El peso de la Corona
img img El peso de la Corona img Capítulo 4 Pueblo temeroso, pueblo fiel
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Capítulo 6 La elegida img
Capítulo 7 Solo dos días img
Capítulo 8 Plebeya, último día img
Capítulo 9 Anciana + caballos= desastre img
Capítulo 10 ¿Es su costumbre img
Capítulo 11 Ganarse el corazón del príncipe img
Capítulo 12 Mujer a la cabeza del reino img
Capítulo 13 Soy la persona perfecta img
Capítulo 14 ¿Sabes manejar una espada img
Capítulo 15 Visita al rey img
Capítulo 16 No te envenenes antes de la boda img
Capítulo 17 Harás un trabajo mejor img
Capítulo 18 Emboscada img
Capítulo 19 Pequeños cambios img
Capítulo 20 Por el resto de tus días img
Capítulo 21 Nueva estrategia img
Capítulo 22 ¿Nu-nuestros hijos img
Capítulo 23 La muerte de la reina img
Capítulo 24 Una mujer no puede liderar el reino img
Capítulo 25 Como son las cosas aquí img
Capítulo 26 Haré que pague img
Capítulo 27 ¡¿Qué vas a hacer con le niño ! img
Capítulo 28 Me aseguraré de protegerte img
Capítulo 29 Tener una guardia como esposa img
Capítulo 30 Meterse con la corona img
Capítulo 31 Emma la estatua img
Capítulo 32 Sed de venganza img
Capítulo 33 Los llevaré a un lugar img
Capítulo 34 Su lugar especial img
Capítulo 35 Acabar con el hombre malo img
Capítulo 36 La muerte de la reina img
Capítulo 37 Tienes un plan ¿Cierto img
Capítulo 38 Inicio del plan img
Capítulo 39 Abundio en la habitación img
Capítulo 40 Sentencia img
Capítulo 41 ¿Y si mi padre se enamora de ti img
Capítulo 42 A mano de una mujer img
Capítulo 43 ¡Eso es trampa! img
Capítulo 44 Están muertos img
Capítulo 45 ¿Quieren nadar img
Capítulo 46 Avanza el campamento enemigo img
Capítulo 47 Nuestro secreto img
Capítulo 48 Concubinas img
Capítulo 49 Tus ojos dicen que me amas img
Capítulo 50 Noticias img
Capítulo 51 ¿Cómo ganarías la guerra img
Capítulo 52 Participaré en la ejecución img
Capítulo 53 En la habitación del príncipe img
Capítulo 54 ¿Emmaline img
Capítulo 55 Máquina de bebés img
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Capítulo 4 Pueblo temeroso, pueblo fiel

-Recuerde que estamos en época de guerra, «a pesar de ser una buena estrategia unir reinos, debemos conquistar en este momento» esas fueron las palabras de su padre- dijo el eunuco con suma tranquilidad.

Lo había olvidado, mi padre, él estaba en proceso de expansión, eso es lo que había querido desde que mi abuelo murió a manos del enemigo, desde entonces, un odio y desprecio tan profundos hacia los extranjeros se formó en su corazón. Primero caería muerto antes de permitir que extranjeros entrasen en son de paz.

Creía que lo siguiente era esperar a que llegasen las «elegidas» por mi padre, así podría casarme y satisfacer los deseos de él, esperaba que hubiera al menos una con porte real, pero ¿En qué estaba pensando mi padre?

-Si usted gusta, iré a ensillar al caballo para que dé un paseo- asentí.

-Usted es mi servidor más fiel, adelante- dije y después de hacer la reverencia salió del lugar.

Una de las cosas que más me tranquilizaba era salir a caballo, lo único malo...

-¡Príncipe no vaya tan rápido!

Era que me seguían a todos lados, sé que temían por mi seguridad y más en esos momentos, pero era increíblemente molesto que lo hicieran. Ignoré sus comentarios y, aumente la velocidad, me gustaba sentir mi corazón acelerarse, creía que los mejores momentos eran en la guerra, como príncipe y futuro rey debía estar en cada una de ellas. Me agradaba hacerlo y escuchar los gritos de admiración de los plebeyos, me hacían sentir como lo que era, alguien sumamente superior a ellos.

-¡Por fin lo alcanzamos príncipe!- se bajaron algunos soldados de los caballos.

-¡Se supone que son guerreros! No deberían quedarse atrás ni un solo instante ¡Están siendo incompetentes! ¡Vuelvan al palacio y envíen a hombres capacitados!- Asintieron y volvieron al palacio.

Así era como se quitaban los estorbos. Debía irme pronto para que los demás no me molestaran, me subí nuevamente al caballo y me dirigí al bosque, era un lugar tranquilo y nadie me molestaba allí, recordaba que cuando mi madre vivía me traía a este tipo de lugares y jugábamos horas. Había hecho para mí un columpio que aún está allí, de entre todos los lugares ese era mi predilecto. Comencé a jugar en él, me hacía sentir tan feliz y tranquilo, nadie sabía de ese lugar, o eso era lo que pensaba hasta aquel entonces.

Aún se veía perfectamente la marca de nuestros nombres escritos, mi madre los había tallado, el de ella y el mío «¿Cómo fue que te fuiste tan rápido? Eras tan joven, teníamos tantos juegos por jugar y tantas cosas que aprender de ti, aún tengo los rollos de las historias que tanto te gustaba leer, los leo cada vez que te extraño»

Ya de regreso al palacio, me encontré con mi padre, estaba por los alrededores, de seguro algo le estaba preocupando, pero su semblante duro no lo deja ver muy bien, acostumbramos a hablarnos sin palabras, éramos tan parecidos que no las utilizábamos.

-¿Te sientes feliz por elegir a tu reina?- preguntó en un tono desinteresado.

-Si usted lo está, padre, yo también lo estoy- respondí inclinando mi cabeza.

-He elegido a las hijas de los generales más respetados del pueblo, esta boda garantizará que todos te teman- una sonrisa de lado se asomó por su desgastada dentadura.

-Como usted dice, el pueblo temeroso, es un pueblo fiel, espero que haya una buena candidata- crucé mis brazos.

            
            

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