Socios Y Rivales
img img Socios Y Rivales img Capítulo 5 Estallido social
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Capítulo 6 La ciudad arde img
Capítulo 7 Una turba los amenaza img
Capítulo 8 La Perdición de Abir img
Capítulo 9 El reencuentro con Vanesa Salata img
Capítulo 10 Ethan está en aprietos img
Capítulo 11 «Ya no estoy Sola» img
Capítulo 12 Hay alguien en la habitación img
Capítulo 13 La revisión. img
Capítulo 14 Abir se enfrenta a Ethan img
Capítulo 15 La reconstrucción del Himen img
Capítulo 16 Abir se confiesa img
Capítulo 17 Visita inesperada img
Capítulo 18 Promesa Cumplida img
Capítulo 19 El Desconcierto de Abir img
Capítulo 20 Sueños húmedos img
Capítulo 21 La argolla dorada img
Capítulo 22 Hora de asumir la Gerencia img
Capítulo 23 Ordenando la empresa img
Capítulo 24 Anthony besa a Vanessa Salata img
Capítulo 25 Alguien trama una emboscada para Abir Abdallah img
Capítulo 26 Antony Bertolucci visita a Vanessa en la clinica. img
Capítulo 27 Anthony se hace cargo de Vanessa Salate img
Capítulo 28 Abir se decepciona de Ethan Madinson img
Capítulo 29 El enfrentamiento img
Capítulo 30 Ethan no puede dormir img
Capítulo 31 ¡Las occidentales también son vírgenes! img
Capítulo 32 Ethan está en el Hospital Regional img
Capítulo 33 Los demonios son de carne y hueso img
Capítulo 34 Ethan reconoce su error img
Capítulo 35 Una peculiar forma de ayudar img
Capítulo 36 Asuntos pendientes img
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Capítulo 5 Estallido social

Esa tarde del 23 de enero del 2014 la ciudad se congestionó en medio de un desconcierto total producto de una serie de protestas que había puesto de cabeza a la ciudad grande del norte. Santiago también había sido azotada por diversos focos de disturbios que hasta entonces no habrían expandido su acción por toda la zona metropolitana. Los comentarios y opiniones al respecto empezaron a correr a través de las redes sociales y en ese preciso instante en que había decidido hacer la video conferencia con el administrador de la sucursal, sus redes sociales lo pusieron al tanto.

La tarde se empezó a poner tensa. Numerosas barricadas en el sector norte y un grupo de encapuchados con las peligrosas insignias socialistas tomaron las calles del centro. El helicóptero de las fuerzas policiales empezó a surcar los despejados cielos, las sirenas de ambulancias y bomberos se activaron al unísono. El olor a neumático quemado y el irritante gas lacrimógeno se dispersó en el ambiente como muestra evidente de un futuro desastre social. De inmediato tomó su móvil y marcó los dígitos a don Ricardo Venegas, el administrador de la sucursal. Una demora en atender al llamado lo inquietó, respiró profundo y sintió alivió al percibir el delicioso aroma de su costosa fragancia. Era algo terapéutico inhalar su perfume preferido y contrastarlo al olor marino que expelía la costa. Cerró la ventana de whatsap web para negocios que iba a ser utilizada para la videoconferencia y abrió una ventana sobre noticias en el norte de Chile. Su mirada estupefacta se perdía en los pixeles de resolución de las docenas de imágenes que mostraban una ciudad desconocida. Antofagasta se hizo irreconocible a causa de la revuelta y dejo de parecerse a la ciudad minera de sus recuerdos, maldijo la situación porque de romántica nada tendría. Se inquietó al intuir que tras el caos social la decisión más idónea y acertada era emprender vuelo de regreso. «¿Habrá vuelos nacionales?»pensó más en ella que en él. Sabía de lo susceptible que podía ser ante las situaciones de riesgo, pero algo dentro de sí mismo le hizo reconocer la mujer tenaz y fuerte en la que se había convertido su socia. Como profesional no habían restos de debilidad en ella y eso le causaba admiración, pero en la intimidad había descubierto un cúmulo de temores en ella que estaba dispuesto a calmar hasta hacerla sentir segura. De repente, recordó lo decidida que se había vuelto y se preocupó al imaginarla de vuelta en vuelo chárter a Europa. Esa podría ser la única oportunidad de hacer las pases con ella. La conocía. Le resultaría muy fácil delegar funciones, pero no, ella estaba allí, al frente de todo un consorcio de Mobiliaria como un felino acechando. Lo sabía. Su propia confesión delató sus intenciones para con su madre y aunque resultase tan culpable como dice serlo, él no podría levantar una mano en su contra. Es su madre. La mujer que le había dado la vida y a la que amaba con todas sus imperfecciones,¡Que por supuesto sabía que tenía!, ¿Cómo podría crear un ambiente de rosas y chocolate que sanase sus heridas y remediase todo? ¿¡¡¡Cómo?!!! Sí su madre había atentado contra lo más importante que una mujer con sus tradiciones y costumbres orientales puede albergar. Se convenció de que si el padre de Abir se hubiese enterado, media ciudad ardería y no habría descansado hasta matar a Fabían. Lo reconoce, él también Quiere matarlo. En su furor interno cavila sobre la manera en que traerá su amigo hasta la región del norte y se jura que lo que hizo su amigo tendrá que pagarlo. ¿Cómo? Aún no lo sabe, pero su sangre hierve pajo la piel.

