Capítulo 5 Un regalo invaluable

A medida que Poli seguía mostrando amabilidad, una cálida sensación se infundió en el pecho de Ashton.

Poli había sido la única fuente de calidez que Ashton había experimentado en la casa de la familia James en los últimos dos años.

Lentamente, su enojo se desvaneció.

Sin importar lo que pasara, se juró a sí mismo que no permitiría que nada arruinara la celebración del cumpleaños de Poli.

Con una leve sonrisa, dijo: "No es nada, Poli. Solo quería desearte un feliz cumpleaños".

La mirada aguda del anciano se suavizó hasta convertirse en una sonrisa amable. "Bien, muchacho. Ya que estás aquí para celebrar, empecemos la fiesta. ¡Vamos, pasa!".

Poli tomó a Ashton de la mano y lo llevó hacia el salón de banquetes.

Desde un lado, Phillip observaba la interacción. Su ira bullía. Ashton, a quien Poli escoltaba personalmente al salón de banquetes, le había robado el protagonismo.

No queriendo quedarse atrás, siguió apresuradamente a los demás.

Una vez que Poli se sentó en la cabecera de la mesa, el banquete de cumpleaños empezó oficialmente.

Mientras todas las miradas estaban puestas en el patriarca, Phillip se levantó y se acercó con confianza al anciano, con un regalo cuidadosamente seleccionado en la mano.

La sonrisa de Poli, que estaba de buen humor, se desvaneció cuando vio que Phillip se acercaba.

"¡Phillip, cuánto tiempo sin verte!", lo saludó Poli con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

Phillip había estado a punto de casarse con la nieta de Poli, pero había huido al extranjero en el último momento. Las invitaciones de boda ya se habían enviado, y la familia James había evitado por poco convertirse en el hazmerreír de toda la ciudad. Ashton, agradecido con la nieta por haberle salvado la vida, había intervenido para casarse con ella, preservando la dignidad de la familia.

Phillip sabía que el anciano aún le guardaba rencor por lo que había sucedido dos años atrás.

Así que, con una sonrisa forzada, comenzó: "Me disculpo por lo que pasó hace dos años. Pronto aclararé ese malentendido. Pero hoy estoy aquí para celebrar. Feliz cumpleaños, Poli. Espero que le guste este regalo".

Sin más preámbulos, le presentó a Poli la deslumbrante caja de regalo.

Un murmullo de admiración recorrió la sala ante el brillante empaque; todos anticipaban un valioso tesoro en su interior.

En medio de los murmullos emocionados de los invitados, Phillip abrió cuidadosamente la caja para revelar una estatua de porcelana.

"Es una antigüedad genuina que fue adquirida especialmente del extranjero. Tiene un gran valor de colección. ¡Espero que le guste!", declaró Phillip con confianza. Su rostro irradiaba orgullo, convencido de que este regalo tan bien pensado haría que Poli se abriera a él.

Los miembros de la familia James sentados alrededor de Poli no pudieron evitar expresar su asombro y de inmediato llenaron a Phillip de elogios por su elección.

Sin embargo, para asombro de todos, Poli pareció impasible ante el gesto. Después de una breve mirada a la antigüedad, ofreció un despreocupado "gracias" y nada más.

Esto dejó a Phillip, que al principio rebosaba de confianza, sintiéndose algo avergonzado.

La respuesta indiferente del festejado no solo apagó el ánimo de Phillip, sino que también hizo que los miembros de la familia James y otros invitados que lo habían elogiado se sintieran desconcertados.

La expresión de Phillip se tensó al ver a Ashton sentado junto a Poli. Sus ojos se entrecerraron y cambió su enfoque hacia Ashton.

"Ashton, dijiste que estabas aquí para desearle un feliz cumpleaños, ¿verdad? ¿Qué regalo le has traído?", inquirió Phillip con una sonrisa burlona.

Ante la pregunta de Phillip, todas las miradas se posaron en Ashton.

Los rumores sobre la conmoción anterior en la entrada ya se habían propagado entre los invitados, y muchos estaban deseosos de ver a Ashton hacer el ridículo.

Sin embargo, bajo la intensa mirada de la multitud, Ashton permaneció sereno. Asintió afirmativamente y contestó con calma: "Por supuesto que he traído un regalo".

Se metió la mano en el bolsillo y sacó un delicado frasco de porcelana blanca.

Antes de que Ashton pudiera explicar su regalo, Tristán le arrebató el frasco. Luego lo abrió y mostró inmediatamente una expresión de desdén.

Dentro solo había una pastilla oscura y pequeña.

"Considerando lo bien que te ha tratado mi abuelo, ¿esto es lo que trajiste? ¿No es un poco decepcionante?", espetó Tristán.

Aliviado por la aparente insignificancia del regalo, Phillip comenzó a compartir sus conocimientos en voz alta.

"He oído hablar de un remedio milagroso conocido como la Píldora de la Longevidad. Es negra como el azabache y se puede identificar por una sutil fragancia que se percibe a más de tres metros de distancia. Dicen que posee increíbles propiedades para prolongar la vida. Sin embargo, tal pastilla solo puede ser obra de un maestro solitario, lo que la hace extremadamente rara y codiciada por la élite. Ashton, no me digas que esta pastilla que trajiste es una de esas famosas Píldoras de la Longevidad?".

Ashton esbozó una leve sonrisa y asintió con la cabeza. "Sí. Esto es, en efecto, una Píldora de la Longevidad, y es mi regalo para Poli".

Tan pronto como terminó de hablar, un silencio sepulcral se apoderó de la sala.

Todos se quedaron momentáneamente atónitos, con los ojos fijos en la botella que aún sostenía Tristán. Entonces, la comprensión se apoderó de ellos: si esto era realmente una Píldora de la Longevidad, su valor era inconmensurable.

Una píldora con el poder de extender la vida era un tesoro tan codiciado que, para la mayoría, no era más que una leyenda.