Capítulo 7 Un juego de gato y ratón (primera parte)

Murray era amigo de Evelyn. Estaban en la misma universidad y ambos eran locales de G City. Había muchas similitudes entre los dos. Ambos eran el único hijo de su familia. Y tenían los mismos pasatiempos, por lo que se llevaban bien en la primera fiesta.

Cuando estaban a punto de llegar a la puerta de la universidad, Evelyn lo detuvo.

"Bueno, Murray, ¿puedes prestarme algo de dinero?" ella preguntó.

"¿Qué pasa?" respondió.

"No quiero volver al dormitorio con este vestido. Definitivamente me preguntarán al respecto. Voy a conseguir una habitación fuera de la escuela por una noche ".

Murray inmediatamente sacó una billetera de sus jeans y le dio cien. "Si tienes hambre, ve a comer algo a medianoche. No tienes que devolverme el dinero ".

"Pero..."

Antes de que Evelyn pudiera decir algo más, fue detenida por su mirada.

Había muchos hoteles cerca de la escuela, por lo que Evelyn encontró uno al azar. Cuando se registró, el dueño del hotel la había estado mirando extrañamente. Tan pronto como recibió la tarjeta de la habitación, huyó al tercer piso.

Evelyn se duchó y se cambió de ropa. Ella eligió al azar algo de ropa barata fuera del hotel. Después de quitarse el uniforme, los puso sobre la mesa de lavado y los lavó cuidadosamente. Luego levantó el secador de pelo y sopló la ropa durante dos horas. No fue hasta que el uniforme estuvo seco que los dobló cuidadosamente y los puso al lado de la cama.

Sin su teléfono a su lado, Evelyn se levantó temprano con su fuerte fuerza de voluntad.

Se cepilló los dientes, se lavó la cara, se fue, compró un desayuno en la casa de té y esperó el autobús mientras comía.

A las 8 en punto, regresó a la empresa. Ella tomó el ascensor hasta el Departamento de Logística en el sexto piso y se quejó al gerente llorando. Finalmente, abrió el armario exclusivo del personal con alegría y sacó la mochila y el traje de mujer que le quedaba.

A las 11 en punto, Evelyn fue al piso veintiséis para limpiar. Ella todavía tenía un miedo persistente. La puerta de la oficina del CEO estaba bien cerrada. Se puso de puntillas y miró por la ventana de cristal, solo para descubrir que no había nadie dentro.

Después de dudar un buen rato, Evelyn se acercó a las tres secretarias con un trapeador en la mano y extendió la mano para saludarlas.

"Disculpe, ¿aún no ha regresado nuestro jefe?" ella preguntó.

Las secretarias se miraron cuando escucharon su pregunta.

Preocupada de que pudieran pensar que ella tenía un motivo oculto, Evelyn explicó a toda prisa: "No sé cuándo limpiar la oficina, así que vengo a preguntar".

"A nuestro jefe no le gusta que otros entren a su oficina a voluntad. Si quiere limpiarlo, nos lo dirá y le informaremos nuevamente ", dijo la secretaria más cercana a ella sin expresión.

"Bueno. Ya veo ", dijo y asintió. "Pero ella todavía no respondió mi pregunta", se preguntó Evelyn.

Abatida, Evelyn recogió el cubo de la fregona y llegó a la puerta del ascensor. La razón por la que tomó el ascensor exclusivo fue que descubrió que el ascensor no tenía obstáculos y casi nadie presionó el botón de parada. Después de ser advertida por Byron, Evelyn caminó hacia el ascensor ordinario junto a ella inconscientemente.

Pensó para sí misma: 'El jefe aún no ha regresado. No importaba si me colaba en su ascensor una o dos veces.

Con una casualidad en su mente, Evelyn miró el escritorio para asegurarse de que las tres secretarias no la notaran en absoluto. Luego, rápidamente abrió la puerta del ascensor en la mano derecha y entró rápidamente.

Ella habitualmente presionó el primer número y descendió al tercer piso. Entonces se dio cuenta de que había presionado el número equivocado. Presionó apresuradamente el sexto número, rezando en su corazón para que no fuera encontrada por colegas que pasaban por el primer piso para robar el ascensor exclusivo del CEO.

Byron acaba de regresar del sitio de construcción del complejo. Además del asistente especial, Vincent, también estuvo acompañado por el gerente del departamento y el ingeniero jefe que participaron en el desarrollo del proyecto. Cuando entró en el pasillo de la empresa, los empleados que pasaban lo saludaron uno por uno, pero siempre llevaba una cara de póker y, como mucho, asintió cortésmente en respuesta.

Un grupo de personas esperaba el ascensor en silencio. En el momento en que se abrió la puerta del ascensor, un grupo de élites se sorprendió al ver a una "criada" parada en el ascensor. Cuando sus ojos se encontraron, ella parecía asustada. Miró a Byron en medio de la multitud como si hubiera visto un fantasma.

Lo más sorprendente aún estaba por llegar.

Su jefe, Byron, le gritó: "¡Sal!"

Todas las élites miraron a la chica que hizo que la cara del jefe cambiara mucho. Habían pensado que ella saldría del elevador con un balde de trapeador en sus brazos, pero al segundo siguiente, sacudió la cabeza y extendió la mano para presionar el botón del elevador.

Las dos puertas se formaron una grieta, y la pálida cara de la niña desapareció. Sin embargo, el siguiente movimiento de Byron sorprendió a todos los presentes.

Sin embargo, el CEO, que siempre había estado tranquilo y con dominio propio, apartó a uno o dos subordinados a su lado y rápidamente caminó hacia el ascensor ordinario que estaba a su lado. Bajo la mirada de sorpresa de muchas personas, entró en el ascensor con la cara fría.

Nadie hizo un sonido. Toda la sala estaba tan silenciosa que incluso se podía escuchar el sonido de las gotas.

Un minuto después, Vincent preguntó con tono aburrido: "¿Es ese hombre el jefe?"

La puerta del ascensor se abrió. Evelyn volvió al piso veintiséis y miró a su alrededor. Cuando estaba a punto de dar un suspiro de alivio, el ascensor a su lado se abrió. Un cuerpo alto e inspirador salió por la puerta. Evelyn gritó con horror, se dio la vuelta y estaba a punto de correr, pero el hombre detrás de ella la siguió con pasos poderosos.