Capítulo 8 ¡No llores!

Al cerrar los ojos, Tracy oró para que todo el dolor terminara.

Sin embargo, cuando Brody colocó sus labios sobre la mejilla de la joven, una salada lágrima entro en su boca.

Él levantó la cabeza y vio que ella temblaba debido a los sollozos. "¡No llores!", bramó él, pero su esposa comenzó a llorar histéricamente. El hombre estaba demasiado irritado, por lo que dio un paso al costado y la dejó llorar.

La garganta de Tracy estaba ronca y ella se sentía adormecida física y emocionalmente.

Sin embargo, Brody no le dio importancia a los sentimientos de la joven.

Ella se puso de pie como pudo y cojeó hasta llegar al baño.

El gigantesco espejo reflejaba su cuerpo destrozado, mas nadie podía ver su corazón roto.

Ella secó sus ojos vidriosos, ya que estaban completamente rojos e hinchados.

Tracy se acercó al espejo y solo pudo ver que alguien sin vida le devolvía la mirada. Con sus dedos, recorrió los moretones en su piel lechosa.

Sus ojos se posaron en el moretón violento y enojado en su cintura donde Brody había pellizcado en el casino.

Ella sentía que todo su cuerpo era como las piezas de un cristal roto, el dolor estaba en todos lados; sabía que podría encontrar medicinas para aliviar las heridas, pero nada repararía su corazón roto.

Había drenado todo su espíritu.

Sentía que era un cadáver quien no tenía razón alguna para vivir.

La joven sentía pena de sí misma y no podía creer que el destino era cruel con ella.

No sabía si debía reír o llorar.

Toda su vida se había vuelto un infierno luego de haberse casado con aquel monstruo que no tenía ni una pizca de simpatía y sentimientos.

Las lágrimas caían por sus mejillas mientras ella tocaba gentilmente el hematoma en su cintura.

"¿Me odias?". Una voz amenazante resonó por todo el baño.

La joven se sorprendió al ver el reflejo de Brody en el espejo.

Él se acercaba a ella con los brazos abiertos. El cuerpo de la joven se puso rígido y su rostro pálido.

"¡Suéltame!", lloró Tracy cuando se escabulló del agarre de su esposo y una ola de vergüenza la envolvió.

Brody se calmó y examinó el moretón púrpura de la espalda de la joven.

Él formó un puño con la palma de su mano y apretó la mandíbula. "Este es un simple castigo debido al error que cometiste. No me obligues a hacerte daño de verdad".

Tracy trataba de escapa, pero Brody la pegaba más a él. "Mantente alejada de Ben. Ese tipo no es un filántropo y tampoco es tan simple como te lo imaginas. No todo el mundo es ingenuo como tú", le susurró al oído.

Ella dejó de luchar y miró al reflejo de su esposo en el espejo. "¡Tú, maldito bastardo! No mereces que alguien te ame".

Aquel hombre solo era la encarnación del mal.

Aunque quisiera, ella no podía entender su compleja personalidad.

Brody apretó su mandíbula, hizo que Tracy girara, puso su dedo debajo de la barbilla de su mujer y la obligó a que lo viera. "Sí, sé que nunca seré amado pero tú nunca podrás ser feliz. No serás capaz de pagar la deuda de tu padre".

La joven apretó los dientes, lo miró directamente y no se inmutó por sus burlas.

Tracy siguió riendo mientras las lágrimas continuaron recorriendo su rostro.

"Brody, llegará el día en que te arrepientas de todos tus errores. Y en ese momento serás castigado".