Esas facciones, ese porte y esa tranquilidad para hablar eran las del mismo Phil que le pregunto esa noche si estaba segura de lo que iban a hacer. El mismo Phil al que ella le encontró su virginidad.
Ciana muerde sus labios sintiendo que sus piernas se volvieron de gelatina mientras no le quitaba los ojos de encima a Phil.
-No consentiré este tipo de berrinche tuyo. Debo irme.
En ese momento fue que Ciana reacciona y baja la mirada rápidamente, la joven comenzó a rogar al cielo porque él no se diera cuenta de su presencia, aunque dudaba mucho que se acordara de ella.
Aprieta los muslos mientras imploraba que su jefa no pronunciara su nombre, cierra los ojos y trata de recordar como respirar.
-Phil te prohibido que te vayas y me dejes hablando sola.
El CEO se da la vuelta para dirigirse a la salida, ya no soportaba escuchar la voz de su esposa. Mónica era insoportable y luego de que hiciera los peores negocios de su vida menos deseaba escucharla hablar.
Ahora tenía mucho trabajo que hacer para solucionar la idiotez que había hecho. El pelinegro niega mientras que abandona la oficina.
-¡Phil! ¡PHIL! -grita lo último -. Maldita sea con este hombre.
Mónica observa la puerta completamente furiosa, luego a sus dos empleadas quienes habían oído la discusión con su marido.
-Alguna de las dos debe servir para algo, tráiganme una aspirina -y con la misma cierra la puerta de un portazo.
Las amigas levantan la mirada para verse a la cara, Ciana estaba totalmente asombrada por lo que acababa de descubrir, en sus dos años de trabajo en esa compañía, nunca había conocido el esposo de su jefa.
Y, a decir verdad, hubiera sido mejor no hacerlo.
Ella mira hacia la puerta de cristal y piensa en algo, ¿él era casado cuando se acostó con ella hace tres años?, pensar en aquello le daba pesar, en todo ese tiempo Ciana jamás se olvidó de él y lo que compartieron esa única noche.
-¿Qué demonios te pasa? -la voz de Dorelis la trajo a la realidad.
-Nada.
-Lo sé, nunca habías conocido al esposo de Mónica. Es un gran tipo, aunque ella sea una mierda de persona -Ciana mira a su amiga.
-¿Cuánto llevan de casados?
-Como 15 años creo yo... no estoy muy segura, pero si llevan mucho tiempo juntos.
< 15 años, por el amor de dios, él era casado cuando estuvo conmigo en esa cama>
Su corazón comenzó a agitarse velozmente, y es cuando se pregunta qué demonios iba a hacer ahora. Era la asistente de la esposa de Phil, el hombre con el que había tenido s3xo hace tres años.
¿Y si la recordaba?
No, no, no creía que la recordara. Seguramente era de esos hombres que le era infiel a su esposa todo el tiempo. No podía recordarla después de tanto tiempo.
-¿Crees que siga viniendo? Bueno, lo digo porque pone de malas a la jefa.
-¿De qué mi3rdas hablas? Ciana, el señor Phil es el dueño de todo esto.
-¿Qué? -ahora si todo su cuerpo se congelo.
-Él es el dueño de todo, Mónica solo es como su asistente que administra todo mientras él no está. Viaja mucho, por eso nunca está en la oficina, pero creo que hubo un problema grave en la compañía, supongo que estará de vuelta pronto en estas oficinas.
-¿Y Mónica?
Ahora que lo pensaba mejor, tener a Mónica como jefa le agradaba más. No iba a poder lidiar con lo que se avecinaba, si Phil tomaba el mando en esa oficina quedaría completamente expuesta.
Era muy probable que él la reconocería al instante, y ella que pensaba que las cosas ya estaban mal con su jefa, ahora tenía que lidiar con ese problema. Ciana piensa que Mónica jamás podía enterarse de que había tenido una aventura de una noche con su marido.
-Ella solo es la esposa, si el señor Phil decide tomar las riendas de la compañía simplemente lo hace.
-Se ve que tienes muchos problemas.
-Sí, pero no te los creas todos. La señora Mónica cela mucho a su esposo, no le gusta que nadie le mire al marido. Así que ten mucho cuidado.
Ciana mira a su amiga con sorpresa, traga saliva y recuerda que ella nunca le contó de su aventura pasajera aquella noche que la dejo plantada en aquel bar. Solo le había contado que cuando no la encontró regreso a su casa.
Y creía que había sido lo mejor, pero ahora se sentía bastante expuesta.
-¿Entonces son una pareja feliz?
-Rumores de pasillos, solo escucho rumores de pasillos.
-Pero llevo mucho tiempo trabajando aquí, porque el señor Phil nunca ha venido.
-Claro que ha venido -Dorelis frunce el ceño-. Solo lo hace cuando todos nos hemos marchado. Este último año ha estado viajando mucho, por eso no se le ha visto tanto.
Sin embargo, en todo ese tiempo ella nunca lo vio entrar a esa oficina o salir de la misma.
-Pero ahora me temo que, si lo veremos muy seguido, y cuando él está aquí Mónica se pone muy intensa. Ella siempre toma la oficina del fondo mientras que su esposo se queda en esta.
-¿Eso qué quiere decir? -su corazón comenzó a retumbar su pecho.
-¿Por qué crees que hay dos secretarias en esta sección de la empresa?
La respuesta de Dorelis no le gusto para nada, y algo le decía que las cosas no iban a terminar nada bien.