Capítulo 4 La Propuesta de Matrimonio

Lucia se encontraba de pie frente a su escritorio, mirando las luces titilantes de la ciudad a través de la ventana. La noche había caído con una velocidad que parecía apropiada para el caos que dominaba su mente. El teléfono que había dejado sobre la mesa permanecía en silencio, pero en su cabeza seguían retumbando las palabras que había intercambiado con Carlos minutos antes. "Un matrimonio por contrato." No era algo que hubiera considerado antes, pero la situación lo había cambiado todo.

Lo que le había propuesto Carlos, aunque a primera vista sonara extraño, no era una idea completamente absurda. En su mundo de negocios, los acuerdos eran moneda corriente, las alianzas se tejían entre cifras, papeles y decisiones frías. Si el matrimonio era lo que se necesitaba para salvar VanguardTech, si su futuro personal y profesional dependía de algo tan pragmático, ¿por qué no considerarlo? En sus años al mando de la empresa, había aprendido que el pragmatismo debía ser su guía. ¿Por qué no aplicarlo ahora a su vida personal?

La propuesta de Carlos había sido clara, sin adornos. Un matrimonio que no sería ni romántico ni emocional. Sería un acuerdo entre dos personas que, por razones de conveniencia mutua, se unirían para proteger lo que más valoraban: el futuro de la empresa y, en su caso, la estabilidad financiera.

Respiró hondo, como si intentara tomar todo el aire que pudiera antes de tomar la decisión. Miró de nuevo la pantalla de su computadora, donde los correos de los inversores y los abogados seguían llegando sin cesar. La lucha contra TechMinds no solo era un desafío legal, sino una batalla de imagen, de percepción. Un matrimonio por contrato podría darles a ella y a Carlos el tipo de estabilidad que necesitaban para frenar la amenaza.

Carlos había sido su aliado más cercano, el único en quien confiaba plenamente en los últimos años. Su lealtad, su capacidad para manejar crisis y su impecable juicio lo habían convertido en una pieza clave de su equipo. No era un desconocido, no era un extraño. Era alguien que conocía su empresa mejor que muchos de los altos ejecutivos que trabajaban para ella. Y, sin embargo, nunca había imaginado que esa cercanía llevaría a una propuesta tan radical.

Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. "Carlos." Lucia se giró rápidamente, reconociendo la silueta que se asomaba por la rendija de la puerta.

-¿Puedo pasar? -dijo Carlos, su voz tranquila, pero con un tono que sugería que no podía esperar mucho más para hablar sobre el asunto que había quedado pendiente.

Lucia asintió sin hablar. Carlos entró y cerró la puerta suavemente detrás de él, como si estuviera cuidando de no romper la atmósfera ya tensa de la habitación.

-¿Sigues pensando en lo que te propuse? -preguntó Carlos, sin rodeos, acercándose al escritorio de Lucia.

-Sí. -Lucia lo miró, su expresión implacable como siempre, pero por dentro, sentía una mezcla de incertidumbre y determinación. No podía negarlo, la propuesta lo había dejado marcado, pero sabía que no había vuelta atrás.

-¿Qué piensas? -Carlos insistió, observándola con atención.

Lucia dio un paso atrás y se apoyó en el respaldo de su silla, mirando a Carlos con una intensidad que él reconoció, como si ya estuviera tomando una decisión irreversible. La luz suave de la oficina iluminaba su rostro, y por un instante, se vio a sí misma reflejada en la figura de Carlos: alguien que había hecho sacrificios, que había arriesgado todo por mantener su posición, pero que al final, se encontraba en una encrucijada.

-Lo he estado pensando. -Lucia habló con calma, pero sus palabras tenían el peso de una resolución-. Sabes lo que está en juego. Si no hago algo drástico, todo lo que he construido, todo lo que VanguardTech representa, se vendrá abajo.

Carlos permaneció en silencio, esperando. Sabía que Lucia no necesitaba que le recordaran las consecuencias de perder la empresa. Ya las conocía de sobra.

-Un matrimonio por contrato... -Lucia repitió las palabras como si tratara de digerirlas, aunque en su mente ya las había aceptado-. Es una locura. Pero no puedo seguir arriesgando todo lo que he logrado. Necesito a alguien en quien confíe completamente.

Carlos no se movió, su mirada fija en ella. Sabía lo difícil que debía ser para Lucia. Ella no era alguien que tomara decisiones basadas en emociones, mucho menos en su vida personal. Pero este asunto era diferente. La crisis la estaba empujando a una esquina, y no podía permitirse ser emocional ahora.

-Lo entiendo. -Carlos respondió finalmente, su voz grave. -Este es un paso que ninguno de los dos puede dar a la ligera. Pero si es lo que necesitas para salvar la empresa, estoy dispuesto.

Lucia lo observó con una mezcla de sorpresa y gratitud. Carlos no había dudado. La lealtad que le había mostrado durante todos estos años se reflejaba en su disposición a arriesgar su propio futuro por ella. A diferencia de otros, Carlos no buscaba nada más que hacer lo correcto.

-No será fácil. -Lucia continuó, su voz bajando a un susurro, como si hablase más para sí misma que para él. -Este matrimonio no será real. Será un acuerdo profesional, como cualquier otro. Sin sentimientos involucrados. Lo que hay en juego es más grande que nosotros.

Carlos asintió, comprendiendo perfectamente lo que ella quería decir. Ninguno de los dos debía confundirse. Se trataba de un acuerdo para mantener a VanguardTech intacta, de asegurar que los inversores y los abogados no pudieran desestabilizar la empresa con una simple jugada de poder.

-Lo sé. -Carlos respondió, sin vacilar. -Lo que pase después, lo decidiremos juntos.

Lucia lo miró fijamente, como si quisiera leer en su rostro cualquier atisbo de duda, pero no lo encontró. Había algo en su expresión que reflejaba una determinación que la sorprendió, una determinación que era tan fuerte como la suya propia.

-Entonces, esto es lo que vamos a hacer. -Lucia se levantó de la silla y comenzó a caminar hacia la ventana. -Un matrimonio por contrato. Lo formalizaremos lo antes posible. Lo haremos de forma que nadie pueda cuestionar nuestra motivación. Los inversores y los competidores deben ver que estamos unidos, que no pueden hacernos caer.

Carlos la observó en silencio, comprendiendo la magnitud de lo que ella había decidido. Sabía que esto cambiaría sus vidas para siempre, pero también entendía que era su única opción para salvar el legado de VanguardTech. Si aceptaba este matrimonio, ya no habría vuelta atrás. Su relación con Lucia dejaría de ser la misma, y sus vidas estarían irrevocablemente entrelazadas.

-Entendido. -Carlos respondió con un tono que denotaba confianza y claridad. -Haremos que funcione.

Lucia se giró hacia él, su rostro ahora más relajado, como si una carga hubiera sido aliviada. Aunque el camino por delante estaba lleno de incertidumbre, al menos sabía que no estaría sola en este desafío.

-Gracias, Carlos. -Dijo Lucia, su voz suave pero sincera. -Te debo todo esto.

Carlos asintió una vez más, aunque no dijo nada. Ambos sabían que lo que estaban a punto de emprender no era solo un acuerdo de conveniencia. Era una alianza de confianza, de lealtad y de supervivencia, tanto profesional como personal. Y aunque ninguno de los dos lo reconociera abiertamente, ambos sabían que algo mucho más grande que la empresa comenzaba a gestarse entre ellos.