Sentimientos Enmascarados
img img Sentimientos Enmascarados img Capítulo 2 Una oferta tentadora
2
Capítulo 7 El comienzo de algo nuevo img
Capítulo 8 Solo sexo img
Capítulo 9 Una noticia muy mala img
Capítulo 10 Un día horrible img
Capítulo 11 Una regla rota img
Capítulo 12 Un viaje y una sorpresa img
Capítulo 13 Shrek y Fiona img
Capítulo 14 Debajo de la mesa img
Capítulo 15 Mi comida favorita img
Capítulo 16 Es su vida img
Capítulo 17 Discusión img
Capítulo 18 Una Cupido estúpida img
Capítulo 19 Debemos tener cuidado img
Capítulo 20 Un baño muy largo img
Capítulo 21 Zorra camuflada img
Capítulo 22 Balcón img
Capítulo 23 Posesivo img
Capítulo 24 Ross se quedará hasta la boda img
Capítulo 25 Noche de fiesta img
Capítulo 26 El club img
Capítulo 27 Monstruo de las miradas img
Capítulo 28 Eres mía y de nadie más img
Capítulo 29 El gran día img
Capítulo 30 Alivio img
Capítulo 31 Reservada img
Capítulo 32 No deseada img
Capítulo 33 Chris img
Capítulo 34 Frustrante img
Capítulo 35 Inesperado img
Capítulo 36 Visitar a mi hermano img
Capítulo 37 Noche agitada img
Capítulo 38 Su perspectiva img
Capítulo 39 Rose marchita img
Capítulo 40 A la mierda el acuerdo img
Capítulo 41 Tenemos que hablar img
Capítulo 42 Cálmate img
Capítulo 43 Nuevos amigos img
Capítulo 44 Trabajo img
Capítulo 45 El horario laboral terminó img
Capítulo 46 Jace img
Capítulo 47 Intrusos img
Capítulo 48 Mala idea img
Capítulo 49 Hospital img
Capítulo 50 Noticias img
Capítulo 51 La llamada img
Capítulo 52 Un buen sexo img
Capítulo 53 Marcas img
Capítulo 54 Niño malcriado img
Capítulo 55 Dramática img
Capítulo 56 Waffles y una charla img
Capítulo 57 Discusión img
Capítulo 58 Todo está bien img
Capítulo 59 Él es Isaac img
Capítulo 60 Quemarse img
Capítulo 61 Te deseo y te necesito img
Capítulo 62 Ayuda img
Capítulo 63 Katy Perry img
Capítulo 64 El club img
Capítulo 65 Bailando img
Capítulo 66 Sexo en el club img
Capítulo 67 Uno de ustedes... pronto img
Capítulo 68 Pesadilla img
Capítulo 69 El otro lado de la historia img
Capítulo 70 La casa de Chris img
Capítulo 71 ¿Qué quieres de mí img
Capítulo 72 Enferma img
Capítulo 73 ¿Damian y tú tienen una relación img
Capítulo 74 ¿Estoy qué img
Capítulo 75 Romántico img
Capítulo 76 Feliz como nunca img
Capítulo 77 Buenos días img
Capítulo 78 Annie img
Capítulo 79 Anuncio img
Capítulo 80 Desaparecido img
Capítulo 81 Mensaje misterioso img
Capítulo 82 No podría vivir con la culpa img
Capítulo 83 Secuestrador img
Capítulo 84 Psicópata img
Capítulo 85 Sacar esa cosa img
Capítulo 86 Intento img
Capítulo 87 Reclamo img
Capítulo 88 ¿La quieres ver morir img
Capítulo 89 Obsesión destructiva img
Capítulo 90 Lamento img
Capítulo 91 Rescate img
Capítulo 92 Lograr entrar img
Capítulo 93 Ventana img
Capítulo 94 La pesadilla img
Capítulo 95 Amor img
Capítulo 96 Rodeada de gente que me ama img
Capítulo 97 Perfección img
Capítulo 98 La cita img
Capítulo 99 Propuesta img
Capítulo 100 Especial: Rose img
img
  /  2
img

Capítulo 2 Una oferta tentadora

Siguiendo el ritmo de la canción de fondo, me dirigí al tubo que se encontraba en medio del escenario. Y aunque en el fondo me moría de nervios, seguí sonriendo como si nada, y tan pronto como se escuchó la voz de The Weekend, levanté la cabeza e hice contacto visual con algunos de los hombres presentes. ¡Tengo que admitir que algunos de ellos eran realmente atractivos! De hecho, fueron precisamente esos ojos lujuriosos los que me empujaron a hacer mejor mi trabajo. Una vez que la música realmente comenzó, envolví una pierna alrededor del tubo y giré, haciendo movimientos rápidos, lentos...

y extremadamente sensuales.

"¡Maldición!", escuché a alguien suspirar justo en frente de mí. Entonces me aparté del tubo y me arrastré hacia el hombre que estaba sentado en la primera fila; sonriéndole seductoramente al notar que me devoraba con la mirada. Tenía ojos azul celeste y cabello rubio, algo así como el Ken de Barbie. 'Bueno, lo siento, Barbie, estoy a punto de darle un baile erótico a tu hombre', pensé. Y así, bajé lentamente del escenario y me dirigí hacia él, sonriendo de nuevo cuando lo vi tragar saliva.

