Capítulo 7 Cosas que habían sido utilizadas por otros

No sabía qué paparazzi lo habían seguido e informó lo que había sucedido en el Bar LM anoche.

Mirando el periódico en su mano, Nathan apretó los puños con fuerza. Al segundo siguiente, la puerta del estudio se abrió de repente. Delilah entró con un periódico en la mano, tarareando furiosamente. "No, ¿qué está pasando?"

Delilah arrojó el periódico al suelo, levantó el cuello y miró a Nathan con terquedad.

"¿No viste eso?" Nathan miró el periódico en el suelo. Era lo mismo que el que tenía en la mano.

"¿Realmente fuiste al LM Bar anoche? ¿Realmente tuviste sexo con esa mujer? Al mirar la expresión indiferente en el rostro de Nathan, Delilah se sintió desconsolada. Ella no podía creer que fuera verdad. Las lágrimas cayeron por su rostro en un instante, y ella lo golpeó en el pecho con su manita. "¿Como puedes hacer eso? Como puedes hacer eso? Eres mia ¿Cómo puedes hacer eso con otras mujeres?

Al escuchar eso, el corazón de Nathan dio un vuelco. Lilah dijo que él era ella. ¿Realmente le gustaba?

"¿Por qué no? ¿O quién más puede hacer eso conmigo? ¿Tararear? "Nathan levantó las cejas y miró a Delilah juguetonamente.

A sus ojos, ¿podría hacer eso con otras mujeres? Los ojos de Delilah estaban llenos de tristeza. ¿Por qué no entendió su corazón? ¿Por qué la lastimó así?

Delilah se rió entre dientes con burla. Después de un rato, casi rugió locamente, "¿Por qué? ¿Por qué me rechazaste anoche? ¿Por qué me odias tanto? ¿Soy peor que una camarera en tu corazón?

Al escuchar esto, las pupilas de Nathan se contrajeron bruscamente, y su corazón se aceleró con emociones abrumadoras. Tomó a Delilah en sus brazos, luego se dio la vuelta y presionó su pequeño cuerpo contra el escritorio, y su beso cayó pesadamente como una tormenta.

"Tararear..." Su repentino ataque tomó a Delilah por sorpresa. Ella luchó para alejarlo, pero no pudo moverlo en absoluto debido a la enorme brecha de fuerza entre hombres y mujeres.

Nathan arregló la cabeza de Delilah con su gran mano para evitar que se moviera. Y su fuerza era gentil pero irresistible. Sin embargo, todavía se sentía insatisfecho. ¿Por qué quería más cuando la besaba así?

Delilah no sabía cuánto duró el beso. Pero Nathan siguió besándola hasta que se sintió mareada y casi perdió el aliento.

"¿Prefieres que te trate así, Lilah?" Nathan miró a la niña en sus brazos. Y sus ojos estaban inyectados en sangre.

Sin embargo, Dalila lo empujó y se limpió los labios con disgusto. "No me interesan las cosas que otros han usado".

Un rastro de ira brilló en los ojos de Nathan y miró a Delilah. ¡Cómo podía decir que estaba sucio y que otros lo habían usado!

Sin embargo, Delilah no se tomó en serio su ira. Ella lo fulminó con la mirada y, al segundo siguiente, lo pasó y salió del estudio sin dudarlo.