Capítulo 9 Evelyn Jian

Pensando en tantos beneficios, Darren pensó que valía la pena correr el riesgo de cuestionar la decisión de su amo en este momento.

Al pensar en esto, vio una sonrisa misteriosa en la esquina de la boca de Kian. Se levantó del sofá y se acercó.

"Darren, no tienes que seguirme hoy".

Darren estaba conmocionado. "¿Qué?"

Kian se le acercó y le dijo: "Por la tarde, vas a la biblioteca y escribes una tesis de treinta mil palabras. Infórmeme mañana sobre la consecuencia del comportamiento de quemar el puente después de cruzarlo. Necesito aprender de ti "

dijo palabra por palabra en un tono muy gentil.

Sin embargo, la espalda de Darren estaba fría y quedó atónito por un momento. Su hombro se derrumbó. "Sí señor..."

Kian le dio dos palmaditas en el hombro, lo pasó, abrió la puerta y se fue.

En una habitación privada de una cafetería cerca del hotel.

Tan pronto como recibió la llamada telefónica, Evelyn se apresuró y se sentó frente a Myra.

"¡Mi señora! Te llamé cien veces anoche, pero no respondiste. Todos te están buscando. ¿Qué te ha pasado? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me llamaste? ¿Sabes cómo me preocupé por ti?

Evelyn era la mejor amiga de Myra desde que era una niña. Ella era franca y de mal genio.

Su voz también era fuerte.

Por lo tanto, esta serie de preguntas fuertes atrajo la atención de la gente de afuera, y todos miraron a este lado de manera extraña.

Myra se levantó apresuradamente, cerró la puerta y volvió a su asiento. Ella dijo: "Baja la voz ... Por eso voy a darte una explicación tan pronto como tenga tiempo ".

Tan pronto como terminó sus palabras, Myra] vio que Evelyn estaba mirando su cuello con sus grandes ojos brillantes.

Myra estaba aturdida. ¿Se expusieron?

Rápidamente arregló la bufanda de seda y miró nerviosamente los ojos que miraban su cuello.

Evelyn estaba confundida y sorprendida. Ella inclinó la cabeza y puso mala cara, "¿Qué? Silbido... ¿Bien? ¿De Verdad?"

El corazón de Myra estaba a punto de saltar de su pecho. ¡No pudo evitar inclinarse hacia adelante y golpear fuertemente la frente de Evelyn con un sonido nítido!

"¿Qué estás mirando?"

Pero al mismo tiempo, Evelyn también tomó medidas.

¡Ella agarró una esquina de la bufanda de seda y la tiró descuidadamente!

La bufanda de seda era tan suave como una serpiente. Se deslizó del cuello de Myra y cayó en la mano de Evelyn.

Myra sintió que su cuello se calentó por la fricción de la bufanda de seda.

Se tocó el cuello y sintió miedo.

Afortunadamente, el empate no fue complicado, ¡o habría sido estrangulada hasta la muerte!

Miró a Evelyn con odio. Sus mejillas, que todavía estaban sonrojadas, ahora estaban aún más rojas de ira.

Pero la mujer frente a ella parecía estar completamente inconsciente. No se dio cuenta de que la habían abofeteado en absoluto. Incluso olvidó la existencia de Myra. Ella solo puso el pañuelo de seda en su mano, lo miró cuidadosamente y lo frotó.

Ella murmuró para sí misma: "¿Cómo es eso posible? De ninguna manera... "

Myra estaba tan enojada que apretó su nombre entre dientes, "¡Eve-lyn-Jian!"

Evelyn quedó atónita por un tiempo y luego recordó la existencia de Myra.

Levantó los ojos de repente y preguntó emocionada: "¿De dónde sacaste esta bufanda?"

Mirándola durante mucho tiempo, Myra apretó los dientes y dijo: "¿Te preocupas por mí o la bufanda de seda? ¿Por qué estás tan interesado en eso?

Confundida, Evelyn preguntó: "¿Tú? ¿No te sientes bien?

Miró a Myra de arriba abajo y dijo: "Tu cabello es tan negro como las nubes, tu frente está llena, tu rostro es rosado y fino, y tus cejas ... lleno de odio?

Ella frunció el ceño, pero pronto lo digirió. "Está bien. A menudo me miras así ".

Ella miró hacia abajo, "Tienes labios rojos, dientes blancos y tu cuello ..."

En su cuello ... ¡Había rastros de interacción íntima!

Con los ojos bien abiertos, Evelyn respiró hondo y dijo: "Myra, te entregas a ..."

Pero ella se sorprendió por un momento, "No, no está bien. Archer te ha estado buscando anoche. Cuando lo hiciste..."

Hablando de esto, finalmente se dio cuenta de que algo andaba mal, y una mirada de preocupación apareció en sus ojos.

Dejó a un lado el pañuelo de seda y preguntó: "¿Qué pasó anoche, Myra?"