La fabulosa exesposa del CEO
img img La fabulosa exesposa del CEO img Capítulo 1 Nada sobre Zora es urgente
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Capítulo 6 Negada en público img
Capítulo 7 Solo quiero ver a mi esposa img
Capítulo 8 Empezando desde cero img
Capítulo 9 Terminemos por ahora img
Capítulo 10 ¿Aún quieres terminar conmigo img
Capítulo 11 Amenazas vacías img
Capítulo 12 Regresa y haz la audición img
Capítulo 13 Preferiría a una mujer mucho mayor img
Capítulo 14 ¿Qué harías en mi lugar img
Capítulo 15 Llegaste justo a tiempo img
Capítulo 16 No voy a creer que está muerta img
Capítulo 17 Evidencia suficiente img
Capítulo 18 Un ataque de asma img
Capítulo 19 Demasiado atrevida para mi gusto img
Capítulo 20 Al descubierto img
Capítulo 21 Antes de firmar el contrato img
Capítulo 22 Sé cómo domar a las chicas salvajes img
Capítulo 23 Ocupando mi lugar img
Capítulo 24 ¿Qué le pasó a ella img
Capítulo 25 Extraño a mi esposa img
Capítulo 26 Agua img
Capítulo 27 El sol de su vida img
Capítulo 28 La alianza inesperada img
Capítulo 29 Él mantiene su vida en secreto img
Capítulo 30 Papá, quiero el divorcio img
Capítulo 31 Grupo MRAB img
Capítulo 32 Lista para enfrentarlo img
Capítulo 33 ¿Crees en los fantasmas img
Capítulo 34 La mujer que le hizo latir su corazón img
Capítulo 35 Me recuerda a Zora img
Capítulo 36 Zora, ¡eres tú! img
Capítulo 37 Un fantasma en la alfombra roja img
Capítulo 38 Ella es mi esposa img
Capítulo 39 Déjala en paz img
Capítulo 40 Fui su primer amor img
Capítulo 41 No lo amaba como amaba a Ezrah img
Capítulo 42 Pájaros del mismo plumaje img
Capítulo 43 Solo necesito la última pieza img
Capítulo 44 ¿Me das tu número img
Capítulo 45 Lidiando con él img
Capítulo 46 ¿Cómo te atreves a fingir tu muerte y hacerme sufrir por ello img
Capítulo 47 Nunca más me enamoraré de Ezrah img
Capítulo 48 Ya sabía que ibas a venir img
Capítulo 49 Deja de llamar esposa a Michelle img
Capítulo 50 Michelle jamás haría algo así img
Capítulo 51 No iba a rogarte que me aceptaras de nuevo img
Capítulo 52 Todavía no estoy lista para avanzar img
Capítulo 53 No me mientas img
Capítulo 54 No llamarás bastardo a mi hijo img
Capítulo 55 Podrás ponerla tras las rejas img
Capítulo 56 Cayendo en la trampa de Michelle img
Capítulo 57 Cállate, no la conoces img
Capítulo 58 Él no vale la pena img
Capítulo 59 El caso de agresión img
Capítulo 60 ¿Tú también conoces a Piper img
Capítulo 61 El arrepentimiento de Ezrah img
Capítulo 62 Tengo que verla ahora img
Capítulo 63 Detén el carro img
Capítulo 64 No soy tonta img
Capítulo 65 Prometo ser tu peor pesadilla img
Capítulo 66 No me digas que la quieres de vuelta img
Capítulo 67 No me digas que quieres a Michelle de vuelta img
Capítulo 68 Tan hermosa como siempre img
Capítulo 69 Michelle es mía img
Capítulo 70 Trato hecho img
Capítulo 71 Porque eres hermosa img
Capítulo 72 El remitente era anónimo img
Capítulo 73 Rivalidades silenciosas img
Capítulo 74 Nunca fue mi intención dejarte img
Capítulo 75 Amas a Zora, Ezrah, niégalo img
Capítulo 76 ¿Qué clase de amor era ese img
Capítulo 77 ¿Me lo presentas img
Capítulo 78 Ezrah nunca le pondría una mano encima a una mujer img
Capítulo 79 Necesitaría atención médica img
Capítulo 80 ¿Cómo se suponía que te lo probara img
Capítulo 81 Un perro sexual img
Capítulo 82 La esposa de ambos img
Capítulo 83 Tu recuerdo fue borrado de su mente img
Capítulo 84 Una disculpa inesperada img
Capítulo 85 La distancia no me detendrá img
Capítulo 86 Rush provoca a Ezrah img
Capítulo 87 La extraña petición de Sebastian img
Capítulo 88 De qué lado estás img
Capítulo 89 Debí pagarle img
Capítulo 90 Es lesbiana, ¿y qué img
Capítulo 91 ¿Dónde está Ezrah img
Capítulo 92 Quiero dormir img
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La fabulosa exesposa del CEO

Lucia Love
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Capítulo 1 Nada sobre Zora es urgente

"Señor, la señora no se siente bien", dijo por teléfono el mayordomo.