Una esbelta figura femenina de falda ajustada, tacón alto y camisa ejecutiva despertó su atención. Sus grandes ojos almendrados escudriñaban su rostro y le servía con sus propias y delicadas manos una copa de agua. En la otra mano le entregaba un trío de servilletas perfectamente apiladas en forma triangular, el emblema del hotel resaltaba en el troquelado y la pintura azul.

-El caballero luce preocupado. ¿Hay algo en lo que se le pueda ayudar?

Sus labios sonrieron con efusión y sus ojos brillaron más de sorpresa que de emoción. Nunca fue bueno para las relaciones sociales. Sus amistades habían sido el resultado de sus esfuerzos laborales y artísticos, además de los lazos entablados por su familia que resultaban siendo amigos heredados. Su único amigo Fabián había sido uno de ellos y lo creyó el mejor de todos de no haber sido por la dura confesión de su adorada amiga: la vecinita de la Oviedo Cavada, allá en los años en que ni él ni su familia imaginaría que una simple chiquilla de coletas y tez blanquecina, años después, sería la dueña de casi toda la empresa.

Parpadeó incomodo al sentir la cercanía de la bella recepcionista quien parecía esperar a que le concediera el permiso para tomar asiento a su lado. Por su trabajo, lo mejor era no hacerlo y ella pareció entenderlo aprisa, después de todo ese huésped resultaba una lotería, bien pudiese ser su número o bien su carta de despido. Pareció comprender que la distancia era lo mejor. Carraspeó con modestia, se ofreció con amabilidad en caso de necesitar algo y se retiró sin dejar opacar su sensual sonrisa. Ella no podía creer que estaba allí, frente a una personalidad de la música y de los negocios tan importante. Suspiró y deseó no poder olvidar jamás esa deliciosa fragancia que nunca antes había percibido. Ethan retomó la llamada. Está vez logró comunicarse con el administrador Ricardo Venegas quien atendió a la primera llamada.

Se escuchaba ocupado, con un bullicio en su entorno que despertó suspicacia en él. La antigua sede era ahora un simple depósito de lo que se habría convertido en la fábrica de mobiliaria de melanina más grande del norte de Chile. Se expandía hasta las ciudades de Arica e Iquique y buscaban establecer sucursales en Tacna, Perú, solo que la baja demanda a nivel institucional luchaba en busca de un mercado más familiar que nunca subestimó. Su familia, los Madinson lo habían descartado al instante, pero Abir veía lo que otros no. Expandirse y aumentar producción. Ese era su objetivo, además consideraba los bajos costos de mano de obra para el auge de un nuevo mercado de exportación.

-¿Sucede algo, Ricardo? ¿Quieres que vaya a la empresa en este momento?

-No, no. No te preocupes. Si bien habíamos programado una videoconferencia desde la empresa para darles la bienvenida a ambos preferiría telefonearles y dejar todo para mañana. Ya es tarde y la situación está tensa. Es una realidad que no puede ocultarse. Lamento mucho que la visita y toma de mando coincidiera con un evento tan caótico en la ciudad.

Ethan se acomodó sobre el sillón de la piscina, frente al mar y con la otra mano tecleaba sitios web de información regional.

-¿Qué tan sería es la situación?

-Hasta el momento algunos hechos violentos. Focos de violencia en los barrios más marginales de la región.

El tono que el administrador empleó despertó en Ethan recuerdos en la expresión despectiva de sus padres cada vez que se dirigían a sus empleados o las personas de menos recursos económicos. Siempre estuvo en desacuerdo. Su amiga, única y mejor amiga: la chica que veía a través de la ventana formaba parte de ese extracto: el menos pudiente. Cuando joven fue la barrera más cruel y fría de su vida. Hoy en día la situación había cambiado. Si bien, los ricos continuaban siendo más ricos, ella ahora formaba la parte privilegiada de ellos. ¡Y cuánto la deseaba! No por su dinero, sino porque aún veían en ella, la niña del ayer.

                         

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