-Si, por fin, necesito otro aire y poder pensar en otras cosas- digo moviendo mi comida que no he tocada el hambre sigue sin aparecer.
-Lo se linda- toma mi mano y me acaricia, Santiago no contento con el acto, me saca de mi asiento y me sienta en su regazo lejos de Jay-tan infantil como siempre- le dice Jay en burla.
La cena transcurso normal, yo en el regazo de Santiago y Jay burlándose de el por lo infantil que se comporta, no he tenido hambre, aunque sea mi comida preferida, he comido un cuarto del plato y a ambos hombres no les gusta eso, pero me da igual, ellos no me pueden obligar a comer algo que yo ya no quiero o mejor dicho no quise; Jay se va a la 1 de la mañana diciendo que en 6 horas lo iba a ver en la universidad.
-Dormiré en una habitación separada- digo terminando de subir el último escalón del departamento/casa.
-Claro que no, dormirás con migo Sandra, no te iras de mi lado, además nuestro lazo está muy delgado y no voy a permitir que se rompa- dice algo enojado tomando mi brazo para arrastrarme a la habitación
-Claro que no, atiende Santiago, necesito mi tiempo, al momento que apareces volteas mi mundo a 90° queriendo aparecer como un príncipe azul, pero el problema que no eres el príncipe azul de hace unos meses atrás, ahora solo eres él príncipe negro que todos quieren huir- y con eso ultimo me meto a la habitación de invitados, ignorando su llamado.
Al apagar las luces de la habitación ya cambiada y bañada, me doy cuenta que esta no es mi vida, no es mi rutina y ahora estoy aquí de nuevo, sintiendo amor del hombre equivocado, son las 3 de la mañana y no puedo dormir, cada vez que cierro mis ojos recuerdos del pasado viene a mi mente y más esos gritos cuando quisieron romper nuestro lazo, sin aguantar más la cama me paro y camino a la sala, bajando las escaleras escucho un ruido en la cocina y me encuentro con Francisco sirviéndose agua.
-¿Señorita?- me saluda con un signo de interrogación en su cara
-No puedo dormir- contesto a su pregunta no formulada, el asiente y me alcanza un vaso de agua fría.
-¿Se puede saber porque?-
-Por todo, estos cambios me vuelven loca, las imágenes, mis gritos, el dolor aun recorre mi cuerpo, la sensación de que esto es un sueño da miedo y lo peor saber que amo a ese hombre, pero lo quiero lejos, no entiendo porque regresa, como si fuera un caballero en la hora de la matanza, el caballero que toda mujer quiere, pero un día dije, yo no creo en las historias de amor, para mí eso no existe- doy un trago a mi agua mientras veo como Francisco intenta entender todo
-No creías- especifica más en esa palabra, y eso hace que mi atención se vuelva directamente él sabiendo que lo que me va a decir no me va a gustar- solo tienes miedo a ser lastimada de nuevo, los sueños no se irán si tu no peleas y luchas contra ellos, no son sueños, son eventos de la vida real, crees en el amor ahora pero estas luchando contigo misma y la que se está lastimando eres tú misma
-Entonces huiré, simplemente, no quiero estar en una relación donde uno se auto lastima o la lastiman- digo decidida, pero algo atrás de nosotros se rompe, volteo rápidamente y veo un jarrón roto en el piso y un rayón en la pared, volteo al culpable de este mugrero y veo a Santiago en el último escalón enojado y triste.
-levántate- dice con los dientes apretados, nadie se mueve, no sé qué ha escuchado, bueno si se pero no quiero pararme, conozco esa cara y estar cerca de él significa peleas – ¡que te levantes ¿no entiendes?!- grita ya viéndome con sus ojos de oro
Me paro rápidamente dejando el vaso en el mármol y camino hacia arriba con Santiago atrás de mí, pienso en mis dos opciones, correr y meterme al cuarto de invitados o ir con Santiago, pero antes que elija Santiago toma de mi brazo y me lleva con él a la recamara principal la "nuestra", me mete a empujones y me avienta a la cama quedando él encima mío
-Suéltame, si quieres hablar, hablemos pero no necesitas estar encima mío, para hablar-
-¿Quien dijo que vamos a hablar?- contesta con una pregunta, algo que me pone en alerta, yo sé que él no me aria nada si sabe que eso puede perjudicar nuestra "relación"
-No te atreverías- digo paralizada por el miedo, mis piernas están abiertas y lo peor es que traigo una falda-short, y una blusa de licra
-Soy hombre, y necesito ya marcarte, y ahora mi olor no será suficiente, porque no es olor a mujer sino a amante- dice serio oliendo mi cuello
-Yo no he decidido ser tu mujer- gimo bajito
-Tú no tienes decisión aquí, el que decide de ahora en adelante soy yo, tu simplemente serás mi mujer, mi luna, mi reina y mi sumisa-se acerca rápidamente a mi cuello y lo muerde, es un dolor intenso siento su garras marcando mis brazos y sus colmillos adentro de mí, me empiezo a sentir mareada sin fuerza, sin nada mis ojos se nublan y veo la cara de Santiago satisfecho por su acción.
