Luego lo que tanto había esperado, "La cantante y compositora, Seren Vail está de regreso señoras y señores, después de cinco años de ausencia regreso con más fuerza que nunca, anoche se estrenó su nuevo sencillo: Arcoíris en un día gris, ha sido todo un éxito rotundo, su nombre lidera la lista, es sorprendente, esta mujer es todo un fenómeno, muchas mujeres se sintieron identificada con ella"
La noticia había opacado los titulares sobre el matrimonio de Nicole, quien se encontraba desayunado, la joven frunció los labios, era fan de la cantante misteriosa, pero se sentía opacada por esa noticia, nadie hablaba de su boda. Solo de esa mujer.
Nicole no sabía que se trataba de su hermana, quien estaba batiendo récords a nivel mundial.
Nicole Había pasado ocupada organizando hasta el último detalle de su boda, quería que fuera perfecto, ella se lo merecía.
Tomo la tarjeta de crédito que le había entregado su futuro esposo, decidió salir de compras, un par de vestidos de diseñador no harían daño a ninguna mujer.
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Salma llevo al departamento de su amiga con una botella de vino para celebrar su éxito, después de todo lo sucedido, era lo mejor que podía pasarle a su amiga.
-Vamos a celebrar y no vas a negarte -hablo la joven sacando la botella y las copas.
Celeste sonrió al ver la felicidad contagiosa de su amiga, ella realmente era un amor de persona, de esas amigas irremplazables. Que se quedan a tu lado en los días grises.
Ambas brindaron mientras se sentaban en el balcón, era fin de semana, se podía apreciar a las parejas caminar de un lado al otro.
-Jamás pensé que terminaría divorciada a mis 23, en un pequeño departamento. -hablo mirando a la nada.
Salma la miro, conocía la historia de su amiga, ambas se conocieron al empezar la universidad, se volvieron inseparables, la madre de su amiga había sufrido mucho por el engaño de su esposo.
-Esto es solo un mal capitulo en tu vida, no lo pienses, así es la vida, nadie te da un maldito manual, nadie te explica cómo hacer todo a la perfección, somos seres humanos, no equivocamos.
Celeste bebió otro sorbo y una sonrisa asomo en sus labios.
-Tienes razón, no debería de pensar en esas estupideces.
-Exacto. Eres joven y hermosa, -su amiga agito las manos en el aire con una sonrisa -vámonos de compras -chillo con emoción, -después de estar encerrada en este departamento como un topo, necesitas volver a la realidad, bonita.
Celeste se sintió contagiada por la alegría de su amiga, ella era como el sol bajo su nube gris.
Subió al coche de Salma, no había tenido tiempo de comprar uno, quería desaparecer por seis meses y lo hizo, se desconectó de todo, eso le dio tiempo de pensar con claridad, su corazón dolía a pesar del tiempo, pero sanaría.
Su amiga se detuvo en una boutique de lujo.
-Necesitas ropa nueva, algo que grite aquí estoy.
Celeste la siguió sin dudarlo, esa loca no se detendría, las compras eran su manera de olvidar los días tristes.
Su amiga le mostro varios vestidos hermosos, ella negó con la cabeza, mostraban más piel de lo usual, pero Salma insistía en que debía de probárselo.
Nicole se encontraba eligiendo ropa nueva para su armario, iba a deshacerse de todo lo que tenía en su guardarropa. En pocos meses su apellido dejaría de ser Clark y pasaría a ser Spencer, vestir a la altura era necesario.
Gastar se sentía tan bien. El olor que desprendían los artículos recién sacados de las cajas era exquisito, esa sensación de poder recorría sus venas.
Era hermosa, solo por el hecho de serlo merecía ser mimada como la misma reina de Inglaterra. Ella no era cualquier mujer.
Al llegar a la boutique de lujo, miro los hermosos zapatos recién llegados de Francia, eran lo que toda mujer necesita para brillar, tomo un par y se los probo, eran adecuados para una mujer de la alta sociedad, su ego rebozaba en ese momento.
Después de un tiempo.
Escucho a lo lejos una voz conocida, ¿acaso era ella? Celeste había desaparecido por seis meses, pensó que estaría muerte, pero para su suerte no era así.
Escucho más risitas divertidas, su madre se encontraba enamorada de los accesorios que no prestaba atención a su entorno.
Avanzo por los pasillos a paso lento, doblo a la izquierda.
Entonces la miro. Su hermana, con un hermoso vestido color azul, que la hacía ver como una reina sin palacio ni corona.
Incluso lucia más hermosa de lo usual. La envidia se apodero de ella. esa era el vestido que planeaba adquirir.
-Deberías estar en un supermercado, hermanita, -la burla estaba dibujada en su mirada, en la sonrisa que comenzaba a asomar en su rostro -este lugar no es para personas de tu categoría. Eres patética.
Celeste fijo su mirada en Nicole, la mujer que destruyo su matrimonio.
Lo último que necesitaba era terminar en una absurda discusión.
No debía de prestarle importancia a personas como ella.
-Ese no es tu problema, piérdete.
Nicole soltó una carcajada que inundo el lugar, sus labios rojos parecían fuego en ese momento, del tipo que devora todo a su paso sin compasión.
Dio un par de pasos en dirección a Celeste. El sonido de sus tacones era como un grito de guerra.
-Deberías de aprender cuál es tu lugar, maldita muerta de hambre, o necesitas que te lo muestre.
Salma iba a intervenir, su amiga levanto la mano para evitar que terminara enfrascada en un problema innecesario.
Celeste apreciaba mucho su paz en ese momento.
-Nos vamos -le dijo a su amiga con tranquilidad. -puede quedarse la tienda si la quiere, existen otros lugares que podemos visitar.
Salma asintió con la cabeza, Celeste tenía razón. Existían más tiendas como para quedarse en ese lugar donde se respiraba la arrogancia de aquella mujer.
Celeste se giró para volver al probador, pero su hermana fue más rápida, no la dejaría escapar tan fácil. Escucho el sonido de la tela desgarrándose, se detuvo en seco. Ya era tarde...