Capítulo 4 ¡Concéntrese, señorita Gordon!

Waylen fingió no conocer a Rena. El marido de Vera, sin embargo, se mostró bastante sensato y no delató su mentira.

"Señor Fowler, esta es la compañera de clase de la universidad de mi esposa, la señorita Rena Gordon, quien es profesora de piano".

Waylen soltó una risa con complicidad. "¡Encantado de conocerte, señorita Gordon!".

Con una leve sonrisa en los labios, le tendió la mano como un auténtico caballero.

A su alrededor, los demás hombres de élite miraron con curiosidad. Cuando vieron que la hermosa Rena estaba allí por él, se pusieron verdes de envidia.

Alguien incluso comentó: "Señor Fowler, es usted un hombre afortunado".

Rena era un poco inexperta y nunca había estado en una situación así. Al ser objeto de comentarios tan abiertos, no pudo evitar sonrojarse y estirar tímidamente su pequeña mano.

La mano grande de Waylen estrechó la de ella.

Luego soltó su mano y dijo con una sonrisa cautivadora: "Señorita Gordon, ¿le gustaría jugar una partida de golf conmigo?".

Sin esperar respuesta, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la cancha, como si no fuera a permitirle negarse.

Rena no tuvo más remedio que seguirlo.

Detrás de ella, Harold sostenía el palo de golf y los observaba con cara seria.

Waylen estaba de buen humor ese día, así que no se mostró impaciente a pesar de que Rena dijo que no sabía jugar al golf. "No te preocupes, ¡yo te enseñaré!".

Tan pronto como Waylen dijo eso, todos supieron lo que realmente pretendía, incluso la ingenua Rena.

Él intentaba deliberadamente acercarse a ella, lo que significaba que no le agradaba Harold y quería ponerlo a prueba a él.

Rena no se apartó cuando él la tomó por detrás. Llevaba pantalones cortos, que dejaban al descubierto sus largas piernas. A medida que él se acercaba a ella, podía sentir el calor de su cuerpo.

Rena no pudo evitar sonrojarse.

"¡Concéntrate, señorita Gordon!", Waylen le susurró al oído.

Rena se quedó paralizada.

Él tomó sus manos, que sostenían el palo de golf, y luego guió sus brazos para que hiciera el swing perfecto.

Tan pronto como la bola salió disparada a lo lejos, la gente a su alrededor estalló en aplausos. Todos estaban ansiosos por adular a Waylen.

"¡El señor Fowler y la señorita Gordon trabajan muy bien juntos!".

"Sí, el señor Fowler le enseñó muy bien".

"¡Un golpe más, señor Fowler!".

Waylen estaba acostumbrado a que la gente le hablara así, pero Rena no lo estaba. Se sonrojó intensamente.

Waylen soltó una risa al oído. "Señorita Gordon, ¿jugamos otra ronda?".

Era muy bueno jugando al golf; en su segundo golpe, consiguió un hoyo en uno.

La gente que los rodeaba estalló en otra ronda de aplausos. Él los saludó con seguridad, con un aspecto atractivo y lleno de energía.

A Rena el corazón comenzó a latirle con fuerza.

Ese día había ido allí para intentar seducirlo, pero al final se cambiaron los papeles.

Podía darse cuenta de que si él quería coquetear con una mujer, la mayoría de las mujeres no podría resistir su encanto. Era solo que un hombre de su posición no se rebajaría con facilidad.

Tomó a la mujer por detrás y la ayudó a golpear varias veces más.

Durante el descanso, Rena se sentó al lado de Waylen. Él no hablaba mucho. La mayor parte del tiempo conversaba de negocios con los demás, y ocasionalmente de asuntos legales, pero apenas hablaba con ella.

Mordiéndose el labio, Rena intentó encontrar la manera de ganarse su favor.

Le entregó una bebida en botella y una toalla fresca, atendiéndolo como una leal sirvienta. Waylen lo aceptó con naturalidad.

Vera pensó que era la oportunidad, y llevó a su amiga al baño para tener una charla entre chicas. "¡No esperaba que el señor Fowler también pudiera ser coqueto! Lo he visto varias veces en fiestas y siempre ha sido muy serio".

No quería que Rena se enamorara realmente de Waylen porque dudaba que él se casaría con ella. Además, también tenían que lidiar con Harold.

Rena la tranquilizó en voz baja: "Solo quiero complacerlo para poder obtener su ayuda. No soy tan ingenua".

Vera suspiró con alivio.

Justo cuando estaban a punto de salir del baño, la puerta fue abierta de una patada de repente. Harold entró con paso firme. Antes de que las chicas pudieran reaccionar, empujó bruscamente a Rena contra la pared.

Vera intentó con ansiedad alejarlo de su amiga. "¡Harold, ¿qué demonios haces?!".

Pero él era mucho más fuerte que ella. Sin mucho esfuerzo, empujó a Vera fuera del baño.

Al instante siguiente, la puerta fue cerrada con llave desde dentro.

Vera golpeó la puerta con fuerza y gritó: "¡Harold, maldito! ¡Abre la puerta ahora! ¡No te atrevas a lastimarla!".

A Harold no le importó en absoluto.

Si no fuera despiadado, ¿cómo habría podido abandonar a Rena y tratar a su padre con tanta crueldad?