Me preparé un plato de pasta y me quedé en la sala. Era una hermosa noche, acogedora.
Quizas deberia cambiar mi estilo de vida, tal vez buscar a un muchacho, o simplemente aceptar las multiples invitaciones de los jovenes de la empresa que se habian acercado a mi. ¿Por que no puedo fijarme en uno de ellos? En lugar de eso, no paraba de pensar en mi inalcanzable jefe, que pasaba delante de mi sin siquiera mirarme. Además él ya tenía a una mujer en su vida, a la cual enviaba Gardenias.
POV LOUIS
Estaba sentado en la oscuridad de mi apartamento mirando un programa de televisión que escogí al azar. Intente no pensar en Megan, pero no pude evitar imaginarla aqui, en mi sala, acurrucándose a mi lado en el sofá con la cabeza apoyada en mi hombro mientras veíamos juntos el programa.
Me puse de pie y me limpie los ojos con las manos tratando de no pensar en ella. Era una empleada y yo su jefe, nunca deberíamos de mezclar el trabajo con la vida privada. Además Megan no era mi tipo.
Ella me había dicho que la parecia una persona infeliz.¿Cómo no podía ser feliz? Mi vida estaba justamente donde la queria. Mi empresa avanzaba y tenia un apartamento envidiable. ¡Claro que era feliz!
Le había dicho a Megan que se parecía mucho a mi hermana Diane y en eso no me habia equivocado. La semana anterior, cuando fui a dejar a mis sobrinos a casa, Diane empezó a sermonearme con el asunto de las mujeres con las que salía, diciendo que deberia buscar a una persona con la que me interesara formar una familia. Pero eso no era parte de mis planes. No podía permitirme el lujo de una distracción romantica.
En ese momento mi celular sonó.
- Hola hermanito!! - dijo con una voz alegre.
- Hola hermanita ¿Qué sucede?
- Quiero pedirte un favor
POV MEGAN
Era viernes, el ramo de gardenias acababa de llegar. Y Louis no había regresado. Como siempre, me dirigí al despacho de Amber para dejar el ramo. Estaba hablando por teléfono así que yo misma las acomode en un jarrón. Volví a mi recepción, tenía unas cuantas cosas que hacer.
De repente vi entrar a Ethan.
- ¿Mala mañana? - dije divertida, el parecía un zombie -
- La peor - suspiro - nos vemos mas tarde, ahora debo ir a trabajar
Tras de Ethan venia el Directo Louis. Mi corazón empezó a latir. El extrañamente me dedico una sonrisa.
- Buenas días Megan.
- Muy buenos días, me alegra que haya vuelto.
- Gracias Megan. Y yo me alegro de estar de vuelta.
Estaba sorprendida por su repentina amabilidad.
- Olvidé mi tarjeta ¿me abre por favor?
- Claro que sí.
Pulsé el botón y deslicé la tarjeta, las puertas se abrieron. Louis no se movió. Tenía la mirada clavada en el suelo y una expresión pensativa en el rostro. Las puertas se cerraron de nuevo, y el retrocedió.
- Megan, quisiera preguntarle una cosa.
- ¿Si? - no pude evitar añadir - da la casualidad de que se le da muy bien lo de hacer preguntas.
El respondió con una sonrisa.
- Necesitó ayuda con algo ¿Cree que podríamos vernos aqui en la tarde a las cinco? No le molestare mucho.
Abrí mi boca, no pude articular ninguna palabra.
- ¿Hay algún problema?
- Oh, no - temblaba más que una gelatina - No, ningún problema. A las cinco está bien.
- Estupendo, entonces hasta luego.
Louis se acercó de nuevo a la puerta de seguridad y esperó, mientras yo pensaba en lo lindo que se veía, con su cabello algo despeinado, sus ojos profundos y lo bien que le quedaba ese traje oscuro.
- Megan - la voz de Louis me regreso a la realidad - la puerta.
- Perdón - mis mejillas se tornaron rojas -
- Horas mas tarde -
Afortunadamente, fue una mañana bastante ajetreada. Estaba demasiado ocupada con el teléfono, los mensajeros, la correspondencia y las visitas, para pensar en lo que el jefe me quería pedir.
¿A que se debía ese repentino interés? Louis Collins quería algo conmigo? ¿Pero, por que no decírmelo en persona?
A la hora de comer trate de sacarle alguna información a Ethan sobre las gardenias que encargaba el jefe.
- Supongo que deben ser para alguien especial - sonreí.
- Lo dudo - dijo - cada vez que sale en una foto en el periódico, esta acompañado de una mujer diferente. Empresarias, políticas, abogadas. Las gardenias deben ser parte de un ligue nocturno.
- ¿Para todas igual? ¡Que poca imaginación!
El soltó una carcajada.
- No se de que te extrañas. A fin de cuentas solo es un hombre.
- Tu también lo eres.
- Me refiero a que los tipos como el son....- hizo una mueca - no podemos esperar demasiado.
- Cierto - dije con un suspiro. Estaba mas confundida que nunca.-
La semana anterior, me había negado que hubiera alguien especial en su vida, y sin embargo, Ethan estaba seguro de que era un mujeriego. De cualquier manera estaba bien, al menos sabía por donde iba ella. Totalmente fuera de su vida. Poco después recibí una llamada de Kate.
- ¿Estas muy ocupada Megan?
- No ¿Porque?
- El señor Collins desea una recopilación actualizada de la cobertura de las actividades de la empresa ¿Puedes hacerlo?
- Si, puedo hacerlo.
- Perfecto, después me lo mandas, gracias.
- De acuerdo.
¿Seria eso lo que Louis quería pedirme? Era la hora de demostrar mis habilidades, así que hice la tarea encargada con entusiasmo, aunque la idea de que era lo Louis quería y no nos viéramos a las cinco, apago un poco mi animo. A las cinco, envíe el archivo a Kate y después espere nerviosa al jefe. Lo vi salir de su oficina.
- Espero no haberla hecho esperar.
- No. Acabo de mandar el archivo a Kate.
Me miró sin comprender.
- ¿Que archivo?
- El que me había pedido, la cobertura actualizada de las actividades de la empresa.
- ¿En serio? ¿Kate le ha pedido eso?
- Si, ¿Era eso lo que quería pedirme?
Louis sacudió la cabeza con el ceño fruncido y luego me miró.
- No, mi pregunta no tiene nada que ver con el trabajo.
- Oh - fue todo lo que pude responder. Quede muy quieta sin atreverme a respirar.
- Prefiero no hablar de ello aquí. ¿Tiene un momento para tomar algo? Hay un bar muy tranquilo cerca de aquí.
¿Una cita? ¿Me estaba pidiendo una cita? ¿Acaso quería añadirme a su lista de conquistas?
Louis me miraba con detenimiento y luego añadió.
- No le molestare mucho tiempo, lo prometo.
- Bien - recogí mi bolso y mentalmente crucé los dedos para que no se diera cuenta de que estaba temblando - Vamos.
En la calle las nubes cubrían el cielo y amenazaban con llover. La temperatura estaba elevada, un poquito más de lo normal, pero desafortunadamente no llevaba un abrigo, así que me alegre de que el bar estuviera cerca.
- ¿No tiene un abrigo?
- No sabia que el clima iba a empeorar.
- Tome - me dio su abrigo. Por un momento lo iba a rechazar, pero luego sentí su aroma, tan agradable, así que lo acepté.