El hombre al otro lado de la línea respondió con indiferencia. "Entonces, llévala al hospital. No soy médico". Acto seguido, colgó.

El mayordomo palideció y un sudor frío le recorrió la frente.

Zora se recostó en el sofá, sintiéndose débil por el dolor abdominal. Intentando disimularlo, preguntó con esperanza: "¿Qué dijo?".

El mayordomo se volvió hacia ella y esbozó una sonrisa tranquilizadora. "Señora, el señor dijo que nos verá en el hospital".

A Zora se le iluminaron los ojos. Ezrah no había vuelto a casa en casi tres días y lo extrañaba muchísimo. Esta enfermedad parecía su amuleto de la suerte para tenerlo de nuevo a su lado. "Está bien. Vamos".

Ella sintió un calor en el pecho. Al menos a su esposo le importaba su futuro hijo. Ambos se vieron envueltos en un escándalo dos años atrás, y el matrimonio fue la única forma de calmar la situación.

Ezrah dejó clara su postura desde el principio. "Cuando todo esto se calme, nos divorciaremos".

Zora, sin embargo, tenía la esperanza de que para entonces habría logrado derretir su frío corazón, así que sostenía las esperanzas. Sin embargo, con el paso del tiempo, él se alejaba cada vez más de ella, a pesar de que trabajaban en la misma empresa e incluso dormían en la misma habitación.

Dos meses atrás, Ezrah había vuelto a casa para pedirle el divorcio, pero se encontró con los resultados de una prueba de embarazo. Al verlos, su expresión se ensombreció.

"Pospondremos el divorcio hasta que nazca el niño, pero no esperes seguir siendo la señora Gannon. Ese título le pertenece a otra persona, y definitivamente no es para ti".

Después de esas palabras, el matrimonio se volvió insoportable. Ezrah apenas volvía a casa y casi no había intimidad entre ellos. La única razón por la que Zora seguía con el título era porque llevaba su heredero.

Ella pensaba que la ausencia del hombre se debía al trabajo. Al fin y al cabo, era el CEO del Grupo Gannon, una empresa multimillonaria donde ella también trabajaba como gerente adjunta.

Ezrah no sabía que Zora llevaba cinco años secretamente enamorada de él, hasta la noche de borrachera en el cumpleaños de su mejor amiga, Coco, cuando despertó en la misma cama que él.

Ella decidió guardarlo como un preciado secreto, un recuerdo que atesoraría por siempre, hasta que los medios se hicieron eco de la noticia.

Ezrah no podía permitir que el escándalo arruinara su impecable reputación ni le causara pérdidas, así que anunció que él y Zora ya salían en secreto y que pronto se casarían.

La mujer, que estaba perdidamente enamorada de él, recibió la noticia de la boda con emoción.

Esperaba que con el tiempo Ezrah se enamorara de ella, pero eso nunca sucedió. Durante esos años, él rara vez pasaba la noche en casa.

De camino al hospital, el celular de Zora sonó. Al ver el contenido, se le encogió el corazón.

La foto mostraba a su esposo sosteniendo la delicada mano de una mujer hermosa, con una sonrisa de orgullo en el rostro. Y el título decía:

"El señor Ezrah Gannon confirma que ha reavivado el romance con su antiguo amor, la señorita Piper Henshaw".

Los ojos de Zora se llenaron de lágrimas que comenzaron a rodar por sus mejillas, mientras se negaba a creerlo. Tenía que ser una foto editada.

Nunca se había sabido que Ezrah saliera con nadie antes de que ella quedara embarazada de él; ni siquiera mostraba interés por las mujeres. Siempre había sido reservado, ocultando su rostro de los medios.

Además, Rudolph le había asegurado que Ezrah iría el hospital. Los medios solo debían de estar inventando noticias para ganar popularidad.

Aun así, no pudo evitar la inquietud en su corazón y marcó su número de inmediato.

Aunque le había advertido que solo se comunicara con él a través del mayordomo, esta vez Zora decidió tomar el toro por los cuernos.

Su llamada pasó, pero no hubo respuesta. Antes ella habría colgado, pero la inquietud que le causó la noticia no se lo permitió. Al cuarto timbre, una voz femenina contestó.

