Capítulo 4 Cap 4

-Lía, ¿porque le dijiste a mama eso? Pregunto Maya acomodando su mochila en su espalda.

-No entiendo a qué te refieres Maya puedes por favor ser especifica.

-¡Le dijiste a mama que ese niño es mi novio! Como pudieses decirle eso si sabes perfectamente quien es. -reclamo

-No Maya te equivocas, como podría yo saberlo.

-¡Cómo puedes decir eso! Nos la pasamos todo el día juntas como no vas a saber con quién hablo!

-Pues... es divertido no ¿crees? -la miro y se burló.

-¿Que es tan divertido? -pregunto Maya.

-Nose, tal vez ver como siempre te regañan y tú como una tonta te haces la víctima. -Suelto una cargada- Es tan... divertido.

-Lía... como puedes decir eso... soy tu hermana

-¡Y eso que Maya! Yo no decidí tenerte como hermana, asique no me lo restriegues. -respondió con arrogancia.

-Bueno niñas ya es hora de irnos. -Dijo su madre bajando de las escaleras mientras miraba atreves de su bolso.

Mi madre nos abrió la puerta y Maya fue la primera en salir, afuera nos esperaba el auto junto a nuestro chofer que nos lleva no solo a la escuela, sino también a nuestras clases de Ballet y a otras actividades, arrancamos vía a la escuela y por suerte llegamos tempranos, al bajar corría asía donde estaban mis amigas; Luisa, Natalia (que todos le decíamos Naty), Jisoo y Stefany.

-¡Hola amiguis! -llegue y las abrace a cada una como mejores amigas.

-Hola Lía... -saludo Luisa, mejor amiga desde el jardín de Lía.

-¡Hola Lía! Saludaron Naty y Jisoo.

-¿Luisa porque esa cara?-pregunte al ver que era la única con malos ánimos.

-Pues adivina quien no podrá ir a la pijamada de hoy. -respondió Jisoo.

Lía miro a su amiga. -¿Oye no entiendo porque no podrás ir?

-No hice mis deberes asique mi madre me castigo. -respondió Luisa la pregunta de su amiga muy triste.

-Lo ves, eso te pasa por boba. -repico Naty.

-¡Oye no le digas así a mi amiga nunca más me entendiste! -advertí. Volví a mirar a Luisa.

-Bueno si quieres podemos hacer la pijamada otro día, cuando no estés castigada claro.

Luisa negó. -No hace falta Lía, no es justo que por mí la cancelen, pero gracias por tu interés.

El timbre que daba la señal de que ya era hora de clases sonó y todos los niños se dirigieron a cada quien a su clase correspondiente.

Horas más tarde...

-Ash! Que aburrimiento... -dijo Lía media dormida mientras dibujaba un personaje, Luisa su mejor amiga que se encontraba a su lado también con su pintura se acercó más a ella con cuidado mientras la maestra revisaba otros cuadros.-¡Oye! ¡Ya terminaste tu dibujo!-susurro.

-Por supuesto.

-Wow, eres increíble Lía siempre eres la primera en terminar.

-Lose, por eso soy la primera en mi clase.

-¡Tienes razón eres genial! -por cierto... ¿ira tu hermana a la pijamada?

-Ash, ni la menciones, por desgracia si ira.

-¡Cool!

-Lía miro a Luisa con sorpresa. -¡Que te ocurre! ¿Porque dices "COOL"?

-¿Cómo que porque? Maya es genial, nos hace reír bastante. -Respondió – Lastima que no pueda ir...--Luisa volvió a su puesto para seguir con su pintura y Lía siguió en su asunto.

Por fin había llegado la hora de nuestra salida, el tiempo se hizo eterno y lo que menos quería era seguir en ese colegio; Maya paso por mi como siempre y ambas nos fuimos caminando de regreso a casa, ya que Sam nuestro chofer se había accidentando.

En el camino ambas íbamos muy calladas, ni ella daba señales para iniciar la conversación ni yo quería iniciarlas pero tenía curiosidad por saber que aria hoy. -He... oye Maya... ¿qué harás hoy?

-Iré contigo a la pijamada. –respondió mirando al frente.

-¡Que! ¿Pero porque? ¿No tenías refuerzos hoy?

-Si pero le dije a mama que las acompañaría hoy.

-¡Pero porque! No entiendo porque tienes que estar siempre.

-No discutas lía, debo cuidarte es todo.

-Sí, pero Maya voy a una pijamada con mis mejores amigas no entiendo de quien me tienes que cuidar, ¿acaso estas mal?

-¿Solo debo cuidarte está bien? ¿Si no lo hago entonces quien lo hará? ¡Mama y papa siempre están trabajando!

-¡Y crees que necesito de tus cuidados!- Grito Lía mientras su hermana ya se estaba empezando a desesperar.

-Lía... realmente espero que nunca me necesites cómo dices ahora.

-Vamos Maya estás hablando como si me fuera a pasar algo, solo mírame y dime quien le haría algo a una niña de 8 años con una cara tan linda como la mía ¿ah?

Enseguida Maya cambio su expresión a una más serena y triste como si algo pasara por su cabeza en ese momento que dije aquellas palabras, bajo su mirada como si estuviera ocultando algo. Sin embargo después de unos milímetros de segundos en su cara poso una sonrisa.

-Lía por favor, solo déjame ir contigo...

No entendía en esos momentos porque Maya insistía tanto en acompañarme, me fastidiaba el saber que siempre tenía que estar acompañada de ella, digo era muy aburrida, sin embargo lo que ignoraba era que mi hermana tenía problemas, y que en ese momento me estaba dando pistas, por dentro estaba llorando y gritando ayuda y nadie le respondía ese grito de auxilio; y si, a los 8 años aprendí a ignorar los problemas de los demás incluidos los de Maya, ignoraba el hecho que ella sufría en silencio.

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Maya tenía razón, algún día lo iba a lamentar y la necesitaría como nunca.

-Al escuchar salir esas palabras de la boca de mi hermana hizo que una puntada apareciera en mi corazón al mismo tiempo que miles de pensamientos rodearan mi mente, todo en cuestión de segundos. Sin embargo no podía dejar que lía se preocupara; aún tenía 8 años, ella merecía tener todavía esa linda inocencia de niña de 8 años en donde en su pequeño mundo aún no existe el color negro, en donde aún no le ha tocado sentir dolor o sufrir. Aunque... Ella no me quiera cerca entonces la cuidare desde lejos, estaré con ella desde lejos así nadie podrá hacerle daño; Porque eso es lo hacen los hermanos, dejan de sonreír para que ellos estén bien, dejan de ser feliz solo para que ellos lo sean y no importa cuántas veces me toque aguantar, lo haré todo el tiempo posible solo para verla sonreír una vez más.

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De camino a casa a lía se le antojo un helado (como siempre) asique nos detuvimos en el puesto de helado que queda casi cerca de casa, pedimos nuestros helados favoritos, el de Lía era una taza con tres tipos de sabores de helado- limón fresa y vainilla, con chispas de colores y una cereza en el medio de los tres sabores con leche condensada y crema de chocolate. Admito que el helado más caro era el de ella. El mío solo era un cono de galleta de chocolate y el helado era de vainilla con chispas de chocolate.

Nos sentábamos todos los días que veíamos de regreso del colegio, nos sentábamos en el parque que quedaba a una cuadra del puesto de helado y nos sentábamos en los columpio para comernos los helados mientras veíamos los carros pasar y solo mencionábamos los carros q tuvieran nuestros colores favoritos y la que contara más ganaba. Esa era nuestra rutina de regreso.