"Hola", susurré mientras movía mi cuerpo al ritmo de la melodía, me dejé caer y le abrí las piernas. Después me puse de pie y me encargué de darle un espectáculo que nunca olvidaría. Al sentarme en su regazo, pude sentir su erección debajo de mí, aunque traté de no enojarme por ello. Por suerte, la canción terminó en ese instante, así que me incliné hacia su oído y murmuré: "Espero verte de nuevo". Claro que esa era una mentira que toda stripper les decía a sus clientes para que regresaran al establecimiento.

Al segundo siguiente, todas las luces se apagaron y regresé al camerino bajo el aplauso de los hombres. Dos tipos de seguridad me acompañaron adentro ya que había locos que a veces nos seguían en busca de algo más. Sí, había desde clientes tranquilos hasta psicópatas que venían a vernos.

"¡Eso fue perfecto!", Jerry gritó emocionado mientras que yo me limité a sonreír y asentir. "Vayamos a tu camerino, luego hablaremos". Cuando Jerry les indicó a los guardias que se fueran, nosotros nos dirigimos al camerino, donde vi a Rose levantarse de la silla y sonreírme ampliamente.

"¡Tuve una erección con sólo verte!", ella dijo, abrazándome.

"¡Si me entero de que tienes un pene, te despediré!", bromeó Jerry. Yo puse los ojos en blanco, pues era algo que solía hacer a menudo. "Vamos, es tu turno", él dijo, empujando a Rose fuera de la habitación. Entretanto, ella lo fulminó con la mirada, pero no tuvo más opción que obedecerlo.

"Estoy cansada", murmuré al mismo tiempo que me apoyaba contra la pared.

"Entonces vete a casa", Jerry respondió, entregándome la jugosa cantidad de quinientos dólares. ¿Ahora entienden por qué trabajo aquí?

"Esperaré a Rose para que podamos irnos juntas". Jerry asintió antes de arquear las cejas y declarar:

"Quiero verla bailar".

"¡Ya invítala a salir!", sugerí en tono de broma, por lo que él sonrió y me guiñó un ojo, "¡Tal vez lo haga!".

Con eso, ambos nos sentamos frente a un monitor donde podíamos ver a todas las demás strippers. Pronto escuché la canción de Rose, y unos segundos después, ella subió al escenario, con una encantadora sonrisa en los labios y jugueteando con su cabello. Definitivamente sabía lo que hacía, pues cada vez que bailaba, muchos la mirábamos con asombro.

Luego de unos minutos, Rose acabó de bailar y regresó al camerino con Jerry siguiéndola. ¿Acaso no tenía otras chicas de las cuales ocuparse? "Necesito tu ayuda", dijo él. Yo pensaba que estaba hablando con Rose, pero como ella no respondía, me giré sólo para darme cuenta de que los dos estaban viéndome.

"¿Qué ocurre?", pregunté desconcertada cuando vi que mi compañera me miraba con una amplia sonrisa mientras Jerry se apresuraba y se arrodillaba frente a mí. "¿Qué demonios pasa?", verdaderamente confundida, retrocedí unos pasos.

"¡No vas a creer lo que acaba de suceder!", Rose exclamó, jalando a Jerry de las orejas como si se tratara de un niño.

"¿Qué pasó? ¡Ya díganme!", en este punto, la curiosidad me estaba matando, por lo que crucé los brazos sobre el pecho y los miré fijamente.

"Acabo de recibir una oferta", replicó Jerry, frotándose sus enrojecidas orejas.

"¿Y? ¿Yo qué tengo que ver con eso?", cuestioné seriamente.

"Alguien quiere que le hagas un baile privado en el regazo", él dijo en voz baja.

"¡No!". Para empezar, nunca antes había hecho bailes de ese tipo y tampoco era algo que planeara hacer.

Resoplando, Rose me miró con los ojos muy abiertos y exclamó: "¡Ese tipo está ofreciendo cincuenta mil dólares!". ¿Qué carajo? ¡Estuve a punto de ahogarme con mi saliva con lo que acababa de escuchar!

"Pero, ¿por qué...?", pregunté con incredulidad.

"¡No tengo idea! Pero es mucho dinero", respondió Rose, "Sólo sé que dijo que te quería a ti. De lo contrario, ¡ya estaría yo bailando para él! Deberías aceptar". Sí, era muchísimo dinero, y después de todo, solamente se trataba de un baile.

¡Definitivamente era una oferta tentadora!

"¿Y si es un demente pervertido?", pregunté mientras jugaba con mis dedos, algo que siempre hago cuando estoy nerviosa. Entonces, Jerry sonrió y caminó hacia la puerta, haciendo una señal para que alguien entrara. Me quedé boquiabierta cuando vi al chico rubio al que le había hecho un baile erótico caminar en la habitación, ¡incluso tuve que llevarme las manos a la cara para comprobar que mi antifaz seguía en su lugar!

