Capítulo 10 Ser celoso

Con el sonido de la transmisión en el patio de recreo, los estudiantes de primer año de la Universidad MJN comenzaron su entrenamiento nuevamente. Se pararon en postura militar, corrieron en el patio de recreo e hicieron sentadillas.

"Zack, ¿estás cansado? Te compré una bebida ". Tan pronto como terminó el entrenamiento militar, una chica con el cabello despeinado se paró frente a Zack y dijo coquetamente con un trago en las manos.

"No tengo sed", como se esperaba, dijo Zack con frialdad.

Cuando Zack estaba a punto de irse, la niña se lanzó hacia él y sacó la carta de amor preparada. "Me gustas, Zack. ¿Puedes ser mi novio?"

"Zack, tengo hambre. Vamos a cenar ", Sheryl sostuvo el brazo de Zack y tiró de él hacia la cantina, independientemente de su renuencia.

A la izquierda, la niña estaba allí aturdida, muy avergonzada.

Sheryl estaba celosa. Sabía que habría otras chicas que se enamorarían de Zack cuando él viniera a esta universidad, por lo que Sheryl lo siguió a donde quiera que fuera, excepto por el baño de niños y el dormitorio de niños. Pero no esperaba que sucediera tan pronto. Parecía que tenía que estar más vigilante.

"Zack, acabo de ayudarte a deshacerte de esa chica. ¿Cómo me vas a agradecer? " Sheryl parpadeó con sus encantadores ojos grandes, esperando que Zack pudiera decir gracias o darle un fuerte abrazo.

"¿Te pedí que me ayudaras? Métete en tus asuntos." Zack se deshizo de la mano de Sheryl y caminó hacia la cantina.

Sheryl conocía a Zack desde que era una niña, y solo lo había visto sonreír tres veces. De vuelta en el jardín de infantes, Sheryl corrió hacia él y lo vio estallar en carcajadas. Ella estaba feliz. Más tarde, Sheryl supo que era porque se puso los zapatos equivocados. Fue la única vez que se rió por ella.

Sheryl frunció los labios. Zack le había sacudido las manos muchas veces y él siempre era indiferente a ella, así que ahora estaba acostumbrada. Cuando él le sacudió las manos y la trató con indiferencia, ella todavía lo alcanzaría con una sonrisa como una tonta, se sintió feliz de estar con él.

En el restaurante Max.

Cada vez que Selina venía a este restaurante de cristal, sentía que la comida aquí era demasiado cara. Pero hoy, por primera vez, Selina había pedido tres platos, incluyendo carne y tres tazones de arroz.

"Selina, ¿estás ordenando a alguien más también?" Al ver que Selina sostenía tres cuencos de arroz, Mónica dijo sorprendida.

"Oh no. son todos para mí ", dijo Selina.

Debido a demasiado ejercicio durante el entrenamiento, los alimentos que Selina había comido en la mañana, incluidos los dos huevos, un gran pastel, un tazón de leche de soja y tres bollos rellenos al vapor, se digerieron hace mucho tiempo. Tan pronto como terminó el entrenamiento, Selina corrió a la cantina con Mónica. Ella solía comer dos cuencos grandes cuando no hacía ejercicio, pero hoy comió tres cuencos grandes.

"¡Ah! ¿Todo para ti? Mónica se sorprendió al ver a una chica que comió tanto.

"Sí, te estoy esperando en la mesa junto a la ventana", Selina no podía esperar para disfrutar de la deliciosa comida frente a ella. Durante el entrenamiento militar, su pobre estómago había gritado muchas veces.

"Claro", respondió Mónica.