Su voz, tan melodiosa, hizo que Zora se sintiera menos mujer. "Ezrah está en el baño".

Sus manos temblaron al sostener el celular, con el corazón hecho pedazos. Ezrah nunca le permitía ni tocar su celular, y sin embargo, esta mujer contestaba su llamada con tanta naturalidad. ¿De verdad estaría en el baño? Sintió un dolor en el pecho, mucho más fuerte que el dolor de su abdomen.

"¿Quién eres?". Las palabras se le escaparon de la boca.

La mujer respondió con despreocupación: "Piper, su prometida. ¿Y tú quién eres?".

"Como sea que me tenga guardada", respondió Zora con calma. El dolor de la noticia era más de lo que podía soportar.

Sabía que Ezrah no la amaba, pero creía que podrían vivir en paz por el bien del bebé, pero él nunca tuvo la intención de hacer realidad sus sueños.

Al otro lado de la línea, la mujer apartó el celular de la oreja para ver mejor el identificador de llamadas.

"Ah, Zora... Si es algo urgente, puedo dejarle un mensaje cuando salga".

Así que todas esas noches que Ezrah pasaba lejos, las que Zora creía por trabajo... ¡En realidad estaba con la mujer que amaba, dejándola sufrir sola con su hijo nonato!

Aún en su primer trimestre, había dejado de trabajar en la empresa para recuperarse de las náuseas y otros problemas de salud.

Su mente carecía de claridad y empezó a dudar de todas las respuestas que Rudolph le había dado cada vez que le pedía ponerse en contacto con Ezrah.

"Solo dile que me llame", dijo y colgó.

En la habitación del hotel, Ezrah volvía de la reunión en la sala de conferencias. Como nunca permitía que nadie contestara sus llamadas durante las reuniones, dejaba su celular en la habitación.

"¿Qué haces con mi teléfono?", preguntó apenas entró en la alcoba. Y antes de que Piper pudiera responder, volvió a preguntar: "Te dejé claro que debías esperarme en la sala de estar. ¿Cómo entraste?".

El puchero de Piper solo la hacía ver más linda mientras fingía enojo. "¿Está mal que venga? Ya estaríamos casados si Zora no se hubiera metido en medio".

Ezrah siempre había mantenido su vida amorosa en privado. Él y Piper llevaban años en una relación secreta a distancia.

Habían acordado verse en la fiesta de cumpleaños de la hermana de un socio, pero a ella le surgió una emergencia de último minuto y no pudo asistir.

Esa noche, misteriosamente, terminó en la cama con Zora. El incidente debería haberse pasado por alto, hasta que los medios se hicieron eco.

Para no dañar su bien cuidada reputación, se casó con ella a regañadientes, pidiéndole perdón a Piper en secreto y prometiéndole que se divorciaría en dos años, cuando la noticia se calmara.

Pero las cosas dieron un giro inesperado cuando, justo después de prometerle a Piper que pondría fin a las cosas con Zora, se encontró con la prueba de embarazo.

"Te dije que estaba trabajando en ello. Debes mantenerte alejada de la prensa. No debemos ser vistos juntos". La voz de Ezrah era severa. Los negocios eran lo primero y la presencia de Piper podía arruinar sus planes.

Su mujer se sintió incómoda ante el recordatorio. Forzó una sonrisa y dijo: "Podría ser tu secretaria confidencial. Por favor, Ezrah, no quiero estar más lejos de ti".

Él no respondió. Siempre meditaba bien sus acciones. No le había sido fácil convertirse en el director ejecutivo del legendario Grupo Gannon, siendo el menor de tres hermanos.

Cualquier movimiento en falso y sus hermanos mayores empezarían a luchar por el puesto. "¿Alguien llamó?", preguntó mientras revisaba su celular y se topó con el nombre de Zora.

"Sí, Zora. Dijo que la llamaras", respondió Piper con una sonrisa, deslizando los dedos por sus muslos desnudos mientras se recostaba de forma seductora en la lujosa cama king size.

"¿Qué le dijiste?". Ezrah frunció el ceño. Quería mantener a Piper en secreto hasta después del divorcio.

"Fingí no saber que existía". La joven se incorporó. Debido a la larga abertura de su vestido, sus muslos quedaron completamente al descubierto, pero él tenía la atención puesta en el celular que sostenía en la mano.

"Hazme un favor y no vuelvas a contestar mis llamadas". Su voz carecía de calidez.

Piper fingió remordimiento y respondió: "Lo siento. Pensé que era urgente".

Ezrah finalmente la miró y habló con dureza: "Nada sobre Zora es urgente".

            
            

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