Capítulo 7 ¡Es... el Rey Licántropo!

"¿Especial para ti?", la voz de Crystal la alcanzó. Alina se giró y vio a su amiga detrás de ella, sosteniendo una bolsa. Contenía ropa.

"Alina, di algo. ¿Quién es más especial para ti que yo?", preguntó la chica, haciendo un puchero.

"No es nada...", intentaba decir la otra, pero Delta Darren la interrumpió.

"¿Y por qué iba a decírtelo? No es como si fueras su madre, y no tiene que responderte todo".

Crystal se molestó. "Está bien, no me digas. Volveré al auto".

"No, Crystal, no te enojes", la tranquilizó Alina y estaba a punto de seguirla, pero Delta Darren intervino. "No la sigas. Solo está actuando. Cuando vayas a hablar con ella, volverá a hablarte como si nada".

"Eso es porque es mi mejor amiga".

"Es tu mejor amiga, de acuerdo, pero ¿ella piensa lo mismo de ti?".

Alina lo miró con el ceño fruncido y replicó: "¿Por qué dices eso?".

Delta Darren suspiró. "Creo que eres una buena mujer. Pero no confíes ciegamente en todos. A veces, las personas más cercanas a nosotros llevan una máscara, y no podemos ver su verdadera identidad. Por eso debemos abrir los ojos e intentar ver a través de su disfraz".

Alina estaba confundida. "¿A qué te refieres? No lo entiendo. Sé que es una bruja, pero será nuestra bruja real, así que no digas esas cosas de ella. No es así. Hasta nuestro antiguo rey la quería mucho".

"Solo te lo digo porque creo que debes saberlo. Después de eso, la decisión es tuya".

Alina no quería discutir, pero él estaba hablando de su mejor amiga. Crystal era la única persona en su vida que realmente se preocupaba por ella. Llevaban diez años de amistad, cinco de ellos viviendo juntas. Podía dudar de cualquiera, menos de ella.

Intentó cambiar de tema y preguntó: "¿Debería comprarle algo al rey?".

"No hace falta. Él no necesita ningún regalo de nadie. Es quien nos concedió la vida que siempre quisimos. Tu amiga le compró un regalo solo porque le gusta; sin embargo, te aseguro que nuestro rey no lo necesita". Dicho esto, caminó hacia el auto.

Alina se quedó sorprendida. 'Así que sabe que a Crystal le gusta el rey. ¿Por eso hablaba así de ella?'. Sacudió la cabeza y subieron al auto. Alina miró a su amiga, que estaba reclinada en el asiento con los ojos cerrados. Supuso que estaba cansada y dormida.

Regresaron a la casa de la manada o, como Alina podría decir, el Palacio Licántropo.

Cuando el auto se acercó al exterior del palacio, la chica lo observó. Ya era de noche cuando lo vio ayer y solo lo había visto en la oscuridad, pero ahora podía apreciar su belleza.

Era muy hermoso desde el exterior, de color gris con algunos bloques negros dispersos por todas partes. Una gran cúpula en el centro del palacio realzaba su belleza. Intentó ver el lado de la ventana donde se encontró con su compañero, pero no pudo verlo. Supuso que estaba en el lado opuesto.

Cuando el auto se detuvo frente a la entrada principal de la casa de la manada, Crystal se bajó antes de que la otra pudiera decirle que se despertara. Alina la vio y pensó: '¿No estaba durmiendo hace un momento?'.

Ella y Delta Darren bajaron del auto. Crystal fue la primera en entrar a la casa. Alina suspiró. 'Sigue enojada. Debí haberla convencido en el auto. Ahora está más molesta conmigo'.

Entonces entraron y vieron a Atlas y a Daisy conversando.

"Tío Atlas, tía Daisy, les compré regalos a los dos", anunció Crystal con alegría.

Alina frunció el ceño, confundida. '¿No compramos esas cosas juntas? Ella solo compró el regalo del rey sola. Entonces, ¿por qué dice eso? Ahora, ¿qué hay de mí? Pensarán que soy una maleducada'.

Atlas estaba feliz, y Daisy también aceptó su regalo. Cuando notó a la otra joven cerca, , la llamó.

"Alina, ven aquí".

"Sí, tía".

Alina se fue a sentar en un sofá. Crystal la ignoraba.

"Tío, ¿dónde está Aaron?", le preguntó a Atlas.

Delta Darren se acercó y dijo: "¿Cuántas veces te he dicho que no lo llames por su nombre? ¿Olvidas de quién estás hablando?".

Atlas rio entre dientes. "Tranquilo, Darren. Es nuestra niña. Puede llamarlo por su nombre. Aaron la adora, no le importará".

Darren miró con dureza a Crystal, quien le dedicó una sonrisa burlona. Alina observaba todo. Se fijó en Daisy y notó que no estaba contenta con lo que su marido había dicho.

La señora se levantó. "Es hora de almorzar. Vamos todos".

Alina se dio cuenta de cuánto tiempo habían pasado en el pueblo. Habían salido muy temprano y regresaron tarde, así que ya era tarde para almorzar. Se preguntó por qué la pareja real aún no había comido. Aunque ella también tenía hambre. Habían picado algo en el mercado, pero de eso ya habían pasado un par de horas y ahora tenía hambre.

Todos se levantaron y entraron al comedor. Alina se sentó al lado de Crystal, aunque ella no le hablaba.

Daisy indicó a las criadas que sirvieran el almuerzo.

Poco a poco, los oficiales llegaron y tomaron asiento. "El rey Aaron vendrá a acompañarnos", dijo el Beta.

Alina se puso nerviosa; nunca había visto al rey.

Había escuchado chismes que circulaban por el pueblo: que era el rey más despiadado y cruel de la historia, que nunca dudaba en matar. Decían que con una sola orden suya bastaba para que todos los licántropos de su reino salieran de su reino y atacaran otras manadas, aunque él solo era capaz de destruir cualquier manada.

La puerta del comedor se abrió y el corazón de Alina se le aceleró.

De repente, volvió a percibir aquel olor irresistible. Se llenó de alegría al reconocerlo. 'Su compañero había venido a verla', pensó.

Pero entonces escuchó a Crystal decir con emoción: "¡Rey Aaron, por fin llegas!".

Alina giró la cabeza de inmediato hacia la puerta y vio a su compañero allí de pie, solo en el umbral.

Estaba en shock.

¿Él era el... Rey Licántropo?

                         

COPYRIGHT(©) 2022