Capítulo 5 ¡Eso es imposible!

Nadine soltó una risa seca y fría. "¿Qué sucede, señor Bailey? ¿No estás de acuerdo con esto?".

Todo lo que había escuchado sobre Rhys parecía cierto. Se sentía atraído por cualquier mujer, y su actitud le daba escalofríos.

"Si este compromiso era tan importante para ti, ¿dónde estabas cuando mi familia se venía abajo? Si tienes un problema, iré directamente a tu padre y cancelaré todo el asunto".

Rhys sabía que las palabras no lo ayudarían en ese momento.

Si se hubiera dado cuenta de que la mujer que le había salvado la vida era en realidad la hija menor de los Clark, nunca habría dejado que esa familia pasara por dificultades sola.

Entendía que esas palabras sonarían vacías para Nadine, así que la observó irse, sin poder detenerla.

Pero, para él, ese compromiso estaba lejos de haber terminado. Ni en ese momento, ni nunca.

Sacando su celular, Rhys ladró al auricular: "Quiero una lista de todos los enemigos de la familia Clark. Y que todos acaben arruinados. Asegúrese de que nadie duerma tranquilo hasta que yo lo diga".

Colgó y de inmediato envió otra orden. "Prepare un regalo formal. Visitaré personalmente a la familia Clark para pedir disculpas".

De regreso en la casa de los Clark, Nadine entró y echó un vistazo a su celular cuando timbró.

Era un mensaje de Rhys. "Cualquier problema que tenga tu familia, me encargaré de eso".

Nadine casi no reaccionó, ya que había escuchado promesas vacías de ese tipo muchísimas veces en Urygan.

Ella respondió: "Ahórrate tus preocupaciones". Sin pensarlo más, bloqueó su número y guardó su celular.

La única persona en la que Nadine podía confiar en el mundo era ella misma.

...

En una amplia sala de estar de la villa de la familia Lewis, Daniela hundió el rostro en el hombro de Lisette Lewis, mientras los sollozos sacudían su cuerpo. "¡Señora Lewis, por favor, ayúdeme! Hice todo lo que usted y el señor Lewis me pidieron. Intenté reunir las migajas que les quedaban a los Clark, ¡pero ahora Nadine regresó y me echó de la casa! ¡Me llamó sanguijuela e incluso me dio una patada!".

Presentándose como la hermana menor agraviada, Daniela asumió su papel de víctima, esperando ganarse su simpatía y un lugar en la familia Lewis. En realidad, había hecho todo lo posible por arruinar a la familia Clark en beneficio de los Lewis, y ahora, desesperada, se aferraba a la esperanza de mejorar su posición bajo su protección.

Blaine Lewis se sentaba a la cabecera de la mesa, con una mirada fría como el acero. "¿Hiciste lo que te ordené, Daniela? ¿Envenenaste a Jordy todos los días?".

Ella asintió, tratando de parecer lo más lamentable posible.

La voz de Blaine resonó en la sala. "¿Entonces cómo explicas esto? ¡Dicen que alguien lo mantuvo con vida!".

La Toxina del Sueño de Décadas no era algo de lo que un hombre pudiera sobrevivir. Blaine había gastado una fortuna en traer el veneno letal del extranjero. Daniela había envenado a Jordy durante más de una década, así que se suponía que ya estaría a las puertas de la muerte.

Sin embargo, él logró desayunar esa mañana.

La sospecha agudizó la mirada de Blaine cuando la posó en Daniela. "Sé honesta. ¿Fue Nadine quien lo salvó?".

Daniela se enfureció, y su envidia se hizo evidente. "¡Eso es imposible! Nadine creció en la miseria; no sabe ni una pizca de medicina. Solo espere... ¡Jordy no durará mucho!".

Blaine tamborileó la superficie de la mesa con los dedos, sumido en sus reflexiones.

Arruinó a Kaden, el segundo hijo de los Clark, y despojó a la familia de todo durante años. La victoria estaba a su alcance hasta que el regreso de Nadine lo alteró todo.

Ella era una amenaza desconocida. Necesitaba verla con sus propios ojos.

Blaine levantó la mirada, con una sonrisa astuta extendiéndose por su rostro. "Seca tus lágrimas, Daniela. Mañana organizaremos un banquete de negocios. Le llevarás una invitación a la familia Clark. Diles que es una fiesta para dar la bienvenida a Nadine y celebrar su reencuentro".

Debía descubrir por sí mismo quién era realmente Nadine y en qué tipo de persona se había convertido.