mejor dicho, de este territorio", dijo un chico.
Alina levantó la vista para mirarlo brevemente; lo había visto ayer. Luego, su mirada se posó en las otras personas. 'Dos caras nuevas', pensó para sí.
"Hola, mi nombre es Alina Brown, y soy amiga de Crystal", contestó.
"Soy Darren, el delta".
"Y yo George, el Gamma del rey y de la manada".
Alina asintió hacia ellos. Los tres eran apuestos, y su aura era imponente. Cualquiera podía notar que eran poderosos con solo mirarlos.
A Atlas no le gustaba la conversación, así que dijo: "Dejen de hablar ahora. Cuando es hora de comer, no se debe hablar".
"No hay problema, pueden seguir hablando. No es gran cosa". Se escuchó una voz desde detrás de la mesa.
Alina giró la cabeza para ver a un hombre que se acercaba. También era guapo y musculoso.
'¿Por qué todos los chicos de este clan son tan atractivos? Pero nadie es más guapo que mi compañero. Él tenía una belleza etérea; anoche resplandecía bajo la luz de la luna', pensó, volviendo la cabeza hacia la mesa.
"Beta Lucas, ¿qué quieres decir?", habló Atlas, molesto porque no le gustaba que el hombre contradijera su orden.
"Quiero decir que esto no es una asamblea en la que nadie puede hablar de nada. Estamos actualizados, ya no somos los mismos de hace diez años", dijo Lucas y se sentó a la derecha de la silla de la cabecera.
Atlas estaba furioso con él, pero aun así preguntó por su hijo. "¿Dónde está tu Rey?".
"Está durmiendo. No puede acompañarnos a la mesa. Así que empecemos a comer".
Todos se sorprendieron al saber que el rey seguía durmiendo.
Alina contuvo la risa de alguna manera y miró a Crystal, quien también estaba sorprendida. Se acercó más a ella y susurró: "¿No dijiste que tu rey es muy puntual? ¿Qué le pasó ahora?".
Esta la miró y dijo: "Se enteró de ti. ¿Cómo puede dormir hasta tarde precisamente hoy?". Entonces soltó un suspiro.
Alina soltó una risita y dijo: "Parece que tengo un gran efecto en este clan y su gente también".