-Dame un tiempo y regresara todo como antes- dice haciéndose el fuerte, pero algo me dice que este dolor no se ha acabado para ninguno de los dos.
-¿Tiempo?, ¿para qué?- digo intentando sacarle los trapos sucios al aire- ¿tienes algo oculto que no me he enterado?, o ¿tiempo para borrarme la memoria y hacerme olvidar del dolor?- digo ya algo exaltada, que ni se le ocurra borrarme la memoria, porque no lo permitiré, es mi vida, mis pensamientos, mis heridas, mi forma de ser.
-Tiempo para volverte a conquistar- dice viéndome a los ojos, seguro de el mismo
-¿Qué pasa si no llego a perdonarte?-
-Te dejaré y simplemente moriré, tienes a otra pareja que te espera y no dejara de luchar por ti por tenerte segura de mí mismo-
-Hablas de ¿Jay?- digo algo plasmada porque me está diciendo
-Si-
-Eso dijiste la última vez y mírate aquí estas-
-Vi la oportunidad de dejarte ir, pero no pude, no podía protegerte lejos y simplemente te hice daño- voltea a ver el recorrido que hace el auto- me di cuenta que no podía protegerte estando tan cerca pero lejos a la vez, estaba en tu ventana la última noche quería abrazarte y decirte que no sufrieras que estaba cerca, pero no podías sentirme, nuestro lazo estaba o mejor dicho está roto, porque pasaste la primera fase y diste a demostrar que eres más fuerte que yo- inhala profundamente pero no suelta el aire, por la ventana veo que su lobo quiere salir pero él no lo deja.
-Dame tiempo- digo viéndolo a los ojos a través de la ventana misma- lo hago porque me daño a mí misma alejándome de ti, pero algo si te diré, no pidas que me exprese como en verdad te veo, porque en este momento te besaría y lloraría en tu pecho diciéndote cuando te extrañe- una sonrisa triste sale de nuestros labios.
-Lo sé, tus hormonas te delataron en el primer momento que entre al cuarto del avión- me sonrojo totalmente, porque es algo que me gustaría hacer; hacer el amor por primera vez en la cama, solo ser él y yo, pero él lo fregó todo, si ahora estoy enojada, ¿cuándo fue la última vez que me bajo?, rayos eso no me acuerdo, pero no lo he hecho con nadie, nadie se puede embarazar por obras de ver porno o ¿sí?-¿Cómo que porno Sandra?- un exaltado hombre me amenaza con sus ojos, rayos
-No, ósea nada, no entenderás son cosas de mujeres- digo intentando alejarme de él, una mujer tiene sus necesidades ¿no?
-Tus necesidades solo son con migo, y quiero que sea la última vez que me entero que has visto a otro hombre desnudo si no soy yo no será nadie- dice amenazándome, a este hombre nadie lo entiende.
-Por favor lo dices como si me hubiera acostado con esa persona, solo los vi- joder lo dije
-¿No qué no?, Sandra...-
-Santiago...-
-Señores, hemos llegado- dice Francisco interrumpiendo nuestra guerra de mirada
Santiago me toma de la mano fuertemente como si intentara detener una huida que silenciosamente estaba planeando con mi subconsciente.
-No escapare, suéltame-digo ofendida de que me haya leído mi subconsciente
-Te soltare cuando estés adentro- entramos a su bella cueva estilo aburrido, oliendo a rico, donde su ama de llaves está a la espera de nosotros
-Bienvenidos- dice haciendo una breve reverencia para ambos
-Sabes que no tienes que hacer eso Carmen- dice Santiago soltándome y yendo a abrazarla
-Supe la noticia mi niño, ¿por qué hiciste eso?, hiciste sufrir mucho a tu Luna- dice alejándolo un poco de su abrazo, viéndome a mí al terminar de decir eso, le dedico una pequeña sonrisa dándole entender que no me duele en absoluto, ¿o que estoy muriéndome de tristeza?
-Todo a su tiempo, ¿qué has hecho de comer?- cambia de tema posicionándose de nuevo a lado mío sin tocarme
-Espagueti a la boloñesa- dice feliz, sabiendo que amo esa comida
-Gracias, puedes servirnos- autoriza el siguiente paso
-Que sean tres por favor- dice una voz saliendo de la cocina, ¿Jay?
-JAY- corro a sus brazos que ya me esperaban abiertos y nos hundimos en un solo abrazo
-Ya estoy aquí princesa- dice acariciando mi pelo, lo abrazo con todas mis fuerzas si es posible, sabiendo que él es más fuerte y que mi brazo no le hará daño, pero un gruñido fuerte se escucha por todo el lugar, haciéndonos que nos separemos, las manos de Santiago me separa de Jay y me posiciona enfrente de él, haciendo una cadena con sus brazos para no poder alejarme de él, sonrió viendo a mi mejor amigo y único gracias por Santiago.
-¿Qué haces aquí?- rompe el silencio Santiago después de un cómodo momento entre mi mejor amigo y yo.
-He venido a ver a Sandra y verificar que no le has hecho nada- dice supervisando mi cuerpo, sacando otro gruñido de Santiago.
-Me golpeo- digo en tono de niña caprichuda y eso basto para ver en cámara lenta como Jay saltaba y Santiago me aventaba a los brazos de Francisco tomándome solo de los brazos para que no fuera a separarlos, no tenía miedo que salieran dañados, pero sí de que se les pasara la mano a ambos-¡ya basta!- grito y ambos paran con sus puños arriba, pero el primero en rendirse fue Jay y con su rapidez se acerca a mí para ver el tono rojizo acariciando mi mejilla
-Deja de tocarla Jay- dice Santiago, donde Jay de inmediato le hace caso, Santiago viene a mi "como rescatador" tomándome de la cintura y atrayéndome a él
-¿Estas bien?- me pregunta Jay después que mi lobo me tomara para tenerme rodeada, como si necesitara mi cercanía para sentirse seguro.
-Sí, ¿te quedaras a cenar?- pregunto quitando la atención de los tres
-Claro que si la Reina quiere y lo pide, yo con gusto la consiento- sonreímos ambos sabiendo que eso le
molestaba al lobito que me sostenía por la cintura, con miedo a que me fuera.
Será difícil para ambos, volver a ser él y yo como el primer día, me hubiera gustado no haber sabido la verdad de nuestra vida pasada, solo vivir el presente, pero a veces tienes que saberla, porque es una prueba del amor, porque si no aceptas su pasado y tu pasado no podrás amarlo de verdad.