"Hola", él me saludó y soltó una risita al notar mi expresión.

"¿Por qué estás dispuesto a pagar una cantidad tan grande de dinero por un simple baile?", pregunté, yendo directo al grano.

"Acércate", dijo él. Jerry y Rose asintieron con la cabeza a su declaración y yo simplemente me quedé callada.

"Necesito que hagas algo", el chico rubio agregó un poco nervioso, rascándose la cabeza. Como consecuencia, mi instinto me dijo que esto no sería cosa sencilla.

"No suena nada bien... en absoluto", y así, me senté en una silla, esperando que me explicara de qué se trataba.

"No te asustes, ¿de acuerdo?", él trató de tranquilizarme. Pero, ¿cómo iba a confiar en un extraño?

"¿Entonces?", exigí de repente.

"Bueno, pues quiero que hagas lo mejor que sabes hacer".

"¿Comer?", pregunté sarcásticamente, haciendo que él me mirara confundido.

"Bailar", el chico rubio suspiró y se sentó frente a mí.

"Ya te bailé hace rato, ¿recuerdas?".

"Pero esta vez no será para mí", él hizo una breve pausa y añadió, "Mi hermano acaba de terminar con su novia".

"¿Y está tan deprimido que yo tengo que animarlo o qué?", me burlé.

"De hecho, no. Sólo es un imbécil frío y arrogante", explicó el chico, "Necesito que lo hagas sentir algo, ¡lo que sea! Excepto ira, claro". En ese instante, pude ver que la situación de su hermano realmente lo estaba molestando.

"¿Por qué yo?", pregunté confundida.

"Tienes algo especial, lo vi con mis propios ojos", él respondió, haciéndome sonreír, "¡No creo que ninguna otra stripper de aquí pueda provocarle una reacción!".

"Con eso te refieres a una erección, ¿cierto?".

"¡Qué directa!", él exclamó y yo asentí, pues no estaba diciendo ninguna mentira.

"¿Entonces tengo que bailar para tu indiferente y arrogante hermano?", pregunté, "¿Él se encuentra aquí?". El chico rubio me respondió que sí en ambas ocasiones.

"¿Podrías hacerlo, por favor?", él dijo casi suplicando.

"Bien, lo haré", solté un suspiro y añadí, "¡Pero debes ser bastante estúpido para gastar tanto dinero en algo que ni siquiera estás seguro de que va a funcionar!".

"No, por supuesto que no, ¡soy jodidamente rico!", exclamó con arrogancia, "Y estoy seguro de que valdrá la pena". Mientras él se levantaba, yo hice lo mismo para mirarme en el espejo, me acomodé el antifaz y arreglé mi cabello.

"¿Y dónde está él?", pregunté.

"En la habitación privada", replicó Jerry.

"Y si tu hermano está tan enojado y todo eso, ¿entonces por qué aceptó venir contigo?", le pregunté al rubio mientras lo seguía.

"Digamos que lo chantajeé", soltó él. '¿Qué? ¿Está hablando en serio?', me dije a mí misma, poniendo los ojos en blanco.

"¿Cómo lo hiciste?", yo estaba a punto de entablar una conversación cuando Jerry nos guio a la habitación privada.

"Le dije que se lo contaría a mamá", respondió el rubio. Como resultado, lo miré durante unos segundos esperando a que me dijera que era una broma, pero lo único que obtuve fue su encantadora sonrisa. Sí, este hombre tenía diez años mentalmente.

"¿Cómo te llamas?", pregunté de manera casual, volteando a ver a Rose.

"Dean", contestó él, "¿Y tú?".

"Vixen", mentí para no decir mi nombre real.

"Ya sé que ese tu nombre artístico, me refiero al otro", murmuró el chico mientras llegábamos al área privada del club.

"Pues es el único que sabrás", respondí girándome hacia Jerry, "Quiero que apaguen las cámaras de la habitación, ¿de acuerdo?".

"¿Qué hay de tu seguridad?", era obvio que a Jerry le preocupaba lo que me pudiera pasar. Yo sabía que todas las habitaciones tenían cámaras para cuidar a las chicas, pero simplemente no quería que nadie me viera.

"Puedes apagarlas, mi hermano no la va a tocar", Dean aseguró, posando su intensa mirada azul cielo en Jerry, quien estuvo de acuerdo, giró sobre sus talones y se alejó.

"¡Te esperaré en el camerino!", Rose me recordó con una sonrisa al marcharse.

"Bueno, deséame suerte", le susurré a Dean antes de abrir la puerta. Para ser honesta, odiaba bailar. ¡Ahora imaginen lo nerviosa que estaba por hacerlo dos veces en una misma noche!

"¡Suerte! Es hora de que me vaya", él se rio al darse cuenta de mis nervios y bromeó, "¡No hay ningún monstruo ahí! Tranquila, no pasa nada". Finalmente, se alejó con las manos en los bolsillos. Yo me quedé inmóvil unos segundos, me ajusté la ropa y agarré la manija de la puerta luego de tomar una bocanada de aire para llenarme de valor.

'¡Hagámoslo!', pensé convencida.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022