-Ya debió despertar- dice una lejana voz que se puede reconocer con un agitado Santiago
-Debería, pero no me contesto a mi pregunta- dice un señor que al contrario de Santiago se escucha pasivo y cerca de mí
-No, no le pregunte, solo lo hice- dice enojado Santiago
-Usted sabe que si usa la fuerza, puede ella rechazar su sangre y la de su otro mate....-
-Ya se- ruge su lobo
-Disculpe su alteza no quise intervenir más-
-Salte de mi habitación-
-Si su majestad- se escucha pasos y luego una puerta abrirse pero al segundo cerrarse con delicadeza
-Señor necesita controlarse, no le gustara que la señora la vea así- dice ahora un reconocido Francisco.
-Lose, ¡lose!, solo quiero que ya despierte- se genera un silencio masivo donde nadie habla, nadie se mueve y simplemente las respiraciones son las que más se escuchan.
Me dejo llevar por mi obscuridad, dejando que me transporte a donde quiera pero regreso a lo mismo, a una habitación sin ruido, sin alma alguna sé que Santiago está aquí aunque no se escuche siento su calor, me gustaría alejarme, pero lo que hizo no tiene perdón, obligarme a ser suya ya de alma sin mi consentimiento, pero algo si recuerdo que yo puedo luchar para quitarme y deshacer la unión, ya que lo hizo sin derecho y sin consentimiento mío.
-¿Cuánto lleva a si mi hija?- dice la voz parecida de mi mamá, pero no sé si es ella o solo es mi conciencia
-Una semana, espero no luche contra nuestra unión, sino será fácil para Jay tenerla- dice Santiago
-Mi hija te ama, eso lo sé- dice con sinceridad
-Pero hay algo, sé que la lastime, pero la necesito, la necesito de cuerpo y alma-
-Ella no sabe lo que significa la mordida- dice mi madre, ¿no se supone que es la unión de alma?
-Y no sabrá- un rugido se escucha en la habitación
-Tienes que decirle, o ¿te gustaría que se enterara por alguien más?
-Esa es mi decisión, señora, no de usted, ahora ella es mía, usted solo es la mamá y queda en segundo plano- esto se está poniendo mal, mi familia es primero que ese lobo engreído y guapo.
-Soy su madre, y me debe respetar, que por mi ella te ha recordado- mi madre se escucha enojada
-Si le hubiera dicho desde niña, ella su hubiera ido con migo desde niña-
-¿Y alejarla de nosotros?- esto se está poniendo feo, y yo sin poder hacer nada más que escuchar- Santiago debes entender que nosotros pudimos haberla llevado al otra universidad sin avisarte, sin decirte y desaparecer de tu vida para que no la encontraras y no le hicieras daño a mi hija, pero no, tuvimos la confianza de dártela y siempre estuviste al pendiente de ella hasta que creció, pero no te permitiré y mi familia no te permitirá que le hagas daño de nuevo y si nos enteramos que lo vuelves a hacer, tendrás que pasar por nuestro cadáver para volverla a tocar, te lo aseguro y la entregaría a Jay, que sé que él si la cuidara de verdad- mi madre habla aún seria, jamás permitiría que a uno de sus hijos la dañara, sino que ella moriría por vernos feliz que triste.
-No me amenace, que puedo hacer lo que yo quiera con ustedes- Santiago pasa el limitó de mi paciencia, quiero moverme, quiero gritarle e huir con mi familia, apara que no le haga daño pero es imposible, y antes de caer dormida escucho un nombre, un nombre que pensé no volver a escucharlo
-No me hagas ir con Gerardo- y caigo en los brazos de la obscuridad
Flash back
-Hola- digo sentándome a lado de Gerardo mi mejor amigo, es un chavo de la universidad, que lo conocí en el parque cuando estaba jugando con mis amigas, y el tan lindo me ayudo a levantarme cuando una de ellas me aventó al suelo
-Hola hermosa- dice tocando mi cabello lacio- te ves bonita pequeña- dice viendo mi short y mi blusa de Hello Katty
-No soy pequeña, tengo 10 años- digo haciendo uno de mis pucheros
-Si tan grande que hace pucheros- dice riéndose de mí, me levanto de la banca del parque y me voy a los columpios enojada por haberme dicho pequeña- no te enojes- empuja el columpio y me agarro de la cuerda sonriendo
-Cómprame un helado y te perdono-
-Bien, los helados que quiera mi princesa- pausa el columpio y se pone enfrente de mí tendiéndome su mano y yo feliz el tomo
-¿Cuándo crezca tú serás mi novio?- pregunto llegando a la heladería
-Te estaré esperado, aunque tenga que volver a revivir- feliz tomo mi helado de limón que me compro.
Fin de Flash back