Capítulo 4 Iniciar sesión

Ethan...

Mi vida es todo lo que un chico de mi edad desea tener, pero, es lo que yo deseo?.

Soy Ethan Dambers tengo 17 años, soy jugador de fútbol, capitán del equipo, mi apariencia, soy de piel clara, ligeramente bronceada por el tiempo que pasó en el campo exponiéndose al sol, ojos azules,cabello marrón, buen cuerpo diría yo. Soy el chico popular, el que vuelve locas a las chicas y por un tiempo me aproveche de ello, cambiaba de chica en chica como de ropa pero nunca me enamoré de ellas y jamás llegué a sentirme completamente bien con ellas, me di cuenta qué me sentía más atraído por estar juntos un montón de chicos malolientes antes que con ellas , y llegué a la conclusión de que era Gay y aunque le dije a mis padres, se lo tomaron de muy buena forma, mejor de lo que espere, no e salido del clóset totalmente pues el único que sabe que soy gay es mi mejor amigo Nick. No me e enamorado de ningun chico aún pero no es como si fuera viendo a todos los chicos como una posible pareja, menos me había imaginado teniendo sexo con alguno de ellos por lo que mi amigo me inscribió a una app de citas online donde me contacte con un usuario llamado Shadow.

Llevo un mes hablando con Shadow un chico muy dulce del cual podría enamorarme pero quiero conocerlo y él sigue negándose a mostrarme su rostro diciéndome que probablemente huiría de él.

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- me contarás cómo vas con el chico de la app?-

- gritarlo más fuerte Nick parece que no te escucho el resto del equipo-

- deberías salir del clóset ya-

- eso ya lo hice-

- yo hablo de que lo hagas público en la escuela-

- estás loco, eso sería muerte social al instante-

- vamos tu sabes que hay más chicos gays en la escuela -

- si y son la burla de todos-

- excepto por uno -

- o claro el chico mafia de la Escuela-

- ni siquiera sabes si es verdad lo que se dice de él, solo son rumores -

- no pienso arriesgarme -

Sali al campo para continuar con la tortura diaria la cuál llamamos entrenamiento. Corrimos durante horas repasando varias jugadas estratégicas mientras el calor y el sudor comenzaba a invadirnos a todos. El entrenador indicó el fin del día mandando nos a todos a tomar una ducha y algunos chicos comenzaban a bromear y jugar con el balón uno de ellos, Jonas tomó el balón y lo lanzó en dirección de las gradas, poco después el balón regresó golpeándome con fuerza la cabeza haciéndome caer, me levanté furioso y mire detrás mío y ahí estaba el chico mafia junto a la única chica que estaba siempre con el; ella me miró pálida y señaló a su lado, entendí correctamente que el causante de mi caída y el lanzamiento del balón había sido ese chico y tal vez la palidez de la chica se debía al miedo al delatarlo.

- está muerto-

- espera Ethan el...-

No pude escuchar el final de la frase de Nick pues me lance a correr detrás del chico, él parecía ser un buen atleta. El callo al suelo y yo impedi que se levantará, comencé a golpearlo y este se defendió.

Fuimos separados y Nick me informó que la chica había sido quien lanzó el balón, me pareció irreal pero resulta que Jason había roto el teléfono de la chica y se burlaba de ella. Yo estaría castigado por su culpa y me encargaría de que pagará más tarde por ello, pero ahora me preocupaba más el disculparme con el chico mafioso.

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En la enfermería él estaba por irse ya que la enfermera no se encontraba, tome su brazo y lo force a sentarse en una de las camillas, yo ayudaría a limpiar sus heridas quisiera o no ya que eran mi culpa. El quedó aturdido un momento por mis acciones.

Me acerque a él para limpiar la sangre en sus labios, no te lo rojos que estaban tal vez por el golpe pero también me parecieron lindos, la curiosidad me invadió y comencé a acariciarlos con mis dedos, él estaba tenso, su mirada estaba sobre mí debido a la cercanía que había puesto entre ambos. Tome un pequeño algodón. y comencé a limpiar la sangre suavemente, no quería lastimarlo más, se estremeció por la acción mientras yo aún acariciaba sus labios. Podía sentir su mirada en mí y yo levanté la vista para encontrarme con sus ojos grises;era como estar en medio de una tormenta, una que me miraba atentamente para romper el silencio.

no tienes que estar tan cerca-

podia sentir su incomodidad.

Aquel chico y yo habíamos compartido asiento una vez en una clase, donde su sonrisa repentina me llamó la atención para después recordar quién era.

Porque todos le temían si viéndolo de cerca todo aquel aura de mafioso se desvaneció dejándome ver a un chico completamente diferente, era un chico frágil debajo de toda esa rudeza que lo rodeaba. No pude soportar lo más el chico se veía atractivo ahí sentado con las piernas abiertas dejándome espacio entre ellas, facilitando la cercanía, su aliento chocaba contra el mío y aquellos ojos, me miraban fijamente. Lo tomé de la barbilla acaricie sus labios una última vez antes de besar lo, aquellos labios los cuales me incitaban, el soltó un pequeño quejido por el repentino choque, llenando aquel beso con el sabor de la sangre, aquel beso que él respondía sin queja alguna, acompañado de varios gemidos cada que pasaba mi lengua por la herida y a mi solo me daban más ganas de provocarlo, quería oír más de él. El rompió el beso alejándose un poco de mi, echándose hacia atrás y no sabía si quería parar o seducirme más, su rostro teñido de rojo cubriendo sus labios mientras evitaba mirarme.

- lo siento - dije entre jadeos por lo ocurrido

- por que?, por besarme o por golpearme? -

- por golpear té, claro -

- y así te disculpas siempre?-

- no -

Eres un chico raro Ethan Dambers- pronunció mi nombre completo.

- no más que tú...-

- interesante, alguien que no conoce mi nombre, me hace feliz-

Dijo incorporándose volviendo a estar cerca de nuevo.

- bueno e oído de ti pero no sé tú nombre -

Él me empujó con la palma de su mano, echándome atrás, choque contra otra camilla y el bajo de la cama poniéndose de pie frente a mi

- Connor Miller -

- mucho gusto Connor-

- te veré luego redhot -

quede en shock , como sabía él eso?,acaso me habría visto la última vez que nos sentamos juntos?

El me miró nuevamente y sonrió levemente, luego tomó sus cosas saliendo del cuarto dejándome solo con mil preguntas en la cabeza.