Capítulo 4 Una belleza deslumbrante

Carol era una chica fuerte, pero no podía soportar tantos golpes. Ella no nació de sus padres, pero fue adoptada. "Waa ..." Carol comenzó a llorar.

"No estés triste. Te queremos mucho." Elliott intentó sostenerla en sus brazos, pero ella lo empujó en silencio.

Tal vez no era el momento adecuado hoy. Elliott maldijo en voz baja. '¿Cómo podría ser tan impaciente?'

"¿Puedes salir? Quiero estar solo por un tiempo. "Había tristeza en su tono indiferente. "Bueno, que descanses bien. ¿Qué tal si sales y juegas unos días? " Después de decir eso, Elliott puso un boleto de viaje sobre la mesa. Había planeado ir con ella. Parecía que si él iba con ella, ella no iría. Elliott suspiró y salió en silencio.

El tiempo pareció detenerse. Sentada a la cabecera de la cama, Carol se perdió en sus pensamientos y se durmió. No sabía cuánto tiempo había dormido, pero cuando despertó, Carol descubrió que era el segundo día y estaba de mejor humor. Se puso de pie y corrió al baño para darse una ducha. Se cambió a un traje nuevo, con mangas cortas blancas y falda corta de mezclilla en la parte superior del cuerpo. Su cabello estaba casualmente colocado detrás de ella como un baño de mar. Carol se veía hermosa, pero sus ojos estaban ligeramente rojos e hinchados en el espejo, y estaba divagando.

A partir de ahora, tenía que ser independiente y no podía confiar en sus padres. Tenía que trabajar duro sola. Cuando Carol vio el boleto de viaje sobre la mesa antes de salir, pensó por un momento y se lo guardó en el bolsillo cuando se lo puso en la ropa. Será mejor que salga a relajarse. Quizás cuando regresó, la lluvia ya había desaparecido.

En la playa de Las Vegas, el agua de mar, con olas azules en la brisa, trepaba perezosamente por la playa y se retiraba lentamente. La playa a lo largo de la costa azul era incomparablemente vasta, con arena fina y blanca fina, y las colinas se extendían. Los árboles eran exuberantes y el aire era fresco. Las olas del mar se ondularon. Debajo del alto cocotero marrón, varios niños jugaban alrededor del cocotero. Olas, cocoteros tropicales, niños e incluso algunos hombres guapos y mujeres hermosas con todos los colores de ropa, formando un hermoso paisaje en verano.

Cuando Carol miró el mar lejos de la playa, muchos pequeños botes de goma se deslizaron lentamente sobre el mar y gradualmente muy lejos de la Bahía, en dirección al vasto mar azul muy lejos.

El bote parecía estar bien, y su melancolía desapareció en un instante. Carol se subió a un pequeño bote y persiguió al grupo de personas, pensando que los superaría fácilmente. Todas las personas detrás de ella miraron su acción en estado de shock como si pudieran tragar huevos.

"¡Oh Dios mío! ¡Mírala! ¿Cómo se atreve a competir con el Sr. Sebastian? La chica de púrpura dijo sorprendida. Eso fue asqueroso. ¿No sabía ella que esta alteza no permitía que otros presumieran frente a él?

"¡Es real! No sé cómo va a morir ". Una chica cotilleó detrás de ellos.

El cabello de Carol era tan hermoso como un baño de mar. Tenía un par de hermosos ojos azules, nariz respingona y labios como cereza. Y su piel clara era tan suave y hermosa. Carol continuó conduciendo hacia adelante, ignorando directamente los varios pares de ojos detrás de ella.

"¡Maldición! ¡Esta mujer es tan audaz! " Alguien maldijo detrás de ella.

"No digas eso. Ella es muy hermosa. Tengo muchas ganas de coquetear con ella ". Dijo otro hombre rico, lo que hizo que la chica de al lado se sintiera incómoda.

Cuando Carol pasó el bote, una ola se precipitó. El pequeño bote de cuero golpeó el bote de Sebastián, que era muy liviano, pero el bote aún hacía mucho ruido. Carol sintió algo extraño y no pudo evitar mirar hacia allí. "¡Oh Dios mío!" Carol no pudo evitar gritar, y su rostro inmediatamente se puso rojo. Eran tan ...

Estaba tan avergonzada que se escapó de inmediato.

El grito sobresaltó a la mujer que estaba casi desnuda en el bote y se apresuró a buscar ropa.

Sebastian también sintió la atmósfera inusual. Él dejó de besar a la niña y se dio la vuelta. Vio una cara lateral. Esa chica era muy hermosa. La falda corta resaltaba su hermosa línea, lo que lo hacía sentir mareado. Pero esta chica parecía ser un poco familiar. Como la línea de luz era demasiado brillante, Sebastian no pudo verla claramente por un momento. "¿Una belleza deslumbrante?" Sebastian se levantó de la niña y se puso la ropa. '¡Maldición! ¿No sabía ella que no le gustaba que lo molestaran?

¡Maldición! Sebastian juró que hoy era el día más feo para él. Esa mujer se atrevió a gritar tan fuerte en público, como si temiera que el mundo no lo supiera. Nadie en su vida se atrevió a provocarlo, ¡y esa maldita mujer extraña lo hizo!

De hecho, todos los hombres y mujeres en las otras naves lo miraron como si fuera una nueva raza. Sintió que se había convertido en un animal apreciativo del zoológico y perdió la cara.

Con las manos apretadas en puños, el rostro de Sebastian era tan sombrío como el clima en Siberia.

Al anochecer, Sebastián yacía en el balcón de la villa con solo pantalones de playa y cerró los ojos para descansar. Una vez más, Sebastian maldijo enojado en voz baja. Habían pasado seis horas desde que ese ángel lo recogió como una mujer, pero su ira no tenía signos de enfriarse.

'¡Maldición! Te encontraré mientras no hayas abandonado la playa.